ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El suboficial Enrique Vilar, en noviembre de 1944, poco antes de partir hacia el frente. Fue situado en el otoño de 1944, a disposición del II Frente de Bielorrusia, y destacado en el 48º Ejército de la 137º División de Infantería, jefe de pelotón del 409 Foto: Archivo de Granma

Enrique Vilar jamás pudo olvidar el 20 de agosto de 1932, porque ese día, el pequeño niño manzanillero de siete años de edad, a bordo del vapor Madrid, surto en la Bahía de La Habana, se empinó en la baranda de cubierta para contemplar la ciudad. Viajaba con el matrimonio Josef y ChassaIbaras, de nacionalidad rusa. Ignoraba que ésta sería la última vez que la vería pues trece años después caería heroicamente en combate luchando como oficial del Ejército Rojo contra el nazi-fascismo alemán.

En ese tiempo gobernaba la Isla el dictador Gerardo Machado quién mantenía un régimen de represión contra el pueblo y, principalmente contra sus líderes obreros y los militantes de las organizaciones antimachadistas. En la pequeña ciudad de Manzanillo, situada al oriente de la isla, se encontraba un importante núcleo de militantes del Partido Comunista y del movimiento obrero cubano que se caracterizaban por su tenaz lucha contra la tiranía que imperaba en el país..

Por eso sus dirigentes fueron perseguidos, encarcelados y asesinados. Y uno de ellos era César, el padre de Enrique, quien tuvo que pasar a la clandestinidad junto con otros compañeros porque sus vidas estaban en peligro.

Integrantes de la organización Socorro Rojo Internacional, con sede en Moscú, al conocer la pésima situación en que se encontraban los hijos de los militantes antimachadistas, propuso que algunos de esos niños fueran enviados a Rusia para estudiar.

Años después Caridad Figueredo, la madre de Enrique confesaría: «Tenía que elegir: o mandaba a Enrique a la URSS, me separaba de él sin saber cuándo volvería a verlo, o renunciaba a ésa única posibilidad de dar instrucción a mi hijo de seis años, que en Cuba no tenía la posibilidad de asistir a la escuela, porque vivíamos en la clandestinidad»

Enrique vivió un tiempo en el orfanato Clara Zetkin, en Moscú donde comenzó a estudiar el idioma ruso. Allí recibió la atención de Tina Modotti, quien fuera amiga íntima y colaboradora de Julio Antonio Mella, fundador del primer Partido Comunista de Cuba, asesinado en México, en 1929 por órdenes del dictador Machado. Ella, en esa época presidía la sección latinoamericana de Socorro Rojo.

Foto: Archivo de Granma

En ese tiempo había llegado a la capital rusa Rubén Martínez Villena, quien intentaba curar sus pulmones minados por la tuberculosis en un sanatorio. Además, tenía previsto interesarse por el pequeño hijo de un dirigente comunista que había llegado de Cuba y se encontraba alojado en un orfanato desde hacía varias semanas, por lo que aprovechó un pase que le dieron y fue a su encuentro.

En una ocasión cuando Matínez Villena lo fue visitar al internado, Enrique le dijo: «Rubén, yo se que tu estás malo, si el tiempo no está bueno no salgas para venirme a verme”». Foto: Archivo de Granma

Rubén, visita de improvisto a Enrique en el orfanato. Sostiene un largo y cariñoso encuentro donde el niño lo pone al tanto de sus diversas actividades con sus nuevos compañeritos..

En carta a su esposa Chelé (16-09-32) Martínez Villena le dice:

«yo he querido que él viva algún tiempo en casa de algún comunista que tenga niños conocedores del español y del ruso, para que aprenda las frases más necesarias..., y destacaba: El chico es un niño prodigio, dice cosas formidables. Conmigo se lleva muy bien»

Es tal la impresión que le causa Enrique, que Villena lo comparte con Chela en otra una carta fechada el 24-10-32, donde le expresa:

«¡Qué maravilla de chiquillo! [...] crecido entre las juntas secretas, las persecuciones al padre, y el reflejo de las huelgas y las luchas proletarias, [...] dice cosas que sorprenden y aturden. Cuenta de las luchas; conoce los cc. Ilegales, sabe responder a todo. Cuando lo voy a ver al internado escolar me dice: Rubén, yo se que tu estás malo, si el tiempo no está bueno no salgas para venirme a verme».

Y Rubén no pudo atenderlo mucho más, porque en mayo de 1933, mortalmente herido, regresó a Cuba y se integróa la lucha revolucionaria hasta su muerte. .

Del orfanato moscovita trasladaron a Enrique en 1934 para la escuelainternacional de niños «Elena Stásova» situada en la antigua ciudad rusa de Ivanovo, donde se encontraban albergados unos 140 niños como el cubano, procedentes de distintos países de Asia, Africa y América Latina que hablaban 28 idiomas. Allí se les unirían los también cubanos, Aldo Vivó, en abril de 1934, con 10 años de edad y su hermano Jorge, en junio de 1935, de 12 años de edad, quienes combatieron en la Gran Guerra Patria.. 

Mientras tanto, en Cuba, César Vilar, el padre de Enrique, luego de un largo proceso de detenciones y juicios es deportado en 1935hacia Nueva York, Estados Unidos. A ningún familiar se le permitió ir al muelle a despedirlo.En abril de 1937, su esposa y sus hijas se le unen en esa ciudad estadounidense, de donde partieron hacia la Unión Soviética, enviados por el Partido Comunista cubano.

Enrique con su mamá y hermanos en Moscú 1937. Foto: Archivo Granma

   

Recuerda Caridad, la madre de Enrique el primer encuentro con su hijo, --quién ya dominaba la lengua rusa--, fue al arribar a Moscú con su esposo y sus tres hermanos, Georgina, Federico y Rita.

«Con Enrique me encontré –dice su mamá--, sólo en 1937, cuando arribé con mi marido y los hijos a la Unión Soviética…Enrique vivió con nosotros en el hotel Lux hasta que, primero mi marido, y luego yo, regresamos a América en 1938»

Comienza la II Guerra Mundial en junio de 1941 cuando Alemania inesperadamente y sin una declaración de guerra, invade el territorio de Rusia, Enrique desde el primer momento quiere alistarse para combatir. El ejemplo de lucha de su padre lo acompaña en tal empeño. Pero lo rechazan porque es menor de edad.

Entonces recuerda y le escribe a  Georgi Dimitrov, a la sazón dirigente de la Internacional Comunista a quien había conocido en Moscú en una de las habitaciones del hotel Lux, donde se alojaba el comunista brasileño Luis Carlos Prestes, para que intercediera en su solicitud.

El escritor soviético Valentín Tomín, autor del libro «Seguiremos luchando», luego de revisar decenas de amarillentos legajos militares en el archivo Central del Ministerio de Defensa de la URSS, encontró un documento que certifica: «El cubano Enrique Vilar se hizo soldado del Ejército Rojo en abril de 1942 y fue enviado a la Escuela Especial de Tiradores de la región militar de Moscú…terminó con éxito su preparación y luego fue enviado a la Escuela Militar, que finalizó en septiembre de 1943»

Orden del Comisariado Popular de Defensa del 5 de octubre de 1943: «Ascender al grado de alférez a Enrique Vilar, nacido en 1925…Miembro del Konsomol desde 1941...»

Se conoce que antes de partir para el frente Enrique Vilar y su compañero de unidad Viktor Elisieyev, ambos suboficiales del Ejército Rojo, fueron incorporados como instructores a la escuela de francotiradores cerca de Moscú.

Los jóvenes oficiales a cambio de leña encontraron albergue en la casa de Serafima Petrovna, en la ciudad de Dimitrov. Foto: Archivo Granma

Los jóvenes oficiales a cambio de leña encontraron albergue en la casa de Serafima Petrovna, en la ciudad de Dimitrov, donde residía con su hija Liudmila Sherbakova, no lejos de la escuela militar.Y, precisamente, esa familia rusa fue la que los despidió cuando marcharon al frente a combatir.

Recuerda Liudmila que levantaron las copas y bridaron por la victoria y Enrique le agradeció a su madre todo lo que habían hecho por él y le dijo: «Serafina Petrovna, fíjese lo que yo le digo, usted es mi segunda madre. En cuanto termine la guerra, si quedo vivo, a la primera persona que vendré a ver es a usted”. En ese momento mamá lo atrajo hacia ella, lo reclinó en su regazo le besó los cabellos y se produjo un momento tan conmovedor como solo se produce entre una madre y un hijo»

Viktor Elisieyev,suboficial, e Igor Gronov, compañeros de Unidad; Vera Sherdisheva, Enrique Vilar y Liudmila Sherbakova, hija de Serafima donde se hospedaron antes de partir para el frente. Foto: Archivo de Granma

Enrique fue situado en el otoño de 1944, a disposición del II Frente de Bielorrusia, cuyo Comandante en Jefe era el mítico Mariscal de la Unión Soviética KonstantinRokososki, y destacado en el 48º Ejército.  

Las investigaciones del escritor Valentín Tomín logran situar a Enrique en el 48º Ejército, de la 137º División de Infantería, jefe de pelotón del 409º Regimiento, y hallar un documento de ese regimiento en el cuál se dice que «el 30 de enero de 1945 el tercer batallón…libró combates ofensivos en el poblado de Fustenau»

El jefe del tercer batallón de infantería del 409ª Regimiento, coronel retirado MijailZúyev, reconstruyó para el escritor Tomin el último combate en que participó Enrique Vilar:

«…la 9º compañía de la que formaba parte Enrique Vilar con su pelotón, avanzaba en columna hacia Fustenau…loa hitlerianos la dejaron pasar y luego, ya dentro, la liquidaron…Repito, la 9º compañía atacaba a campo traviesa, avanzando por la gruesa capa de nieve y a una distancian de 1,5-2 kilómetros de las otras dos compañías del batallón…La 9º compañía cayó en una emboscada de los hitlerianos. Y concretamente el pelotón de Enrique Vilar fue en la práctica ametrallado a quemarropa, desde una distancia de 50-70 metros por dos ametralladoras que descubrimos en sus posiciones de fuego ya después de haber tomado la aldea…

«El 31 de enero, en cuanto amaneció recorrí el campo de batalla y vi que el alférez Enrique Vilar y los soldados de su pelotón yacían muertos de cara al enemigo. La mano del brazo extendido de Enrique Vilar empuñaba la pistola. Al parecer, cuando se levantó para guiar al ataque a sus soldados lo alcanzó la bala fascista…»

Terminada la guerra los restos del combatiente cubano Enrique Vilar fueron sepultados en el cementerio militar polaco de Braniewo. La placa de piedra de la fosa común No.11 dice:

«Alférez Enrique Vilar. Nació el 16-08-25. Murió el 30-01-45»

Fue condecorado post-mortem por el Soviet Supremo de la URSS con la Orden de la Gran Guerra Patria y por el Consejo de Estado de la República de Cuba, con la Orden Ernesto Che Guevara de Primer Grado.

Los restos del combatiente cubano Enrique Vilar fueron sepultados en el cementerio militar polaco de Braniewo. Foto: Archivo Granma

Fuentes:

Granma, 27 de diciembre, 1984, Ellos sintieron el deber de luchar, por: Raúl García Riverón y Jorge Alonso Padilla.

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JOSÉ RAMÓN dijo:

1

30 de enero de 2025

14:16:39


Saludos cordiales: Muy interesante artículo, estoy seguro de que tenemos muchos héroes de los cuales poco conocemos, tarea para los historiadores e investigadores. ¿Y sus restos se pueden trasladar a Cuba? ¿Se han hecho las gestiones? ¿Quedan descendientes de su familia? Afectos.

alejandro dijo:

2

30 de enero de 2025

20:52:44


LE ESCRIBE DE ESTE CORREO UN MANZANILLERO DE MEDIADOS DEL SIGLO PASADO . UD DEBE CONOCER QUE MSNZANILLO ERS APODADO EL PUEBLO ROJO BUENO DESPUES DE LA LARGA PRESENTACION LO FELICITO SINCERAMENTE POR TAN EMOCIONANTE ARTICULO QUE NOS RECUETDA NUESTROS ORIGENES GRACIAS PERIODISTA

Estrella López dijo:

3

31 de enero de 2025

01:14:02


Valiente y digno joven cubano... siempre lucharemos contra los enemigos de los pueblos dónde quiera que estemos,.. Somos cubanos!!! ..y eso es mucho decir!!!... gracias por darnos a conocer , la historia de vida del Alferez cubano del ejército Rojo .. Enrique Vilar... Gloria Eterna a su memoria

William dijo:

4

31 de enero de 2025

07:15:52


Yoo conocí al hermano de Enrique. El hermano trabajaba en el INRH. Él en fte a Moscú a finales de los años 60. Me contó la historia de su hermano. Los hermanos se quedaron en la URSS cuando sus padres regresaron a Cuba. Los hermanos de Enrique sobrevivieron a la guerra y luego de la victoria de los soviéticos en la II Guerra Mundial, por gestiones del Partido Socialista Popular con la Cruz Roja Internacional pudieron regresar a Cuba los tres hermanos de Enrique tras un largo viaje en barco. En aquellos momentos no se sabía mucho de los cubanos que habían participado en esa guerra. Muy acertado el artículo en vísperas del 80 Aniversario de la Victoria.

fvilla dijo:

5

31 de enero de 2025

15:23:18


Bonita e interesante historia . historias de honor, amor y dinidad son siempre bien llegadas en la construccion de un mundo mejor. No importa las tendencias politicas e ideologicas que temporalmente dividan a los humanos, estas historias presentes en cada esquina del devenir humano -solo hay que desempolvarlas- son muy bienvenidas , interesantes y educativas. Los peces vuelven -para bien- al lugar donde nacieron, las aves, los renos, y mas... si crecemos con valores de bien y nos regimos por estos, entonces se construye un mundo mejor y no importa en que geografia vivas. Ni los rojos son dignos por ser rojos, ni los azules por azules ni los que dicen ser son, ni los que son invisibles no son. Bonita historia de amor, honor y dignidad. Publiquen mas sobre estos valores y como regir la vida con estos, que todos lo necesitamos.