Un lote de unas 50 fotografías originales y poco conocidas atesora el Centro de Documentación del periódico Granma relacionadas con la Campaña de Alfabetización cubana. Las imágenes, identificadas con el sello de Paolo Gasparini, nos muestra la belleza de esa noble misión realizada en 1961 por cientos de miles de jóvenes alfabetizadores, maestros y trabajadores voluntarios.
Gasparini, considerado por los críticos como uno de los grandes de la fotografía contemporánea, nació en 1934 en un pequeño pueblo italiano llamado Gorizia. Allí transcurrió parte de su juventud y su inclinación por la fotografía la adquirió a partir del cine cuando asistía con sus amigos entre 1948 y 1954, a los festivales de cine en Venecia.
En aquella época su hermano Graziano trabajaba como arquitecto y fotógrafo en Venezuela, y en una de las visitas que le hizo su mamá, él le envío de regalo una cámara Leica con la que comenzó a tomar fotos a los 17 años.
En el estudio fotográfico de los Hermanos Mazzuco, aprendió las técnicas de revelado y copiado. Creció en un ambiente artístico y cultural ligado al neorrealismo. Participó en las muestras que organizaba el fotoclub de Gorizia, y con sus primeras fotos obtuvo el premio Contribución al neorrealismo de la revista Cinema Nouvo. .
En 1955, antes de cumplir los 21 años, se marchó de Italia. Ya en Caracas, Venezuela, residían su papá y sus dos hermanos. A los pocos días comenzó a trabajar como fotógrafo de arquitectura.

En una entrevista para la revista Aperture, en mayo dl 2015, recordó una parte de su apasionante trabajo en Venezuela:
«Recorrí el territorio con Graziano, fiel enamorado de la Península de Paraguaná. Viajábamos desde Los Castillos del río Orinoco —al Este de Venezuela— y llegábamos a deleitarnos a la Península de la Guajira, en la frontera con Colombia, sin obviar, por supuesto, atravesar las serranías de Los Andes. En estos viajes hice dos reportajes: “Las Salinas de Margarita” y “Bobare, el pueblo más miserable del Estado Lara”. Ambos fueron publicados en la revista Cruz del Sur».
En algún momento Gasparini y Alejo Carpentier, que se encontraba exiliado en Caracas, se conocen. Ambos están integrados en un círculo intelectual representado por escritores, filósofos, críticos y pensadores. Así se inicia la amistad entre el escritor cubano y el fotógrafo italiano.
Triunfa la Revolución Cubana en enero de 1959 y Carpentier junto a un grupo de exiliados cubanos regresa a la Patria. Antes de partir invita a Gasparini a Cuba. Conoce su trabajo y tiene en mente un libro sobre la arquitectura habanera que desea que el italiano ilustre.
El fotógrafo viaja a La Habana con su esposa con la idea de permanecer en la Isla unos seis meses, pero la estadía se prolonga a cuatro años y medio. Tiempo suficiente para captar cientos de imágenes de la alfabetización, la humanización de la zafra azucarera, las concentraciones del pueblo, los carnavales y el pueblo en general.
Al respecto Gasparini recuerda lo siguiente:
«La agilidad del acontecer social y cultural en Cuba me llevó a cambiar de cámara. De la cámara réflex de medio y gran formato, Paul Strand me sugirió el uso de la versátil 35 mm, la cual obviamente transformó la manera de ver y captar la realidad con una rapidez abismal. Además, el ambiente creativo fue una referencia fundamental en mi trabajo documental».
«Formé parte de los círculos artísticos e intelectuales a través de fotógrafos y cineastas cubanos, entre ellos: Santiago Álvarez y Tomás Gutiérrez Alea. En La Habana también conozco a Cartier-Bresson, René Burri, Chris Market, LucChessex, Armand Gatti e Italo Calvino, formidables intelectuales generadores de conceptos e ideas, y es a partir de ellos que surge el deseo o necesidad de ampliar y expandir el discurso de la Revolución Cubana hacia América Latina».










«En Cuba documenté la celebración, la euforia, el triunfo y la esperanza. En el resto de América Latina registré las contradicciones sociales».
Gsparini ilustró el ensayo La ciudad de las columnas, de Alejo Carpentier, colaboró con el suplemento Lunes de Revolución y con el Consejo Nacional de Cultura en La Habana.
Auspiciada por la Unión Europea, el Museo de la Ciudad de La Habana acogió, el 30 de junio de 1989, una muestra del genial fotógrafo italiano.
Su trabajo fotográfico ha sido reunido en libros como América Latina a través de su arquitectura, con texto de Damián Bayón (Unesco-Blume, 1977), Retromundo (Alter Ego, Caracas, 1987) y Para verte mejor América Latina (México: Siglo XXI, 1972).
Su obra ha sido dividida en las siguientes series: Hurra, vivimos (1953-1968), Rostros de Venezuela (1955-1961), Isla de retratos (1953-1986), Acá este cielo que vemos (1962-1984), Los hijos de Bolívar (1955-1987), Epifanías (1981-1985) y Metrópolis, márgenes y asomados (1968-1989).
Fuentes de la información:
Enrevista a Paolo Gasparini, revista Aperture, mayo 2015
Trabajo en el Consejo Nacional de Culrua, Revolución
Ensayo la ciudad de las columnas.













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maria l vargas dijo:
1
23 de diciembre de 2021
07:27:00
fidel díaz sosa dijo:
2
24 de diciembre de 2021
09:44:32
joseantonio dijo:
3
28 de diciembre de 2021
08:31:55
Amanda dijo:
4
28 de diciembre de 2021
20:24:52
Wilson dijo:
5
30 de agosto de 2022
19:52:45
Manuel Blanco Pego dijo:
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22 de diciembre de 2024
13:31:54
Eddy dijo:
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26 de diciembre de 2024
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