Esta foto apareció publicada al día siguiente de los acontecimientos ocurridos el 13 de marzo de 1957 en el Palacio Presidencial, en la prensa de La Habana.
La mujer herida es Emilia Guerra Brito, pasajera de uno de los ómnibus que cruzaban frente al Palacio, guarida del tirano Fulgencio Batista, en los momentos en que se iniciaba la acción armada realizada por el Directorio Revolucionario.
Emilia, entonces empleada, recibió 10 impactos de bala disparados desde Palacio por las tropas que custodiaban al tirano. Gravemente herida logró salir del ómnibus y salvar la vida.
Diecinueve años después, en marzo de 1976, valiéndonos de esta fotografía, en la que aparece Emilia Guerra Brito, bañada en sangre, y en los momentos en que era auxiliada para trasladarla a un centro de asistencia médica, logramos localizar a esta mujer, testigo directo de los acontecimientos que se produjeron en la tarde del 13 de marzo de 1957, y escuchar de sus labios sus recuerdos de aquella heroica acción de nuestra juventud revolucionaria.

“Las balas entraban por la parte delantera del ómnibus, y me fueron alcanzando en distintas partes. La primera, en el muslo, después en ambos brazos, otra en la cabeza” Foto: archivo Granma
Para Emilia Guerra Brito, aquella tarde, la del 13 de marzo de 1957, sería imborrable por los acontecimientos de que fue testigo.
También lo será para otros ciudadanos que ese día transitaban por las cercanías del antiguo Palacio Presidencial, ajenos a la heroica acción que allí habría de desarrollarse.
Habitualmente, Emilia tomaba uno de los ómnibus de la ruta M-1 —existente en aquella época—, cerca de su casa, en la barriada de Lawton. En el vehículo se trasladaba a su trabajo, en el departamento de personal del Ministerio de Hacienda, situado en Cuba y Obispo, hoy Escuela Tecnológica Julián Grimáu.
«Yo iba en el ómnibus como a las tres de la tarde —relata Emilia—, cuando oí como dos tiros... En ese momento pasábamos frente a Palacio, por la calle Monserrate esquina a Chacón, cerca de un cafecito que allí había, y allí mismo la guagua fue detenida por el chofer, al escucharse otros tiros.
«Todo fue muy rápido. No sabíamos qué estaba ocurriendo, y ya usted puede imaginarse la confusión y el susto de todos nosotros.

“Recuerdo que miré por la ventanilla y vi cuando de un camioncito saltaban a la calle como seis o siete hombres armados, disparando hacia Palacio” Foto: Archivo Granma
«Recuerdo que miré por la ventanilla y vi cuando de un camioncito saltaban a la calle como seis o siete hombres armados, disparando hacia Palacio. Y también vi cómo dos soldados que estaban en la puerta, por la calle de Refugio, caían al suelo, como heridos o muertos.
«Inmediatamente, los hombres, en su mayoría jóvenes, entraron en Palacio disparando sus armas, y comenzó un gran tiroteo.
«El chofer me gritaba que bajara la cabeza y me tirara al piso; insistió en que era peligroso permanecer sentada y con la cabeza levantada. El resto de los pasajeros, cinco o seis en total, con el pánico reflejado en sus rostros, se tiraron al piso tratando de protegerse de la balacera.
«Yo quise salir del ómnibus tal como salieron una señora gruesa y otro señor, que se refugiaron en el cafecito de la esquina; pero el chofer, que me conocía por viajar casi siempre con él, me dijo: "¡Emilia!, ¡espera un momento, no bajes! ¡Esto pasa enseguida!".
«Poco después, el chofer y el conductor salieron por una de las ventanillas, pues al parecer la puerta quedó trabada y no pudieron abrirla.
«Únicamente quedó conmigo un pasajero, que me decía: "Vamos a meternos agachados entre los asientos"... luego, arrastrándonos llegamos hasta la puerta trasera, y allí nos acurrucamos como pudimos.
«Llevábamos ya algún tiempo en ese lugar cuando, de pronto, sentí que el individuo lanzó un grito desgarrador y se llevó las manos a la cabeza, de donde le salía abundante sangre. Su cuerpo me cayó encima, y me manchó la ropa de sangre. Estaba muerto. Lo había alcanzado un disparo».

“Como a la hora y media, más o menos, de comenzar el tiroteo, empecé a arrastrarme hacia la puerta delantera, con la esperanza de poder salir” Foto: Archivo Granma
UNA DE LAS BALAS HIZO BLANCO EN MI RELOJ
«Como a la hora y media, más o menos, de comenzar el tiroteo, empecé a arrastrarme hacia la puerta delantera, con la esperanza de poder salir. Recuerdo muy bien esto, porque en esos instantes es cuando los disparos de los soldados me hieren por primera vez. Uno de los balazos que me alcanzan, hace blanco en el canto de mi reloj, cuyas manecillas se detuvieron.
«Las balas entraban por la parte delantera del ómnibus, y me fueron alcanzando en distintas partes. La primera en el muslo, después en ambos brazos, otra en la cabeza, también en las piernas y en la mano.
«Logré llegar casi sin fuerzas hasta la puerta delantera y me di cuenta que estaba entreabierta. En mi desesperación por salir y debido a las heridas, no pude apoyarme bien y rodé por los escalones hasta la calle.
«Estaba en unas condiciones terribles, toda ensangrentada, principalmente en el vientre y los muslos. Había perdido la cartera, los espejuelos y los zapatos. Asombrosamente sólo perdí el conocimiento por instantes, algunas veces. Es algo que no puedo explicar.
«Caí boca abajo en la calle, y al levantar la cabeza ví que se aproximaban unos tanques del Ejército. Comencé a arrastrarme con dificultad para alejarme del tiroteo, de aquel lugar».

“Estuve 35 días ingresada en el hospital. Recibí diez balazos: siete de ellos con entrada y salida; en los muslos, los brazos, la cabeza y el estómago. Quedé coja, pero a base de ejercicios me recuperé totalmente” Foto: Archivo Granma
«DUDO QUE ELLA LLEGUE A EMERGENCIA», DIJO UN MÉDICO
«Tuve que pasar por encima de algunos cadáveres y así continué arrastrándome hasta la esquina de Monserrate y Tejadillo. Logré bajar por esta última. Lentamente, dejando un rastro de sangre, proseguí por el medio de la calle. Una máquina comenzó a moverse, pero su conductor no me auxilió.
«Había perdido mucha sangre; las heridas me dolían mucho. En esas condiciones estaba, cuando se me acercó corriendo una muchacha como de unos 17 años, que se quitó la chaquetica que llevaba puesta, la rompió en dos, y me la amarró a modo de torniquetes en los brazos.
«Después salió un individuo que ayudó a la joven a cargarme.Entre los dos me llevaron durante varias cuadras, hasta que encontraron el pisicorre ese, que aparece en la fotografía.
«Primero me condujeron a la Casa de Socorros de la calle Corrales. Uno de los médicos que me atendió, comentó con otro, refiriéndose a mí: "Parece mentira que esté viva, dudo que ella llegue a Emergencia".
«Después de ponerme algunos apósitos, me remitieron en una ambulancia para el Hospital de Emergencia. Cuando llegué, allí estaban el chofer de la otra guagua, una Ruta 14, y otros heridos.
«Por una equivocación me subieron para la sala de los hombres. Se dieron cuenta que era mujer y me trasladaron. Una enfermera tuvo que bañarme, quitarme toda la sangre y la tierra que tenía pegada en el cuerpo.
«Poco después la policía tomó el hospital. No dejaban pasar a nadie. Mi familia supo de mí, porque una enfermera me hizo el favor de llamar a mi casa como a las nueve de la noche. A esa hora vino a verme mi hermana, y tuvo unas palabras con uno de esos asesinos, porque no la dejaban subir a verme: no sé si fue con Carratalá.
«Estuve 35 días ingresada en el hospital. Recibí diez balazos: siete de ellos con entrada y salida; en los muslos, los brazos, la cabeza y el estómago. Quedé coja, pero a base de ejercicios me recuperé totalmente. A veces expulso fragmentos de las balas explosivas.
«La herida mayor fue la del muslo. Los médicos la midieron y su diámetro era mayor que el de una tacita de café.
«La policía me vigiló hasta que triunfó la Revolución, yo creo que fue porque ellos me encontraron dos bonos del 26 de Julio que llevaba en la cartera.
«Transcurrió mucho tiempo para que yo volviera a pasar cerca del Palacio Presidencial. La impresión que recibí fue mucha. Jamás olvidaré ese día».
Fuente: Entrevista publicada en el Periódico Granma en 1976


 
                        
                        
                        
                    




 
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
         
         
        


 
     
         
        
COMENTAR
Oportuno dijo:
1
14 de marzo de 2021
01:07:24
carlos lugo rodriguez dijo:
2
14 de marzo de 2021
06:56:37
Mimisma dijo:
3
15 de marzo de 2021
11:02:36
Responder comentario