ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Mis padres nunca vieron a Fidel de cerca. Ese anhelo insatisfecho lo mitigó el amor sincero por su obra. La «vieja», ama de casa, hizo del hogar su santuario; mi padre, músico moldeado a reglazos pautados por el abuelo entre acordes y compases empíricos, casi nunca tuvo trabajo fijo antes de 1959.

Mis padres no sabían nada del socialismo, mucho menos del comunismo. El altar de la Caridad del Cobre, en la sala del hogar, era lugar para súplicas y velas encendidas por el mejoramiento. «Cachita», como cariñosamente llamaban a la imagen venerada, era refugio y esperanza ante la apretazón de años en los que el «viejo» daba tumbos con su saxofón por centros nocturnos de la capital.

Aferrados a su fe cristiana, a pocos meses del enero fidelista, las realidades emprendían un rumbo inusitado, cuando muy alegres recibieron el título de propiedad de la casa al amparo de la Ley de Reforma Urbana, para acuñarlos como únicos y genuinos dueños de una vivienda construida a inicios del siglo XX, allá por 1910.

Mi madre continuó siendo una infatigable ama de casa, sin embargo, la vida la premió con la dicha de vivir 94 años y ver las tantas obras de la Revolución. Mi padre, fallecido casi a los 80, halló un trabajo seguro en la orquesta de la radio y la televisión cubana, hasta el mismo momento de su jubilación.

Nunca tuvieron mayores pretensiones que llevar una vida modesta, agradecida al hombre que les ofreció
tranquilidad y propició a su hijo—nacido en un barrio periférico y bullicioso de la ciudad— ascender por la escalinata de la Universidad de La Habana, para concederles a sus progenitores la satisfacción de verlo convertido en un profesional.

Mis padres también sufrieron, y mucho, el sabotaje al buque La Coubre; el crimen de Barbados; y no sé cuántos dolores más les llegaron a lo más profundo del alma. Nunca vieron a Fidel de cerca, no lo trataron, no pudieron apretar sus finas manos, mas siempre, sobre todo ante las adversidades, los escuchaba mencionar con esperanza aquellas cinco letras símbolos del país.

Mis padres nunca vieron a Fidel de cerca, pero murieron convencidos de cuanta bondad había en su corazón.

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soraya dijo:

1

1 de diciembre de 2016

06:20:51


En tu relato tranquilo, profundo y honesto, veo reflejado parte de mi vida y la de mis abuelos, vivieron sin pretensiones, amaron a Fidel, a la revolucion e hicieron bien sin mirar a quien, gracias al alto indice de espectativa de vida, facilitado por la revolucion tambien alcanzaron edades altas, 91 y 89 respectivamente, esa vida intensa espiritual de tus padres y mis abuelos creo que es la llave del cofre que llamamos verdadera felicidad.Gracias.

sachiel dijo:

2

1 de diciembre de 2016

08:18:30


Es la historia de miles de hogares cubanos, los agradecidos, los verderos creyentes, no sólo de religión, sino del verdadero valor humano, que se llama Fidel. Hoy su simbologia se acrecienta, multiplica, y vuelve hecha millones.

raimundo dijo:

3

1 de diciembre de 2016

08:31:33


Leí tu relato con mucha emoción, en el vi reflejados a millones de cubanos que tampoco pudieron verlo ni tocar sus manos, digno de cubanos que supieron valorar a un hombre que le llevó tranquilidad y seguridad a su pueblo, al hombre que ahora tanto los que pudimos un día verlo y los que no despedimos su físico y arrastramos sus ideas. Gracias a ti.

Maria Elena Castaneda Rojas dijo:

4

1 de diciembre de 2016

09:22:24


Es cierto, muchos de nosotros no lo pudimos palpar o sencillamente darle un apretón de manos, pero lo sentíamos tan cerca, tan pendiente de nuestros problemas. gracias por tu sencillo pero conmovedor escrito. yo solo tenía cinco anitos cuando triunfó la Revolución pero mis padres me ensenaron a quererlo desde el primer día y nunca nos perdimos nada que tuviera relación con él. Descansa en paz Comandante que este pueblo sabrá mantener levantadas todas las banderas conquistadas junto a ti. Gracias Fidel por existir, siempre estarás presente!!!! tu obra lo dice todo. Hasta siempre Comandante.

Mano dijo:

5

1 de diciembre de 2016

11:47:28


pocos lo vimos personalmente, pocos lo palpamos, pero muchísimos, diría que todos, lo sentimos de disímiles maneras, como leí hace muy poco, que difícil es ver a los niños cubanos con un tablet, pero mucho más difícil, diría que imposible sería verlos botados en la calle, sin escuelas, sin hogar, sin alimentación, como dice la canción,,,,,,,"SOLO PARA AGRADECIDOS",,,,,,

Juan de Dios Calderón Toscano dijo:

6

1 de diciembre de 2016

12:09:25


Deseo expresar que soy médico, tengo 56 años y todo lo que soy es gracias a Fidel y a la Revolución.- Mi madre, de 93 años, el pasado 24/09 sufrió un ACV, que le dejó como secuela una Hemiplejia total izquierda y actualmente está evolucionando hacia la demencia. Ayer me dijo hijo: Fidel logró el respeto y admiración de todo el mundo. Interpreto que desde y a pesar de su enfermedad mi madre reconoce Nuestro Gigante Infinito de todos los tiempos. Gracias Fidel por tu inmensa obra y por tu vida; tu pensamiento y actuar son obligada cita para todas las generaciones de cubanos de todos los tiempos. Hasta siempre Comandante.

Yanelis dijo:

7

1 de diciembre de 2016

13:31:48


Estamos conmovidos desde el viernes y con tu histora volvemos a recordar las historias que nos cuentan nuestros padres, de la Cuba antes del 59 y la Cuba de Fidel.A pesar de no haberlo podido ver personalmente nunca mi madre jubilada de 60 años no ha dejado de llorar, ha cambiado su rutina diaria, solamente atenta a toda la cobertura televisiva. Agradecida de Fidel y de esta Revolución y da gracias por todas las bondades recibidas. Nos cuenta que no pudo disfrutar su infancia, porque con edad muy temprana tenia que trabajar para poder contibuir a la economía familiar a pesar de no alcanzar y tener que colocar un banco para poder lavar en la casa donde trabajaba. Hoy gozamos de privilegios y no nos alcanzarían las palabras para agradecerle a ese inmenso hombre.

Patricia dijo:

8

1 de diciembre de 2016

13:39:11


Yo si tuve la maravillosa oportunidad de conocer a nuestro Comandante y aunque solo contaba con 12 años, viví la experiencia más linda de mi vida. Recuerdo que cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que no me lavara la cara porque el Comandante me había dado un beso. Mi padre siempre me inculcó el respeto por ese ser magnánimo y por todo lo que con su esfuerzo se logró en nuestro país. Siento su pérdida física tan profundamente como los 11 millones de cubanos de nuestra isla, pero es solo eso, porque vivirá en el corazón de Cuba por toda la eternidad. "HASTA SIEMPRE COMANDANTE"

Katia Acosta Quintana dijo:

9

1 de diciembre de 2016

14:29:31


Esta historia es similar a la de mi familia. Somos de la Playa Baracoa, un pueblecito costero que limita al oeste de La Habana. Mis padres, militantes del Partido Comunista de Cuba desde los años 60, ella maestra y el obrero de la textilera Ariguanabo, entregados con amor al proceso revolucionario hasta el último día de sus vidas, porque ambos fallecieron. Nunca pudieron estrechar las manos de Fidel, pero vivieron agradecidos de su obra revolucionaria por los humildes y para los humildes, con la satisfacción de que sus cuatro hijos somos universitarios. ¡FIDEL, TU OBRA DE JUSTICIA Y AMOR, ES EL ABRAZO TIERNO QUE LE DISTE A TU PUEBLO!

Nadia biagioni dijo:

10

1 de diciembre de 2016

14:49:57


La realizzazione dello spirito della rivoluzione cubana

alfonso nacianceno dijo:

11

1 de diciembre de 2016

15:51:45


A todos los que han comentado esta breve crónica les agradezco infinitamente las opiniones vertidas en nuestra página web. Son muchas, muchísimas las historias que todos los cubanos que vivieron la etapa antes de la Revolución podrían contar sobre sacrificios y privaciones. Una vez más, agradezco sus atenciones.

eduardo dijo:

12

1 de diciembre de 2016

18:21:31


Cierto. Uno de los principales deberes de una persona es el agradecimento, algo que muchos quieren ignorar.

Juan José Sánchez Caballero dijo:

13

1 de diciembre de 2016

18:23:52


Aunque solo fuera por muchas de estas sencillas historias, mereció la pena la revolución cubana.

Margarita dijo:

14

2 de diciembre de 2016

13:12:06


Gracias, Alfonso, x tu relato. Reflejas millones de vidas y no solo de cubanos.

MARIA ELENA ALARCON dijo:

15

2 de diciembre de 2016

14:27:44


Palabras muy sinceras. Pienso que Fidel era , la gran Esperanza, no solo para los cubanos, sino para todos de la Patria Grande, con la ilusión, de que nuestros gobernantes, siguieran las enseñanzas de FIDEL.