.
Temas

 

 

 

 

b2-temas.gif (443 bytes)

Millonaria necedad

FÉLIX LÓPEZ

Un proverbio africano que revolotea por estos días en la memoria, advierte que la unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre. Parecería que nada tiene que ver con ese acto libertario de poner nuestras firmas en un documento que fortifica a la Patria. Pero esas rúbricas son como muros, crecen, juntan. El león de esta historia —ya sabemos quién— debe volver a la selva sin devorar a Cuba, nada parecido a un obediente rebaño.

Desde siempre creí en esa simple y terrenal teoría de la unidad: primero, ayudado por la lógica quijotesca de que "no existe un proverbio que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia". Después, tuve tiempo de aprender con mi pueblo todas las tácticas posibles que garantizan la supervivencia de los débiles: no transigir, no ceder, no temer, no vender, no traicionar, y no olvidar, porque quienes no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo.

Tras 74 horas de lecciones millonarias, Cuba acaba de corroborar que la mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo. Quienes intentan imponernos esa suerte de travestismo político que significa entregar el socialismo, no aquilataron la respuesta que se les vendría encima. "Más vale maña que fuerza", sentenció un viejo combatiente desde aquella interminable marcha en el Malecón, como preludio de ese golpe moral que vendría dos días después.

Ahora el león anda atolondrado, rugiendo en otras partes, sabio en eso de desviar la atención de sus errores. Y no sacará lección alguna de esta historia, porque la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia. Por separado pudiera habernos comido uno a uno, pero ha encontrado a un pueblo que no oculta su necedad de vivir sin tener dueños. Agréguese otra más al libro de las moralejas: mientras el prepotente prepara su próximo ataque, el valiente va, triunfa y vuelve.

Publicado 19-06-2002

pixelb.gif (34 bytes)Subirtop.gif (129 bytes)

Home