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Aquí los yankis no tendrán cabida

Expresa Maruja Lamas Ávila, guaimareña de 91 años de edad

Enrique Atiénzar Rivero

GUÁIMARO.— A pocos metros del lugar donde los patriotas proclamaron, el 10 de abril de 1869, la primera Constitución de la República en Armas, vive Maruja Lamas Ávila, la sexta persona en el CDR 1 Piti Fajardo, de la zona 7, en estampar su firma para respaldar el Proyecto de Modificación Constitucional.

Con 91 años cumplidos el pasado 9 de enero, esta mujer de estirpe mambisa, nieta de Ezequiel Ávila García, integrante del Ejército Libertador, dijo estar convencida de por qué firmó y aseguró: "Todo lo que Fidel me diga es un evangelio".

Foto: TOMÁS MOLINETCon movimientos afirmativos de su cabeza siguió la idea de que la administración norteamericana quiere hacer volver a Cuba al pasado neocolonial y gobernarnos, "y eso —dice ella— sería la desgracia más grande, caeríamos bajo las botas de ellos y nos harían pasar los más malos ratos de la vida, después de estar pasando con Fidel todo lo mejor y que seguiremos pasando".

"Aquí los yankis no tendrán cabida. No estamos de acuerdo en caer en manos de ellos", reitera Maruja, de envidiable lucidez, mientras sus ojos se fijan en el Museo de la Constitución, custodiado por el Mausoleo que recuerda a Ana Betancourt.

"¿Que en Cuba no hay democracia? Ellos son los que no conocen qué es democracia. Aquí todo se consulta con el pueblo y este acto de la firma es una manifestación de democracia." Y finalizó su comentario reiterando que "el presidente de Estados Unidos no la conoce porque allí viven para el dinero, el bienestar individual, que es a lo único que aspiran. ¿Y los demás? ¡Que se fastidien!".

Publicado 18-06-2002

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