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![]() La firma del negro Julián José Antonio Fulgueiras SANTA CLARA.— Primero escribió su nombre y apellidos: Julián Morejón Gibert. Después los números de su carné de identidad: 34022172285. Y acto seguido, con pulso certero y caligráfico, estampó su firma en el reducido espacio de papel.
"Soy de Cayama, en Quemado de Güines, y en el sistema capitalista nunca voté. Yo tenía edad, pero cuando venían los políticos aquellos a mi casa, salía huyendo y me escondía en los matorrales para no darle el voto a nadie". Un vecino le pregunta malicioso: "¿Qué, Julián, cuántas tumbaste este año?" Y él lo mira, abre su sonrisa franca y responde: "Unas poquitas ahí, las que pude". Clavelo, el jefe de la brigada, había revelado: "El Negro promedió este año entre 400 y 500 arrobas diarias en campos de caña bastante malos, en su mayoría. Ya frisa los 70 años y parece de 15. Anda por el millón de arrobas cortadas de por vida y no hay quien le detenga la mocha. La tonga de caña que ha tumbado es más grande que este edificio." En su CDR 4, del reparto Vigía Sur, lo conocen como machetero permanente, raras veces está en su casa, sobre todo cuando rompe la contienda azucarera. Pero pocos, o tal vez nadie, saben quiénes lo enseñaron a leer y a escribir, para que esta mañana de junio, sobre la mesa del dominó, con receso en tres días igual que el play-off, estampe su rúbrica resuelta. "Las primeras letras me las enseñó el maestro Cartaya cuando estábamos alzados en el Escambray con la tropa del Comandante Víctor Bordón, al mando del Comandante Che Guevara." Y su segundo maestro: "Veía al Che en el Escambray siempre leyendo, pero nunca tuve valor para acercarme. Pero en el Congo, desde que supe que era él, me dije: Ahora sí este no se me escapa y me tiene que enseñar todas esas cosas tan lindas que él sabe. Y yo creo que me adivinó el pensamiento, pues sin haber pasado una semana me llamó: `Tiza, que era mi nombre en swahill, venga para acá, le voy a enseñar los pronombres personales'. Y allí fue que empecé a perfeccionarme, con un maestro al que no se le podía faltar a una clase." La historia del Negro Julián no cabe en todas las páginas de Granma. Si mencionas la lucha contra bandidos en el Escambray, allí estuvo. En Girón, de los primeros milicianos, en el Batallón 339, en enfrentarse al desembarco mercenario. De internacionalismo: además del Congo con el Che, combatió en Guinea Bissau y Angola. Se levantó de la mesa, saludó la Bandera Cubana del fondo, e intimó con el periodista luego de estampar su firma: "El Che se gastaba algunos chistes conmigo. Yo me ponía muchos bolígrafos en el bolsillo, y una vez en la selva congoleña le pasé por el lado muy apurado y me dijo: `Vaya más despacio, que no es lo mismo un diplomático de carrera que un diplomático a la carrera'." "Por eso pienso que hoy me iba a observar atentamente, y mientras yo escribía sobre este documento histórico, de seguro me iba a decir: `Oiga Tiza, vos parece un canciller con esa firma'."
Publicado 17-06-2002 |
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