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![]() Referéndum a paso de combate ORLANDO ORAMAS LEÓN Los barrios enmudecen y las calles se animan. La lluvia había amainado y algunos de los que no se mojaron querían que regresara, como para reafirmar. No pocos tenían consigo sus banderas de otras marchas, y las empuñaban para la marcha mayor. La música está a todo meter en la Plaza Roja, de la Víbora. "¿Será tan bruto el presidente W.?", preguntaba un vecino de Diez de Octubre. "Bruto y medio", le respondía otro. "No hay peor ciego que el que no quiere ver", se sumaba una señora al subir la guagua, sombrilla en mano. "Pero esta va a tener que verla, aunque no le guste", afirmaba un joven con los Cinco Compatriotas al pecho. Así se preparaban para la marcha de ayer en el municipio más poblado de la capital. Lo mismo ocurría en otros lugares de la ciudad, y la marea humana se sumaba y expandía al occidente, al centro y al oriente del archipiélago. Era un referéndum a mano alzada, dignidad en ristre, para reafirmar de por vida el Socialismo, aplastar a la mentira y exigir la libertad de nuestros Héroes. ¿Qué pasaba en el mundo mientras en Cuba nuestros niños se integraban a la marcha? Hussein Al Metawi, palestino de nueve años, era abatido en Gaza por soldados israelíes. Entretanto, en la capital costarricense, San José, era hallado el cuerpo sin vida de Madrigal, de apenas cuatro años, la tercera víctima de una red de secuestradores de menores. Francisco y Jessica siguen desaparecidos. ¿Y qué sucedía cuando nuestros diputados se confunden con el pueblo y se preparan para aprobar la propuesta de reforma constitucional que declarará intocable el sistema político, social y económico portador de las grandes conquistas de los cubanos? En el Congreso peruano el legislador Arturo Vaderrama se declaró en huelga de hambre en plena sesión legislativa. Vaderrama se sentó en su curul con un cartel al pecho donde podía leerse: "No a la privatización". Más al sur, en Argentina, los legisladores, que apenas pueden caminar por las calles por temor al repudio popular, aprobaban leyes exigidas por el FMI que lesionan la soberanía del país sudamericano. ¿Cuántos médicos, enfermeras y trabajadores de la Salud no habrán desfilado ayer en toda Cuba? Mientras eso ocurría, en Panamá se cumplía el séptimo día de la huelga que mantienen 800 galenos en demanda de mejoras laborales. ¿Y qué de los jóvenes y estudiantes? Acá en algunas escuelas de la capital acamparon para esperar la madrugada histórica del 12 de junio y, como diría Silvio en su canción, sumarse a la masa. En Honduras ocurría otra marcha: la Asociación de Estudiantes de Secundaria y el Bloque Popular protestaron enTegucigalpa contra las medidas neoliberales y privatizadoras que impone Estados Unidos para saquear a la América Nuestra. También contra el ALCA. En México, el propio día, un joven de 17 años aparece muerto de un balazo en un barrio del distrito federal. Poco antes una patrulla lo había detenido. Se investiga a la policía. En Brasil encuentran los restos de un periodista, asesinado por el narcotráfico. En La Habana reunida, veo a algunos de mis colegas que cubren la multitudinaria manifestación, otros marchan apurados para regresar al trabajo. ¿Volverá la corrupción a Cuba? ¿Volverá el imperialismo?, pregunta un locutor en la Tribuna Antiimperialista y un No de miles sube aupado por manos y banderas. Imagino los apuros de los funcionarios de la SINA para elaborar su informe a Washington sobre esta jornada. ¿Dirán que fuimos obligados? Tal vez buscarán en los rostros que me rodean rictus de desesperanza. Pero la sonrisa franca de la pionera, de uniforme, el paso firme de sus padres, el soldado de verde y el joven de pulóver rojo, uno junto al otro, el toque de la conga cubana y el estribillo de pa' lo que sea Fidel, el contagio popular en su marcha unida, desmienten cualquier falacia preconcebida. Dame la F, gritan a mis espaldas. Y corean la letra de la Fidelidad, la I de independencia, D de decoro y dignidad, la E, de entereza y esperanza, y la L de libertad. Y luego el concierto de voces une las cinco letras, mientras doblamos para regresar, y noto que las banderas siguen en las manos, por si hay que volverlas a utilizar.
Publicado 13-06-2002 |
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