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![]() Mesa Redonda Informativa ¿C on qué moral pueden acusar a nadie?Historias de terror y muerte Miguel Ángel Untoria Pedroso Con un total desprecio por las vidas humanas y los posibles impactos en el medio ambiente, empresas pertenecientes al complejo militar industrial norteamericano han producido innumerables armas químicas y biológicas, solicitadas por el Pentágono, aprobadas por las administraciones de turno y pagadas por los contribuyentes estadounidenses.
Juana Carrasco, periodista de Juventud Rebelde, puso al descubierto, una de esas acciones macabras, al describir con lujo de detalles cómo el gobierno de los Estados Unidos para determinar las diferencias entre la población blanca y la negra ante una enfermedad, realizó un experimento con 400 negros pobres y enfermos de sífilis, a quienes se les negó que conocieran la enfermedad que tenían y el uso de la penicilina. La investigación se extendió durante decenas de años. Al final, el departamento de salud pública les ofrecía el servicio de funeraria gratuito, para continuar el experimento hasta el último minuto, incluida la autopsia. También abundó sobre las criminales acciones con pacientes norteamericanos y en especial de América Latina, donde las compañías farmacéuticas tratan de establecerse fuertemente porque los costos son bajos, abundan los pacientes, y hay muy pocos controles por los gobiernos. Reinaldo Taladrid, periodista de la Televisión Cubana, explicó con lujo de detalles los experimentos realizados por los norteamericanos con sustancias radiactivas en personas sanas, incluso darles cócteles radiactivos a embarazadas, para estudiar qué efectos causarían las radiaciones antes y durante el desarrollo del programa nuclear qué concluyó con la destrucción de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Taladrid destacó también otras acciones realizadas por los gobiernos de los Estados Unidos en general y la CIA y el Ejército en particular, como la realización de pruebas extremadamente peligrosas con nubes sobre ciudades de Estados Unidos, soltar bacterias sobre la Bahía de Tampa, y mosquitos infestados con fiebre amarilla sobre Savannah, Georgia. En su intervención, el colega Lázaro Barredo, puso al descubierto el llamado programa MK-ULTRA, destinado a cambiar la mentalidad y el pensamiento de las personas. Recordó la muerte de 900 ciudadanos norteamericanos en 1978, en la selva de Guyana, muerte masiva que está relacionada con los macabros experimentos de la CIA sobre el control de la mentalidad. Comentó acerca del empleo del uranio empobrecido y sus efectos tanto en los militares como en los civiles en los campos de batalla. Dijo que más de 250 000 civiles de Iraq y unos 100 000 de los 700 000 soldados norteamericanos que participaron en la Guerra del Golfo resultaron afectados. Por su parte, Orlando Oramas, periodista de Granma, recordó las particularidades del empleo de sustancias químicas durante la guerra contra Viet Nam. Destacó que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, además de causar miles de víctimas que aún en la actualidad sufren las consecuencias de aquellas sustancias, destruyeron el 14% de los bosques de Viet Nam del Sur, mediante el empleo de desfoliantes y otros productos químicos. El gobierno de Estados Unidos es el que más ha utilizado las sustancias tóxicas para probarlas con sus propios ciudadanos, civiles y militares. Eduardo Dimas, de la Televisión Cubana, destacó los experimentos y las pruebas que se realizaron por los Estados Unidos desde la década del 40 para el empleo de los gases mortales como armas de guerra. También amplió sobre los trabajos que realizan para la creación de la llamada bomba biológica (proyecto Visión Clara) y experimentos para diseñar una vacuna del ántrax más potente. Y agregó que la Casa Blanca confirmó que ha estado realizando experimentos biológicos. Rogelio Polanco, director de Juventud Rebelde brindó una amplia información sobre el reciente uso del ántrax en Estados Unidos. En particular recordó el pánico que se creó en ese país una semana después del 11 se septiembre, cuando llegaron las primeras cartas con esporas de ántrax a diferentes lugares del territorio de Estados Unidos. Este ataque causó la muerte de 5 personas y tratamiento médico a más de 30 000. Las investigaciones realizadas por científicos estadounidenses apuntan a que el ántrax salió de los propios laboratorios norteamericanos. Publicado 6-06-2002 |
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