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![]() Hablo del pueblo que ha brindado colaboración médica a 15 millones de hermanos en el Tercer Mundo Luther Castillo Harry,
Estudiante de la Escuela Latinoamericana
Querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Queridísimo pueblo cubano, pueblo digno merecedor de toda la honra y gloria de sus tiempos, eterna antorcha que alumbra el camino de libertad de los pueblos oprimidos del mundo, elevo hacia ti mismo sublime alabanza. Cuando digo pueblo cubano, que quede claro, me refiero a este que el 99,8% de sus hijos está cubierto por la atención primaria de salud.
Hablo del pueblo que ha brindado colaboración médica y ha atendido a más de 15 millones de hermanos del Tercer Mundo, en más de 80 países, convencidos de que el que no nace para servir no sirve para vivir. Me refiero al que el 99,37% de sus hijos dieron un Sí rotundo por la Revolución y el Socialismo como valores intocables de la Patria, reafirmando que Cuba no fallará y aquí está hoy, para ratificar ante América Latina y el mundo, como un compromiso histórico, su dilema irrenunciable de PATRIA O MUERTE. Sí, sí, Sr. W., este es el pueblo cubano, no confunda los términos; al que usted se refiere no es el pueblo cubano, sino una pandilla de mercenarios de la fundación gusanoamericana con inmunidad imperialista. Este pueblo es un pueblo culto que escucha y analiza y sabemos que en inglés hay dos términos parecidos: Story sin h y History con h. El primero significa historia real de los pueblos y el segundo que usted aplica es una palabra compuesta, His-tory, significa su historia. Esa fórmula arcaica e infructuosa de calumnias que no la creen ni los propios norteamericanos. Nosotros, estudiantes del Tercer Mundo, fieles testigos de las conquistas de esta Revolución y profundos conocedores de la democracia que usted predica, receta diseñada y perfeccionada con ingredientes neoliberales en las entrañas del monstruo para nuestros países, podemos hablar con autoridad y firmeza lo que hemos vivido. Me precio de hablar ante un Parlamento que reconoce como principio único la dignidad y se viste de mulatos, negros y blancos, representantes genuinos de una sociedad pluricultural. Nosotros, los jóvenes que buscamos voces que acallen el silencio, soñamos con una verdadera democracia como la que hoy vive el pueblo cubano. En mi país habitan ocho etnias, que aunque representan más del 35% de la población no cuentan con ninguna representación en la Asamblea Nacional. Yo soy de la Mosquitia hondureña, allí donde por convicción solo llegan los médicos cubanos, de la etnia garifuna afrohondureña, negro, orgulloso de su identidad y se lo aclaro para que usted no se confunda. Permítame hacer de su conocimiento que en 1847 se fundó la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y no es hasta 100 años de su existencia que pudo graduarse en ella el primer médico negro. Y hoy, a solo tres años de la fundación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, gracias a las becas otorgadas por el Comandante en Jefe al pueblo garifuna de Honduras, hay más negros afrohondureños estudiando Medicina en la ELAM que en más de un siglo y medio de fundada la UNAH. ¿Acaso es ese el modelo de democracia e igualdad de oportunidades que queremos para Cuba? No y mil veces no. Hace unos meses se llevó a cabo una propuesta de reforma constitucional en mi país, la reforma del artículo 107 de la Constitución de la República. Su objetivo era desalojar a los pobres de sus tierras costeras, que son más de 46 comunidades, donde han vivido por más de 200 años, para venderlas a las empresas extranjeras. Allí se produjo una marcha, los indígenas, negros, campesinos y obreros salieron a las calles y frente al mismo palacio presidencial esta manifestación pacífica fue disociada a balazos por los militares resultando heridos más de 30 compañeros. Como podemos ver, estamos frente a un evidente antagonismo, los militares en Cuba desfilan entre el pueblo como frente único de un proceso revolucionario auténtico. A esta Isla la sustentan la moral y las voces de los millones de hermanos del Tercer Mundo que claman por su libertad de las garras del imperio yanki y el poder del pueblo que se fundamenta en la definición del poder como habilidad para definir la realidad. Permítanme expresar nuestro apoyo incondicional, ratificado por las miles de firmas que los compañeros de los hermanos países, voluntaria y espontáneamente a lo largo de este archipiélago plasmaron en apoyo a la batalla que hoy libra este pueblo. Cuba, estamos contigo, nuestra es tu lucha, y te defenderemos como tus verdaderos hijos, porque preferimos renunciar a la vida que a la Gloria de conquistar la Victoria.
¡VIVA CUBA LIBRE! Publicado 26-06-2002 |
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