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![]() La razón de mi voto Compañeros Fidel y Raúl, Presidente Alarcón, Compañeros y Compañeras: Me siento profundamente feliz por haber regresado a la Patria a tiempo para participar de esta histórica reunión de nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular. Aunque lamento no haber participado en las manifestaciones del pueblo cubano reafirmando una vez más su opción patriótica y socialista. Pero una vez que fuimos informados de la Iniciativa de la Modificación a la Constitución de la República, y del respaldo escrito de nuestro pueblo, nos presentamos, como cubanos y cubanas, toda la delegación, ante nuestra Sección de Intereses en Washington para unir nuestras firmas al pueblo, y expresar así nuestra adhesión a las enmiendas señaladas.
Sobradas razones bíblicas y teológicas nos asisten, como se ha señalado en esta mañana por los compañeros Arce y Marichal, para fundamentar nuestra decisión: Cuando las ciudades de Sodoma y Gomorra ardían, a los que lograron salir de la ciudad se les advirtió que no volvieran la mirada. Por mirar hacia atrás, la mujer de Lot se convirtió en una estatua de sal. Cuando el pueblo de los hebreos transitaba por el desierto, después de haberse liberado de la esclavitud en Egipto, a la generación mayor de los 40 años no se le permitió entrar a la Tierra de la Promesa, llana y sencillamente porque frente a las naturales dificultades de aquel período de transición se atrevieron a plantearle a Moisés, su líder, que los dejara volver atrás, porque era mejor vivir en la opresión y explotación en Egipto que pagar la cuota de sacrificio que demanda la dignidad y la libertad del pueblo que camina hacia su definitiva liberación. Habían olvidado que es muchísimo mejor el poco maná en el desierto que las ollas de carne y de cebollas en el Imperio que los despreciaba y oprimía y asesinaba a todos los niños varones que nacían. Años más tarde los profetas quemaban la conciencia de los indecisos cuando con palabras encendidas decían: "¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda y confían en sus príncipes y en sus carros de guerra, y buscan alianzas con ellos!". Y el propio Jesús, era mucho más radical al afirmar: "Todo aquel que pone su mano en el arado, y mira hacia atrás, no es digno del Reino de Dios". Entonces, para nosotros quedaba claro: Hay que estar al lado de nuestro pueblo, porque este pueblo, con su esfuerzo cotidiano avanza hacia el Reino de la Libertad, y ha puesto su mano en el arado, con su mirada fija y firme en el futuro glorioso de la Patria. Uno de los nuestros lo ha dicho de una forma más clara y breve: "Atrás, ni para coger impulso". Permítanme señalar otra razón: Las primeras comunidades cristianas en el siglo I, concibieron y pusieron en práctica un proyecto social que lo caracterizaban de la siguiente manera: La Comunidad, era como una sola alma y un solo corazón; nadie decía que lo que tenían era de ellos, sino de los demás. No había necesitados entre ellos, y a cada uno se le daba conforme a sus necesidades. En este tiempo en el cual se ha invocado tanto el nombre de Dios para legitimar proyectos guerreristas y políticas de bloqueo, vale la pena preguntarse si estos valores comunitarios y solidarios se reflejan en el modelo social, político y económico del sistema egoísta, individualista, despilfarrador y consumista que caracteriza al proyecto capitalista, y se nos presenta como ideal, a semejanza como lo han impuesto a otros pueblos del Hemisferio. Hace hoy exactamente un mes que fui invitado por las Madres de la Plaza de Mayo para celebrar su 25 aniversario de lucha a favor de sus hijos y nietos desaparecidos. Estando allí, la Iglesia Metodista de Lomas de Zamora me invitó para un culto de celebración por el Día de los Trabajadores. Una vez en el templo me pregunté: vamos a ver cómo mis hermanos y hermanas van a celebrar este día. Lo hicieron con un locro, algo así como la caldosa de los CDR, con la diferencia que aquí es para celebrar con una fiesta el 28 de Septiembre, en esta ocasión era para darle una ración a los niños de los padres desempleados, y eran muchísimos. Entonces me acordé de mi mamá que cada vez que veía un carro fúnebre me agarraba las manos y decía: "¡Solavaya, por mi casa no vaya". En estos días hemos oído con el uso del anacrónico y obsoleto lenguaje de la Guerra Fría referirse a lo que ha hecho nuestro pueblo durante estos días como el intento de sus líderes de petrificar la Historia. No quieren entender que lo este pueblo ha logrado en justicia social, igualdad, dignidad humana, solidaridad, soberanía e independencia, NO TIENE MARCHA ATRÁS. Y SOBRE ESA BASE "VAMOS HACIA ADELANTE A LA PERFECCIÓN". Al leer detenidamente los dos discursos del presidente de los EE.UU., acudieron a mi mente dos imágenes, una del pasado y otra del momento presente. Del pasado recordé cuando de niño veía a mi padre, trabajador agrícola, cómo tenía que enfrentar, en aquella sociedad idealizada hoy por los extremistas de Miami, el cuidado de nueve hijos en los largos meses del tiempo muerto. Hoy cuando disfruto de todo lo que ha logrado este pueblo heroico y su Revolución a partir de su opción patriótica y socialista; y pienso en el futuro glorioso de nuestro pueblo, encuentro la respuesta a muchos visitantes del extranjero en nuestros acostumbrados conversatorios sobre la realidad de Cuba y el rol de la Iglesia, cuando me han preguntado: "Reverendo, entonces, ¿Cuba es el Reino de Dios?" Siempre aparecen en mí las últimas palabras de una canción de Pablo Milanés: NO ES PERFECTA, MÁS SE ACERCA A LO QUE YO SIMPLEMENTE SOÑÉ, Muchas Gracias. Publicado 26-06-2002 |
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