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![]() Yo soy fruto de esa justicia social y de la solidaridad humana proclamada en nuestra Constitución Querido Fidel: Quizás al señor W. le extrañaría ver a esta personita recordándole lo que hace días los pioneros cubanos venimos reafirmando en nuestras aulas: "Cuba es un Estado Socialista, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como República unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana". Aunque usted no sabe lo que es eso, por lo menos me imagino que vea bien y me mire. Yo soy fruto de esa justicia social y de esa solidaridad humana. Nací así. He vivido doce años en esta silla de ruedas, pero he tenido una vida plena, en una sociedad justa y solidaria, donde nadie es más importante que un niño, y que usted con sus mentiras, engaño y falsedad, quiere ofender.
¡Qué lástima, que usted no se dignara a ver un reportaje de mi escuela!. Allí convivimos 160 niños y niñas de todo el país, en sillas de ruedas, con muletas, andadores, prótesis, pero con un espacio en la Cuba de todos y para el bien de todos. ¿Usted sabe por qué ha ocurrido esto? Porque Fidel dijo que la Revolución no olvida a ninguno de sus hijos. Y usted, aunque se haga el bobo, sabe que Fidel nunca miente y por eso hizo 428 escuelas para que niños con necesidades educativas especiales como yo, tuviéramos un porvenir igual que todos los niños de nuestro país, a pesar del bloqueo y la guerra económica impuesta por el suyo. Qué pena que los limitados físicos-motores de su país, por supuesto no los ricos, sino los pobres, no puedan decir lo mismo que yo, que disfruto de los programas de la Revolución, con las computadoras, los televisores, videos, libros y sobre todo, mis maestros solidarios y humanistas, y la Revolución que me permiten hacer junto a tres compañeritos más, las pruebas de ingreso para la escuela de Instructores de Arte y en septiembre ingresar en ella. Por eso, señor W. sentí muchísimo no tener más de 16 años, para no solamente gritar sí por el Socialismo, si no haberlo firmado. Pero estuvimos en la Mesa, cantamos el Himno, mi cuerpo pequeño se sintió inmenso, al ver el pueblo, primero en la marcha y después firmando el sí por el Socialismo. Recordé cuando mis compañeros me dicen meñique y recordé al gigante. Y pensé: No, Meñique es Cuba y usted, señor W., el gigante, mentiroso y mañoso, pero que Meñique con su inteligencia e ideas ha vencido durante 43 años, porque nunca le hemos tenido miedo. Cuba despertó y sí reconoce al gigante, por eso, nosotros los cubanos andamos en cuadro apretado y nos ponemos en fila para que no pase el gigante de las siete leguas. ¡Socialismo o Muerte! Publicado 25-06-2002 |
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