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Temas

 

 

 

 

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No queremos otros cambios que no sean aquellos que conduzcan a perfeccionar este Socialismo nuestro

Compañeras y compañeros:

Cuando a los que se creen dueños del mundo se les agotan las ideas, cuando no tienen argumentos y acuden a las mentiras y a la intimidación, cuando no tienen otras razones que la amenaza de las armas, a las cubanas y a los cubanos nos sobran las ideas, nos sobran los argumentos, nos sobran las razones. Quiero compartir con ustedes muy brevemente mis razones como trabajadora de la ciencia cubana.

Al anhelo revolucionario de que la mujer ocupara el lugar que le corresponde en la sociedad se sumaron otros que se han ido materializando en estos cuarenta y tres años de Revolución, uno de ellos fue tener un pueblo de ciencia.

Foto: AHMED VELÁZQUEZSoledad Díaz Otero, Federación 
de Mujeres Cubanas

Este propósito definía una clara estrategia de desarrollo, no se trataba de crear una élite de científicos, se trataba de garantizar que toda la población tuviera acceso al conocimiento como expresión de respeto a la dignidad y como elemento indispensable para nuestra soberanía, significaba desarrollar la ciencia desde el pueblo y para el pueblo.

Es por eso que hoy tenemos un sistema de ciencia e innovación donde se integran importantes instituciones de investigación y universidades, quince polos científicos productivos, masivas asociaciones como la ANIR y las BTJ y un impresionante movimiento de la creatividad, el Forum de Ciencia y Técnica, donde participan millones de cubanas y cubanos.

¿Qué teníamos antes del 59? No existen ni las estadísticas. Pongamos entonces algunos ejemplos: en la Academia de Ciencias, que contaba con un irrisorio presupuesto de cuatrocientos pesos mensuales, no fue electa jamás una mujer como académica; hoy el 25% de los académicos titulares y de mérito somos mujeres.

Según datos del censo de 1953, de 70 científicos en agronomía y biología solo 4 eran mujeres; hoy más de catorce mil mujeres son trabajadoras de instituciones de investigación en Cuba y representan el cuarenta y ocho porciento del total de trabajadores, más de dos mil quinientas son investigadoras científicas para el cuarenta y tres porciento y como expresión de los avances en esta dirección, el cincuenta y seis porciento de la reserva científica está formada por jóvenes mujeres.

Una ministra, dos viceministras, cinco delegadas territoriales de ministerios, y 32 directoras de instituciones científicas son expresión del papel de la mujer en la toma de decisiones en este sector estratégico para el desarrollo del país.

En los polos científicos productivos participan más de siete mil mujeres universitarias.

Mientras que en cuatro décadas nuestro país exhibe estos logros, muchos de trascendencia mundial, con una presencia destacada de la mujer, en otros países, incluso del llamado Primer Mundo esto no se comporta así.

En el último informe de la Red iberoamericana de indicadores de ciencia y tecnología se reporta, por ejemplo, que las mujeres investigadoras en los Estados Unidos de Norteamérica constituyen solamente el 20,6%. Hoy el tema de la mujer en la ciencia sigue siendo un objetivo a resolver para muchos países. Según informe de 1999 de la Comisión Europea publicado en la revista Nature, el porcentaje de participación femenina en las academias o foros científicos nacionales en Europa oscila entre el 14,6%, en Turquía y el 0,4%, en Holanda. España queda muy abajo en la lista con un 2,7% de mujeres miembros de la Real Academia de Ciencias.

Compañeras y compañeros: Cuando el pueblo argentino sale a las calles para denunciar a sus gobernantes ladrones. Cuando el pueblo uruguayo sale a las calles para protestar por las políticas económicas del gobierno de turno que hunden al país en la espiral fondo monetarista de la desesperación. Cuando el pueblo peruano toma las calles de Arequipa y Tacna para decirle a su impopular gobierno que no permitirá la privatización de las riquezas nacionales. Cuando los obreros españoles salen a las calles para protestar por derechos escamoteados por un decretazo...

Las cubanas y cubanos también salimos a las calles para decirle una vez más al mundo que estamos de acuerdo con nuestro Socialismo, que no queremos otros cambios que no sean aquellos que conduzcan al perfeccionamiento de este Socialismo nuestro.

Para demostrarlo, entregamos con solemnidad nuestras firmas.

Y para defenderlo, si fuera necesario, entregaremos con valentía nuestra sangre.

¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!

Publicado 25-06-2002

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