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![]() A nuestro heroico pueblo
no lo Compañero Comandante en
Jefe En los últimos tiempos el presidente norteamericano ha sido prolífero discursando, lanza constantemente toda suerte de diatribas con fuerte contenido guerrerista. Quiero referirme a su discurso del primero de junio en la graduación de la Academia Militar West Point. Resulta paradójico, y sobre todo preocupante, que el Jefe del Estado más poderoso del planeta sea capaz de tergiversar la historia de una manera tan burda y sin el menor recato. Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la reciente masacre en Afganistán, pasando por las agresiones imperialistas a Corea y Viet Nam, el señor Bush se dedicó alegremente a transformar derrotas en victorias y crímenes en actos heroicos. Es algo tan fuera de todo pensamiento racional, que resulta difícil hasta tomarlo en serio.
Al desconocimiento o tergiversación de la historia militar, une las más brutales amenazas, y con su habitual actitud prepotente y agresiva llama a los graduados "guardianes de los valores que conforman toda la historia del mundo". Por un lado se presenta como el mayor abanderado de la paz y, por otro, cita con fervor al General Marshall cuando en 1942 amenaza conque antes de que termine la contienda "la bandera norteamericana será reconocida por su poderío abrumador". Cita a Einsenhower, Mc Arthur, Patton y Bradley como los únicos comandantes salvadores de la civilización, desconociendo tantas figuras históricas que llevaron sobre sí el peso de la política y de la guerra. De manera asombrosa, hace referencia a Viet Nam como uno de los ejemplos de grandes enfrentamientos de los norteamericanos a lo que él llama comunismo imperial. Olvida toda la historia combativa de ese heroico pueblo y muy a propósito, olvida la tremenda derrota que sufrieron allí y la oposición del pueblo norteamericano a esa injusta guerra. Retoma el tema de la proliferación de armas químicas y biológicas que según sus palabras, "le dan un poder catastrófico a países pequeños y débiles que podrían chantajear y poner en peligro a las naciones fuertes". Como si para todos no estuviera claro quiénes son los especialistas en chantaje y como si los cubanos no tuviéramos suficientes pruebas de las ocasiones y la magnitud en que hemos sido víctimas de sus ataques bacteriológicos. Cuando afirma que la contención es imposible mientras existan dictadores desequilibrados que puedan disparar misiles, por el tono agresivo de su discurso y sus contradictorias y falaces ideas, parece que está haciendo su verdadero autorretrato. Es risible la forma en que responsabiliza a las potencias europeas con todas las guerras y conflictos del pasado siglo XX y deja fuera al gobierno norteamericano. ¿Pensará que la historia se olvida, que no existen libros ni documentos probatorios?. No dudó en tomar como bandera al presidente Kennedy para su propaganda a favor de la guerra, presidente que murió oscuramente y que muchos investigadores, incluso norteamericanos, vinculan su asesinato a su posición contraria al envío de hombres a Viet Nam, por sólo citar un ejemplo de su política exterior que aunque con errores, tiene muy poco en común con la de Bush. Pero cuando un individuo que acumula tanto poder, se dedica a trazar con igual superficialidad, prepotencia y desenfado, la doctrina militar de la única superpotencia, mezclando para colmo algo tan serio y trascendente con chistes de mal gusto, el asunto se torna muy peligroso para el mundo y requiere una respuesta contundente. Si algo puede afirmarse con absoluta convicción, es que hoy ocupa la Casa Blanca el más genuino y fiel representante del complejo militar industrial. Aboga por la existencia de un mundo donde los países pueden competir pero no ir a la guerra, sin embargo, a continuación afirma que mantendrán un poderío militar imposible de desafiar y exhorta a los norteamericanos a estar listos de inmediato para un ataque preventivo en cualquier lugar del mundo, para —según él—: "defender su libertad y sus vidas". En la búsqueda desesperada de un "enemigo" que justifique continuar el crecimiento de los gastos militares, afirma sin tapujos que su lucha es similar a la guerra fría, y califica gratuitamente de totalitario a ese adversario intangible y moldeable: el terrorismo, que les ha caído como del cielo. De qué paz para la humanidad habla el señor Bush, cuando asegura- cito sus palabras: —"que nuestra guerra contra el terrorismo solo ha comenzado" y "no se ganará desde una posición defensiva". ¿Acaso Estados Unidos ha recibido la misión, al parecer desde un poder extraterrenal, de definir el bien y el mal? No se basa precisamente en la agresión y el terrorismo de Estado la doctrina militar definida en términos como los siguientes, cito: " si esperamos que las amenazas se materialicen plenamente, habremos esperado demasiado". No hay dudas de que el señor Bush pretende asustarnos a todos, comenzando por el propio pueblo norteamericano, y que la humanidad se resigne humildemente a someterse a los intereses de los grandes monopolios. Los muchos políticos tradicionales que temblorosos han corrido a besar los pies de quien creen amo del mundo, no deben confundirlo. Le recomendamos que estudie con profundidad la verdadera historia y podrá comprobar cuantos sueños de grandeza imperial los pueblos han echado al basurero. Evite, señor Bush, que esa bandera que usted proclama defenderá el poderío y la libertad, no vuelva a ser quemada por los propios norteamericanos al verla nuevamente como símbolo de las causas injustas. En cuanto a nuestro heroico pueblo, desde hace muchos años no lo amedrentan las amenazas, pero tampoco las echa en saco roto. La invulnerabilidad de nuestra defensa no depende de la alta tecnología que tan poderoso hace sentirse hoy al imperio, sino de los cohetes morales de que hablara nuestro Comandante en Jefe hace ya 40 años, cuando la amenaza del holocausto nuclear no hizo temblar a ningún patriota cubano. ¡Y ese gran arsenal de moral, dignidad e independencia se ha multiplicado muchas veces desde entonces! Muchas gracias. Publicado 25-06-2002 |
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