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Temas

 

 

 

 

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Lo alcanzado en estos duros años de lucha son fundamentos irrevocables en nuestra Constitución y nuestra sociedad

Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros
General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros,

Compañero Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular,

Invitados,

Compañeras y compañeros:
Como los gloriosos bayameses que en 1869 iluminaron la oscura noche del colonialismo español con las llamas dignas de sus casas antes de entregárselas al enemigo;

como el pueblo valiente que convocado por Villena se lanzó a las calles para poner fin a la dictadura machadista;

como los heroicos cubanos que convocados por nuestro Comandante en Jefe se lanzaron a la huelga general para impedir el artero golpe de Estado que en contubernio con la embajada yanki había dejado instrumentado el dictador Batista en su precipitada huida;

José Luis Toledo Santander, Presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Constitucionales de la Asamblea Nacional

como los estoicos combatientes que en las arenas de Girón hicieron morder a los mercenarios el polvo de la derrota, infligiendo al imperialismo yanki su primera derrota en América;

como los dignos cubanos que desbordaron la Plaza de la Revolución para aprobar, en verdadero ejercicio de democracia popular, las posiciones de principio consignadas en la Primera y Segunda Declaración de La Habana.

Convocados hoy, por la vergüenza y el decoro, por la defensa de nuestra independencia y soberanía, amenazados y ofendidos por los ultrajantes discursos del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, ha concurrido nuestro abnegado y heroico pueblo, en un combativo y enérgico proceso plebiscitario popular, a interesar del máximo órgano de poder del Estado, su Asamblea Nacional, efectuar una reforma a la Constitución de la República, que salvaguarde para hoy, mañana y siempre el Socialismo, nuestro sistema político y nuestras conquistas sociales, a dejar claramente expuesto que el capitalismo, con su secuela de muerte, miserias, desigualdades y corrupción, no pueda volver jamás a nuestro país.

Que el respeto a nuestra independencia y soberanía sea el requisito indispensable para las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales con Cuba, que no aceptará jamás negociar bajo agresión, amenazas o coerción de cualquier potencia extranjera.

La ignorancia inexcusable que caracteriza al señor Presidente de los Estados Unidos le hace olvidar que en ocasión de festejar el 20 de mayo celebró el centenario del momento en que nos arrebataron la libertad conquistada heroicamente, el momento en que ultrajaron el ideario martiano;

la ocasión en que impidieron a los hombres y mujeres que sacrificando sus vidas lucharon en la manigua redentora y al filo de sus machetes tenían ya ganada la guerra, entrar en nuestros pueblos y asumir el poder de la nación;

el centenario de que, ante la imposibilidad de la oferta a España del Presidente McKinley de comprar a Cuba por la suma de 300 millones de dólares, se desatara "la espléndida guerrita" como la llamó el entonces Secretario de Estado yanki y se hiciera realidad la sentencia del oficial de caballería devenido presidente de los Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, de intervenir en la guerra que libraban los cubanos contra España;

olvida el centenario de una enmienda, aprobada en el Congreso de los Estados Unidos, la Enmienda Platt, que incorporada como apéndice a la Constitución de 1901, cercenó la soberanía del pueblo cubano y sin gastar ni un centavo ni una bala ató al país a los voraces apetitos del naciente imperialismo norteamericano, sirviéndole de puente para apropiarse de los recursos esenciales de la economía de la nación y lograr que el gobierno del país no radicara en el Palacio Presidencial, sino en la embajada norteamericana, en facilitar que nuestro país fuera convertido en burdel de la flota yanki, que en el paroxismo de sus borracheras, llegaron a la ofensa suprema de profanar la estatua de José Martí en el Parque Central, de apoyar decididamente con recursos y asesores la sangrienta dictadura del marzato;

que desde el mismo triunfo de nuestra Revolución, fraguaron planes para derrocarla, de atentados contra la vida de nuestros dirigentes, financiaron y apoyaron el terrorismo que costó miles de vidas al pueblo, organizaron y abastecieron a quienes desde el territorio norteamericano salieron a ametrallar y bombardear al pueblo cubano.

Olvida que armaron, adiestraron, organizaron y trajeron hasta Playa Girón los mercenarios que pretendieron retrotraer la marcha de la Revolución triunfante;

que como consecuencia de la política terrorista y agresiva desarrollada por las administraciones norteamericanas, 3 478 cubanos han pagado con sus vidas la defensa de la Patria, la Revolución y el Socialismo.

Que durante 43 años han desatado una feroz guerra económica para intentar doblegar por hambre, enfermedades y carencias esta nación digna y heroica, que ha sabido resistir y crecerse frente a las agresiones de la poderosa potencia imperialista y bajo la dirección y guía de Fidel llevar adelante el desarrollo del país logrando alcanzar niveles de vida hoy inalcanzables para muchos países del mundo.

Esa y otras muchas verdades, es la memoria histórica que tenemos los cubanos del "...respaldo enérgico y consecuente con la libertad del pueblo cubano..." a que se refiere el señor Presidente de Estados Unidos en su discurso en la Casa Blanca el pasado 20 de mayo. En su ignorancia olvida que repitió con su demagógica frase la cruel mentira que expresaron un siglo atrás en la cínica Declaración Conjunta que emplearon para justificar la intervención militar al suelo cubano en 1898, cuyo propósito era, como demostró la historia, precisamente, impedir la libertad y la independencia de Cuba.

Pero hoy, en esta sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, libre y soberana, como la que se reunió en Guáimaro, con el apoyo combativo de las organizaciones de masas que nos acompañan en esta histórica jornada, ante los atributos de la nación que la presiden, respondemos al arrogante emperador ratificando nuestra decisión de que el Socialismo, la Revolución y lo alcanzado en estos duros años de lucha son fundamentos irrevocables en nuestra Constitución y en nuestra sociedad.

Y juramos, llevando a nuestro Héroe Nacional José Martí como guía, "que antes de renunciar a hacer libre y próspera a la Patria, se unirá el mar del norte al mar del sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila".

Muchas gracias.

 

Publicado 25-06-2002

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