Compañeros Fidel y Raúl,
Compañeras y compañeros Diputados:
Para los combatientes de la
Revolución que tenemos ya el privilegio de mirar hacia un camino de
lucha de medio siglo, no existe la menor duda de que estamos viviendo
uno de los momentos más extraordinarios y decisivos de la historia de
Cuba y la humanidad.
Sin duda lo que hacemos hoy
ha de marcar un lugar en la historia del mundo en su lucha por lograr la
paz, la igualdad y la fraternidad en los pueblos.
Comandante
de la Revolución
Ramiro Valdés Menéndez
Escuchaba a Fidel, hace unos
días, dirigirse a los santiagueros y guantanameros, llamándoles
"combatientes de ayer, de hoy y de mañana", y sentí la
emoción de presenciar el relevo de las generaciones, que han llevado y
llevarán sobre sus hombros la causa de nuestra independencia y nuestra
Revolución.
La respuesta a Bush, ese
mandatario designado que no ganó la presidencia en las urnas, se la
hemos estado dando varias generaciones de cubanas y cubanos que hoy
vivimos y actuamos en nuestro país.
Quería, sin embargo,
subrayar que esta respuesta viene de lo más profundo de nuestra
historia, y que todos nosotros, acaso, solo somos los afortunados que
hemos podido ver, y ser parte, de un pueblo entero, unido,
experimentado, organizado, comba-tivo y culto, capaz de levantarse como
un gigante moral para decirles las verdades en la cara a los enemigos de
todos los tiempos de la libertad, el progreso, la democracia y la
justicia de los habitantes de esta Isla y el planeta.
Esta es también la
respuesta del Padre Varela, el primero que nos enseñó el ideal de la
independencia frente al colonialismo, y que lo hizo, precisamente, en
los años en que los gobernantes de Estados Unidos establecían la
Doctrina de Monroe, y con ella sus pretensiones hegemónicas sobre todo
el continente.
Esta es la respuesta de
José Antonio Saco, cuyo rechazo tajante a la anexión de Cuba a Estados
Unidos, es una bofetada perpetua a los asalariados locales y a los
vendepatria y anexionistas de Miami con los que se reúne Mister W.
Esta es la digna respuesta
de Céspedes, desde la manigua redentora de Cuba en Armas, cuando frente
a la demanda de reconocimiento y solidaridad de los patriotas cubanos
del 68, los gobernantes yankis contestaron respaldando a España y
dándole apoyo militar para que combatiera a los libertadores.
Esta es la respuesta de la
intransigencia de Maceo, quien con la misma firmeza de Baraguá rechazó
la injerencia norteamericana en la Guerra del 95, y dijo que era
preferible caer o levantarse sin ayuda, a contraer deudas de gratitud
con un vecino tan poderoso.
Esta es mil veces y por
encima de todo, la respuesta de José Martí, guía político y ético
de nuestro pueblo, cuya obra revolucionaria, culminada con su heroica
caída en combate, estuvo consagrada como él mismo dijera a impedir con
la independencia de Cuba que se extendiera el dominio imperialista sobre
toda Nuestra América.
Esta es la respuesta de
Mella, de Villena, de Guiteras, de Jesús Menéndez, de todos los que en
sus respectivas épocas también contestaron con valor e inteligencia a
las mentiras y patrañas yankis.
Todos ellos, los que ya no
tienen voz, hablaron por la voz y la acción del Che y hablan hoy por
nuestra voz, y esa es la enorme responsabilidad que asumimos.
Todos los pueblos
empobrecidos y saqueados a los que hoy se les niega la voz en el mundo,
hablan también hoy con el coraje y la fuerza de las verdades de Cuba.
La oligarquía imperialista,
nunca el pueblo de Estados Unidos, es ayer como hoy enemiga jurada de
nuestro pueblo y de sus más sagrados derechos. Nosotros, ayer como hoy,
y como mañana, somos y seremos también los mismos que nunca nos
cansaremos de batallar por la soberanía, la libertad y la justicia de
los cubanos.
Siglos de historia y de
lucha se resumen hoy en una sola palabra: Socialismo.
El Socialismo es la
independencia plena, la justicia social, la solidaridad en el seno del
pueblo y hacia todos los pueblos de la Tierra, la unidad, la dignidad,
el orgullo y la estatura de cada mujer y cada hombre de este país.
Libre y consciente, con el
fervor patriótico de siempre y fortalecido en medio de la lucha, que
junto a nuestro pueblo libramos contra las insolentes e inútiles
amenazas lanzadas contra la nación cubana, que está incluida en la
lista de los más de 60 oscuros rincones del mundo, donde el imperio se
arroga el derecho de intervenir cuando lo considere oportuno, sumaré
pues mi voto a la propuesta de Reforma Constitucional que aquí se ha
presentado, convencido de que con ella haremos más fuertes e
indestructibles el poder y la obra de la Revolución.
Muchas gracias.
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