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Graduación con mayúsculas JUVENAL BALÁN NEYRA:
Texto y fotos La juventud es mayoritaria en el hospital de campaña de Maira, provincia del Noroeste, en Paquistán. Las chicas les dan un toque juvenil a las consultas, laboratorio, dormitorios y hasta a la cocina, donde se empeñan en terminar unos garbanzos, como para chuparse los dedos.
Entre el colectivo, hay cinco féminas —cuatro espirituanas y una pinareña— que aún tienen fresco en la memoria el día de su graduación, el 19 de septiembre, en el coliseo de la Ciudad Deportiva en Cuba. Ahora están en Paquistán, como parte del contingente internacional Henry Reeve, prestando su ayuda solidaria a los damnificados del devastador terremoto del pasado 8 de octubre. Sin duda la estancia de estas doctoras en tierra paquistaní constituye el mejor posgrado de su carrera. Es primera vez que se trasladan a tantos kilómetros de distancia de nuestro país. Ellas lo corroboran en sus opiniones. "Es un honor para nosotras integrar este contingente, dijo la doctora Yanelis León Durán. Nos formamos en la convicción de ser incondicional y prestar la ayuda necesaria a quien lo necesite. Ya sabemos lo que es un temblor de tierra. Las réplicas son casi todos los días. Encontramos una población carente de salud y chocamos con patologías desconocidas para nosotras, tales como desnutrición infantil y otras enfermedades gastrointestinales. Descubrimos una cultura distinta a la nuestra, pero nos sentimos útiles, empezamos a ser médicos."
Nadia Guelmes Rodríguez con satisfacción nos cuenta los detalles de su primera guardia médica: "Llega una paciente adulta con crisis de asma bronquial. Le indiqué una aminofilina y una hidrocortisona, se le quitó la falta de aire y me abrazó, no sabía qué hacer conmigo. Minutos más tarde llegó una mujer a la que creía paciente, pero para mi asombro, entre sus ropajes traía una niña de nueve días de nacida, envuelta en paños, que pesaba 1 200 gramos. Quería consultarla porque la pequeña no succionaba. Comencé explicándole, a pesar de las barreras del idioma utilizando señas, cómo hacer la lactancia materna. La ordeñé para que viera que sus mamas tenían leche y después tomé en mis brazos a la niña, para en un vasito darle la leche y suplementos vitamínicos, indicándole reconsulta. Estamos dando a los pacientes su derecho a la salud." Tanet Dailey García Concepción es de esas chicas que siempre se ganan la simpatía en un colectivo. En su diario quedó escrito que una pequeña paciente había sido salvada gracias a "Cubana de Aviación" y ahora nos explica el porqué: "Traje conmigo de recuerdo la almohadita y la frazada del avión de Cubana que nos transportó hasta Paquistán. Y me fueron muy útiles. Un padre llegó con su hija de un año y parecía una lactante de tres meses. Venía deshidratada y con un cuadro diarreico muy fuerte. Canalizamos la vena, la limpiamos toda. Utilicé la funda de la almohadita para confeccionarle un culero con varios apósitos y la frazada sirvió para abrigarla. De mi reserva alimenticia le di un jugo de naranja, bajo en azúcar y rico en potasio. Cuando le puse la cucharadita en los labios lo tomó deseosa. La indicación médica fue evacuarla para el hospital de Battagram."
Yurelkys Pérez Gutiérrez al hablarnos de sus primeros días como médico internacionalista manifestó: "Me siento contenta por poner mi granito de arena como médico formada por la Revolución cubana. Los pacientes que he atendido vienen del campamento de refugiados que hay cerca de nuestro hospital de campaña. Atendí a una mujer con úlcera y el hijo la trae todos los días a consulta. Ya muchos nos identifican. Vienen a menudo. Se sienten seguros con la asistencia médica. No saben cómo agradecernos. Hace pocos días nos invitaron a una boda en su campamento. Fue impresionante conocer sus costumbres y creo que es una muestra de amistad y confianza." Pinar del Río es el terruño de la doctora Dianelys Núñez Ruiz. Fue una de las primeras en llegar a este campamento y al respecto señaló: "Al principio arribamos 17 compañeros y armamos el campamento. Consultábamos donde podíamos. El primer cambio brusco fue la vida en campaña y también las bajas temperaturas, pero enseguida nos adaptamos. Me impactó consultar a un niño de cinco años con cuatro y medio kilogramos de peso. Otro caso que me impresionó fue una anciana, después de atenderla, recibió las medicinas gratuitas y me cogió mis manos, las apretó y comenzó en dialecto pashtún a bendecirme. Quiero destacar la ayuda que hemos recibido de las Fuerzas Armadas de Paquistán ubicadas en la región, quienes nos han acogido y nos protegen con sumo cuidado." Tanet, Yurelkys,Yanelis, Nadia y Dianelys estuvieron "con las botas puestas" y la mochila a la espalda, listas para acudir en ayuda de emergencia a los damnificados norteamericanos por el Katrina. El imperio lo impidió, pero lo que no pudo evitar es que ahora, esas mismas jóvenes, con las mismas botas, mochila y bata blanca, estén dando lo mejor de sí a favor de los miles y miles de paquistaníes que fueron afectados por el fuerte sismo. Sin duda es una GRADUACIÓN con mayúsculas. 13-12-2005 |