Dar-Bamd y las tres Marías

Texto y fotos: JUVENAL BALÁN NEYRA Enviado especial
juvenal@granma.cip.cu

Desde lo alto de la montaña el paisaje es bellísimo. El caudaloso río Indu le da un toque especial a la región donde se ubica Dar-Bamd (puerta cerrada en Urdu), con cerca de 25 000 habitantes, quienes contaban con un solo médico paquistaní, hasta que se ubicó en el lugar un hospital de campaña cubano, dotado de equipamiento de alta calidad técnica y un personal preparado para brindar salud a quien lo necesite.

Las tres Marías de Dar-Bamd. De Izquierda a derecha: las licenciadas en Enfermería María Cabrera Ortega, María Ricardo Ramírez y María Emilia Aguilera Moya.

Allí están las tres Marías, licenciadas en Enfermería, quienes coinciden en haber estudiado la carrera por gustarles ayudar a los demás y por esa misma razón, integran el Contingente Internacional Henry Reeve que presta su ayuda humanitaria al pueblo paquistaní.

María Ricardo Ramírez, con 36 años de experiencia e intensivista del hospital Lenin en Holguín, considera esta su primera misión, una gran escuela después de tantos años de trabajo. La población es muy humilde y agradecida. Ayudar a otros pueblos necesitados es una tarea muy humana, dijo.

Mientras que María Emilia Aguilera Moya, con 40 años de labor, desempeñándose en el hospital provincial Arnaldo Milián Castro, de Santa Clara, argumentó que cuando se cumple una misión de este tipo se puede constatar más lo grande que es nuestra Revolución.

La pinareña María Cabrera Ortega, quien labora en Cuba en el hospital provincial León Cuervo Rubio, con 23 años de experiencia en la profesión señaló que en esta, su primera misión, ha vivido momentos de emociones y tristezas. Emociones por poder comparar nuestro sistema de salud y ver que es superior al de otros países. Tristezas por ver una población humilde, pobre, necesitada de atención médica a la cual no tiene acceso en la mayoría de los casos. Los pacientes cuando llegan a consulta vienen con un estado crítico. En ocasiones con padecimientos endémicos arrastrados por años.

En Dar-Bamd hay un colectivo donde se conjugan la juventud y la madurez y, al decir del director de la instalación de campaña, el ortopédico cienfueguero Elaice García Jiménez, tenemos colegas en su primera misión y otros de varias. Hay diversidad de edades y criterios, pero una unión en interés del cumplimiento de nuestra labor.

En el cuerpo de guardia del campamento se atiende a un niño, quien sufrió una caída y tiene el ojo derecho dañado. Al costado de la tienda de campaña de los rehabilitadores y fisioterapeutas, el gimnasio rústico, construido con las manos de todos y por iniciativa del doctor Aldo Calcines, donde los pacientes pueden ejercitar en las paralelas, escalera, rueda de hombro, polea de techo, flexaextensores y pronosipador de antebrazo.

Cae la tarde, el sol comienza a descender y el paisaje asume otro tono de luz más pintoresco. Las holguineras Yamel Macías y Elvira Lorenzo, así como la espirituana Yolexy Álvarez, junto a un grupo de embullo animan el equipo de béisbol del hospital, quienes efectúan un juego amistoso con los militares del campamento cercano, a quienes les enseñaron nuestro deporte nacional y ya hasta les hacen doble play. Otros, en la sala de recreo, ven televisión. Alguien escribe unas líneas en su diario: "hijo, cuando veo caer el sol entre las montañas me acerco mucho más a ti. Aunque nos separa la distancia, estás en mi corazón. Hoy sentí una sonrisa de un niño paquistaní como la tuya propia...".

4-3-2006

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