Genera vértigo
Laberintitis
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
La palabra vértigo, derivada del latín verteré que significa dar vueltas o girar, en su definición más amplia es el trastorno del sentido del equilibrio determinado por la sensación de movimiento rotatorio del cuerpo o de los objetos que lo rodean. El origen de esta alteración tiene diversas causas, entre ellas la infección de los canales semicirculares del oído interno o laberinto (primordial para mantener el equilibrio y la audición), dolencia caracterizada por inflamación de sus estructuras membranosas.
Cuando
el oído supura debe ser tratado de inmediato por personal especializado.-
Profesora Teresa Pérez García.
La profesora Teresa Pérez García, jefa del Servicio de Otorrinolaringología (garganta, nariz y oído) del Hospital Universitario Calixto García, atesora una gran experiencia en la esfera investigativa y asistencial en este trastorno del oído.
—¿Se conocen las causas y, también, factores de riesgo que pueden desencadenar una laberintitis?
—Sí, y las más frecuentes son por infecciones bacterianas del oído medio o de las vías respiratorias altas. En cuanto a los factores de riesgo que pueden desencadenarla citaría el consumo en grandes cantidades de alcohol, antecedentes de alergias, enfermedades virales recientes, el tabaquismo, el estrés, el uso de determinados medicamentos en altas dosis como la aspirina y algunos antibióticos, malas posturas del cuello mantenidas durante horas y la hipertensión arterial.
—¿En qué edades como promedio se observa más comúnmente?
—Ello estará en dependencia de la causa. En general aparece en mayor medida en los adultos.
—¿Qué manifestaciones fundamentales se presentan?
—Sensación anormal de movimiento (vértigo), dificultad para enfocar los ojos por movimientos involuntarios (nistagmo), pérdida del equilibrio, hipoacusia, náuseas, vómitos, mareos, ruidos de oídos (tinnitus)
—¿Esos mareos, pérdida de equilibrio, entre otros síntomas que usted señala, son específicos de la laberintitis?
—Pueden ser también vértigos originados por otras causas. Esa es la razón por la cual resulta esencial hacer un buen interrogatorio al paciente que presenta esos síntomas.
—¿Cómo establecer un diagnóstico de certeza?
—Por la clínica, que incluye: antecedentes, síntomas, signos, examen físico y por los estudios que se indiquen de acuerdo con la causa que se sospeche.
—¿Cuál es el tratamiento de elección?
—Debe estar dirigido a la causa desencadenante y puede ser médico, quirúrgico o rehabilitador. En ocasiones se requiere una combinación de esas terapéuticas.
—¿Es curable o puede derivar a la cronicidad?
—En la mayoría de los casos es curable, en algunos pueden convertirse en crónicos y en otros, como los adultos mayores, se dificulta la recuperación por el compromiso vascular.
—En cuanto a la terapéutica, ¿esos pacientes deben adoptar determinados patrones de vida?
—Sí, y ello estará en dependencia de la causa y el tratamiento que se utilice. Hay pacientes, por ejemplo, que no pueden trabajar en alturas y tampoco manejar, deben tener limitaciones en la dieta y en hábitos tóxicos.
—¿Cuál podría ser la complicación más temida de la laberintitis?
—La diseminación de la infección al cerebro que originaría una meningoencefalitis o absceso cerebral.
—¿Podemos hablar de medidas de prevención para esta dolencia?
—Sí, controlando las causas y los factores de riesgo que puedan desencadenar la enfermedad.
—¿Quedaría algo esencial por añadir?
—Es importante señalar que las laberintitis más graves son las producidas por las infecciones bacterianas del oído medio. Por tanto, todo paciente con supuración de oído debe ser tratado de inmediato por un personal especializado para evitar esa complicación.