VISITA A CUBA DE SU TODA SANTIDAD BARTOLOMEO,
PATRIARCA ECUMÉNICO

(25 de enero de 2004)

Deseo a los niños que ya sanos crezcan y luchen por hacer su patria aún más brillante y gloriosa

Expresó Su Toda Santidad Bartolomeo durante una visita este sábado al hospital pediátrico docente Wiliam Soler. Reconoció hermosa obra de personal dedicado a la educación especial de niños. El Patriarca Ecuménico Bartolomeo asistió ayer a la inauguración, en el edificio de Arte Universal del Museo Nacional, de la exposición Eros-Athlos-Heros del arquitecto y artista griego Dimitris Talaganis

MARIELA PÉREZ VALENZUELA
Fotos: JUVENAL BALÁN Y JORGE LUIS GONZÁLEZ

Un intenso programa de actividades cumplió Su Toda Santidad Bartolomeo, Patriarca Ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Griega, durante la cuarta jornada de su visita oficial a Cuba, en la que se destaca su presencia, en horas de la mañana, en el hospital pediátrico docente William Soler.

La más alta figura de la jerarquía de la Iglesia Ortodoxa deseó a los pequeños una rápida recuperación y que ya sanos, crezcan y luchen por hacer su patria aun más brillante y gloriosa. A los médicos les deseó mucha fuerza y fortaleza.

Su Toda Santidad Bartolomeo entregó de forma simbólica una donación de sillas de ruedas ofrecida a nuestro país por Ken Bering, director de la fundación norteamericana de las sillas de ruedas, e instantes después obsequió a los pequeños el libro El mágico secreto de Myrtó, una fábula infantil en español de una escritora griega, con ilustraciones del artista de ese país Dimitris Talaganis.

Con posterioridad visitó la sala de cirugía cardiovascular del hospital, donde en la actualidad reciben atención médica 11 niños.

Momentos antes, al dar la bienvenida a Su Toda Santidad Bartolomeo, la directora del hospital de referencia nacional, Diana Martínez Pití, miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba, explicó al distinguido visitante y a su comitiva que la razón de ser de los profesionales de la salud en Cuba es salvar vidas, luchar contra las enfermedades, lograr la curación, aliviar el dolor para una mejor calidad de vida, sin distinción de raza, religión ni posición social.

Puntualizó que los trabajadores de la salud cubanos están educados bajo los principios de que lo más importante es la vida de un ser humano y destacó que para ellos la Medicina no es un medio de lucro sino un sentido de la vida.

Tras señalar que el Estado cubano hace grandes esfuerzos para mantener estos servicios pues Cuba es un país pequeño, bloqueado y constantemente amenazado, acotó que estas dificultades no impiden que la Isla registre hoy indicadores de salud a nivel de países desarrollados, ejemplos que, dijo, expresan lo más noble de una nación en la atención a sus niños.

Estuvieron presentes el viceministro primero de Salud Pública, Suiberto Hechavarría, Su Eminencia Atenágoras, Arzobispo para Centroamérica y el Caribe, junto con otras autoridades de la Iglesia Ortodoxa.

EN LA ESCUELA ESPECIAL SOLIDARIDAD CON PANAMÁ

También durante la mañana del sábado, la escuela especial Solidaridad con Panamá recibió la visita del Patriarca Ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Griega.

Allí, una representación de los 142 niños con limitaciones físicas motoras que reciben educación especial, ofreció al distinguido visitante una hermosa actuación artística.

Al hablar a los pequeños y trabajadores de la escuela, el Patriarca Ecuménico Bartolomeo expresó que estar allí con los niños ha sido el momento más maravilloso de todos los vividos durante su estancia en Cuba, y felicitó a todo el personal "por esa hermosa obra que hacen".

Tras regalar a los pequeños el libro El mágico secreto de Myrtó recorrió la escuela, una de las 418 que en toda Cuba se dedican a formar a niños con necesidades educativas especiales, según explicó previamente su directora, Esther María la O Ochoa.

ASISTIÓ SU TODA SANTIDAD A APERTURA DE EXPOSICIÓN EN BELLAS ARTES

Su Toda Santidad Bartolomeo asistió en horas de la tarde a la inauguración en una parte del edificio de Arte Universal del Museo Nacional de la exposición Eros-Athlos-Heros, del arquitecto y artista griego Dimitris Talaganis, dedicada a los Juegos Olímpicos y a la Tregua Olímpica, una institución establecida en la Antigua Grecia para evitar guerras y conflictos entre las ciudades estados durante los juegos.

Al intervenir en la apertura destacó los extraordinarios valores de este artista, quien dedicó su exposición al pueblo de Cuba por mantener vivo el espíritu helénico en un país tan lejano de Grecia.

El Patriarca Ecuménico, Bartolomeo, se refirió a los combates que se desarrollan en algunos lugares y al “desagradable fenómeno del terrorismo”, y señaló que en estos momentos es necesario un mensaje más amplio, sobre todo a lo que respecta al aislamiento de Cuba por el bloqueo comercial, un país con una brillante participación en los Juegos Olímpicos y que, dijo,  tiene el derecho de respirar libremente tanto en su interior como en su exterior, en sus relaciones comerciales, culturales y demás como el resto de los países de la comunidad internacional.

“Esperamos que esta oportunidad no ha de pasar sin un resultado bueno”, subrayó.

Por su parte, Dimitris Talaganis agradeció al Comandante en Jefe Fidel Castro la oportunidad de exponer en Cuba.

Afirmó que a través de su voz, es posible escuchar la voz de Grecia, su país; las voces del pueblo griego, de su historia y su filosofía.

El arquitecto y artista llamó a hacer de este 2004 un año mundial de la paz. El año, dijo, en que encerremos en la Caja de Pandora todos los males vertidos sobre la humanidad, “dejando entre nosotros solo aquel don que un día quedó atrapado dentro como un único bien: la esperanza de paz”.

Asistieron a la inauguración el ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal y autoridades de la Iglesia Ortodoxa Griega, entre otros participantes.

Momentos antes, Moraima Clavijo Colom, directora del Museo Nacional de Bellas Artes, señaló que esta exposición del maestro Talaganis se inscribe en la presencia de la tradición helénica en Cuba.

Pinturas al óleo, dibujos sobre mármol, grabados en cristal, así como objetos diseñados para ocasiones solemnes, medallas, discos, joyas, broches, conforman esta muestra en la que, apuntó Colom, el artista evoca lo helénico desde un trato personal con la tradición.

   

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