(29 de enero de 2004)
Llaman a asistir al
Foro Social de las Américas en julio
El salón plenario del
III Encuentro de lucha contra el ALCA, fue testigo, además, del
llamamiento hecho por los organizadores del Foro Social de las Américas
para que las organizaciones del continente en lucha contra el
neoliberalismo acudan a la cita, que tendrá lugar en Quito,
Ecuador, del 25 al 30 de julio próximo
María
Julia Mayoral y Joaquín Rivery
El
salón plenario del III Encuentro de lucha contra el ALCA, fue
testigo, además, del llamamiento hecho por los organizadores del
Foro Social de las Américas para que las organizaciones del
continente en lucha contra el neoliberalismo acudan a la cita, que
tendrá lugar en Quito, Ecuador, del 25 al 30 de julio próximo.
Gilberto Talagua,
coordinador nacional del Movimiento Pachacuti, al informar del
acontecimiento, destacó la lucha de los indígenas americanos y las
alternativas presentadas por los pueblos autóctonos para salir de
la pobreza a que los ha llevado el neoliberalismo.
Vestido con las ropas
tradicionales de su etnia (quechua) Talagua acusó al Gobierno
actual de su país de ser un ciervo del FMI en un país con
riquezas, pero con un pueblo pobre, y saludó que el Foro sea en la
capital ecuatoriana, para lo cual se preparan con celo.
Señaló que, como parte
del evento, habrá un encuentro de los pueblos indígenas en lucha
por sus derechos.
Por su parte, José
Encalada, dirigente de la Confederación del Seguro Campesino de
Ecuador ponderó que, mientras las transnacionales impulsan una
globalización destructiva, "los ciudadanos procuramos un
espacio que dignifique a los seres humanos, como el Foro Social
Mundial".
A ello atribuyó el
surgimiento de los distintos capítulos, como el europeo y, ahora,
el de las Américas. El proceso de construcción del otro mundo
posible, indicó, necesita de una mayor incorporación de ciudadanos
que por diferentes motivos aún no están presentes.
El líder campesino
recordó también que América Latina es heredera de una tradición
de lucha y resistencia históricas, ilustradas por personalidades
como José Martí, Eloy Alfaro, el cacique Guaicaipuro, el Che y
Fidel. Mencionó que su país ha marcado una década de resistencia
contra las políticas neoliberales para evitar, con éxito, la
privatización del seguro social, las empresas eléctricas o el petróleo,
y no olvidó recordar a los dos presidentes que han salido del poder
por la fuerza popular.
Añadió que la capital
ecuatoriana debe ser un punto de encuentro de todos los que han
trabajado en La Habana en los distintos planes. Ahora es importante
–señaló-- establecer agendas concretas sobre los problemas que
tiene América: deuda externa, TLC, ALCA, Plan Colombia y todo lo
que deba estar en un programa común.
En nombre de la Secretaría
de la Alianza Social Continental (ASC), Sally Bursh, consideró que
el Foro Social de las Américas será oportunidad para plantear
acuerdos intersectoriales y luchas específicas, como es la batalla
por las semillas, contra los transgénicos y por el agua. Puede ser
también un momento importante de preparación para el Foro Social
Mundial que se efectuará en enero de 2005 nuevamente en Porto
Alegre.
En la organización del
encuentro de Quito, de carácter hemisférico, se planifica
organizar marchas, paneles, conferencias, talleres, seminarios,
exposiciones, y otras actividades que serán llevadas a la práctica
por quienes las propongan.
El Consejo Hemisférico
(instancia de dirección de la ASC) ha definido cinco ejes temáticos
del Foro, muy amplios, con muchos subtemas, que abarcan aspectos
tales como empobrecimiento humano, deudas, derechos económicos,
resistencia, cultura e identidad, neoliberalismo, privatización y
construcción de alternativas. El ALCA, por supuesto, continuará
ocupando un lugar prioritario de las actividades del Foro.
Sally Bursh significó
la trascendencia de comenzar a construir la identidad común
regional que no tenemos, pues el continente siempre ha estado
dividido en dos factores prácticamente contrapuestos.
EL ALBA: UNA
ALERTATIVA
En el panel Estrategias
de lucha contra el ALCA y los acuerdos bilaterales impuestos por
Estados Unidos, Judith Valencia, de Venezuela, defendió la
Alternativa Bolivariana para América, ALBA, una propuesta de
integración sin hambre, con trabajo, con salud, respetando
costumbres y culturas.
Esta es una visión
planteada por los delegados venezolanos de manera reiterada en el
debate, a partir de la certidumbre de que nuestra América necesita
caminos propios, independientes del imperio.
Para Raúl Moreno, de la
Universidad de El Salvador, el 2004 se presenta como año clave
contra el neoliberalismo, por el desafío del TLC de Estados Unidos
con Centroamérica.
Los gobiernos de la región
se han limitado a regatear la apertura del mercado norteamericano
para unos cuantos productos y así el convenio se convierte en
derechos para las empresas estadounidenses, modifica nuestros marcos
jurídicos y hasta nuestras constituciones, aseveró.
Esos tratados pasan al
ámbito político, social, cultural, y se cuela en la vida diaria de
los pueblos y amarra a las empresas públicas a la competencia de
las transnacionales, que apetecen los servicios públicos que no han
sido privatizados. No podemos y no nos da la gana, enfatizó,
quedarnos pasivos ante el neoliberalismo y que nos nieguen la salud,
el acceso al agua.
Impedir la ratificación
del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica es posible,
consideró, y sería una derrota fundamental para el presidente
estadounidense, George W. Bush, en su estrategia hacia las Américas.
En el criterio del
hondureño Juan Carlos Reyes, los gobiernos centroamericanos están
vendiendo a sus pueblos y no son estadistas. Han dejado que Estados
Unidos utilice a Centroamérica ante los escollos que han encontrado
en los pueblos para imponer el ALCA.
Solo nos ha quedado como
salida la articulación de los movimientos regionales. El ALCA no
viene, se ha ido aplicando bajo el chantaje de la deuda externa.
Y los pueblos se oponen.
Según Reyes, cada una de las rondas, de negociaciones en Centroamérica
fue acompañada por movilizaciones populares. Tuvimos marchas
grandiosas, como la de los salvadoreños, que movilizaron a 250 000
personas contra la privatización de la salud pública; en Honduras
paralizamos la capital y otras batallas se han dado en Costa Rica,
Nicaragua y Guatemala.
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