Es la Patria, en
vibrante oleaje humano,
que su decoro y dignidad levanta
junto a las otras olas donde canta
con su azul belicoso el océano.
El clamor de la
historia, en ira santa,
reclama así justicia, que no en vano
se derramó la sangre del cubano
con ese heroico grito en la garganta.
Castigo clama la
asamblea gigante
al cobarde asesino terrorista,
vil en la sombra, cínico, arrogante.
¡Y libertad a cinco
héroes valientes,
víctimas en prisión imperialista
por batir al terror y sus agentes.
ANGEL AUGIER
La Habana, mayo 17,
2005