Pasadas las dos de la tarde de este
martes 17 de mayo pasó ante la 0ficina de Intereses de Estados Unidos
un bloque de estudiantes de la Universidad de La Habana para cerrar
una Marcha del Pueblo Combatiente, contra el terrorismo, por la verdad
y por la justicia, que hará historia al participar en ella más de 1
200 000 capitalinos procedentes de sus 15 municipios.
Otra vez la amplia avenida del Malecón
fue testigo de un multitudinario desfile que encabezado por el Presidente
de los Consejos de Estado y de Ministros, Comandante en Jefe Fidel
castro, se había iniciado cerca de las ocho de la mañana.
Tras dirigirse a los allí presentes y
a toda la nación por las cadenas de radio y televisión, el líder de
la Revolución cubana y otros altos dirigentes del país abrieron la Marcha que pasó ante la sede de la Oficina de Intereses de
Estados
Unidos, caracterizada por su organización, disciplina, masividad y
combatividad.
Al frente de otro compacto bloque de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) estuvo el General de
Ejército Raúl Castro, Primer Vicepresidente de los Consejos de
Estado y de Ministros, y junto a él los Comandantes de la Revolución
Juan Almeida Bosque y Ramiro Valdés Menéndez.
Como anticipó la víspera Pedro Sáez
Montejo, miembro del Buró Político y primer
secretario del Partido en Ciudad de La Habana, los habaneros
protagonizaron con su disposición y entusiasmo el más grande y
patriótico desfile que recuerde la capital.
Presentes en esta vibrante e
inolvidable demostración estuvieron familiares de víctimas del terrorismo
contra nuestro país, entre ellos el italiano Giustino Di Celmo, padre
del joven Fabio Di Celmo, muerto en septiembre de 1997 en el atentado
al hotel Copacabana, y de los Cinco Héroes cubanos prisioneros
políticos del imperio por combatir el terrorismo.
Los asistentes reclamaron justicia y
exigieron sean encarcelados y juzgados el terrorista internacional Luis
Posada Carriles y los cómplices de sus crímenes como Orlando Bosch.
Denunciaron además la complicidad del Gobierno de Estados Unidos y su
cabeza de hoy, el fascista George W. Bush, en los planes de atentados
contra dirigentes de la Revolución.
Esta batalla, que podía leerse en las
pancartas y telas enarboladas por los manifestantes de todos los
municipios de la capital, fue también la batalla por la libertad de
los Cinco Héroes cubanos prisioneros en cárceles yanquis.
¡Abajo el terrorismo! ¡ Viva la
Patria Socialista! ¡ Viva Fidel! Fueron las expresiones del más de
un millón de capitalinos que exigieron a Estados Unidos que extradite a
Venezuela al tenebroso Posada Carriles.
Llamó la atención en esta
impresionante demostración de unidad revolucionaria, la presencia de
quienes nacieron con la Revolución y han padecido toda su vida el
criminal bloqueo impuesto por los sucesivos gobiernos imperialistas.
A las 2 y 20 de la tarde, al compás de
las notas del Himno Nacional Cubano, y tras cumplirse más de seis
horas de ininterrumpida marcha terminaba el histórico desfile,
calificado ya como el más grande de la historia revolucionaria.