MIAMI, 8 de mayo.— El gobierno de Estados Unidos se quitó totalmente
la máscara. Luis Posada Carriles está libre. Ya no habrá juicio contra
el terrorista el próximo 11 de mayo y se consuma así la impunidad
anunciada.
La jueza federal Kathleen Cardone, de El Paso, Texas, desestimó
este martes los cargos por fraude migratorio contra el criminal, quien
enseguida declaró a una radio de Miami: "ya estoy libre", difundió la
AFP.
Según algunas fuentes, está pendiente la solicitud de extradición
presentada por Venezuela en el 2005, así como la posibilidad de que un
jurado de Nueva Jersey lo enjuicie por su participación en atentados
terroristas contra hoteles de La Habana, en 1997.
Pero todo eso es cuento viejo. La decisión de excarcelar a Posada
está tomada hace mucho por la Casa Blanca. La Fiscalía jamás lo
encausó por lo que es, un terrorista, se emplearon artilugios legales
para esconder la farsa judicial.
El representante demócrata por Massachussets, William Delahunt,
denunció la impunidad e intenta promover en el Congreso una audiencia
para analizar la actitud del gobierno estadounidense en este caso, y
señaló que legisladores republicanos y de la oposición concuerdan en
rechazar la liberación del terrorista, debido a su largo historial
delictivo, que incluye la explosión de una nave de Cubana de Aviación
con 73 personas a bordo.
Una carta enviada por el representante demócrata al fiscal general,
Alberto Gonzales, exige una explicación del Departamento de Justicia
sobre por qué no apeló a la Ley Patriota para evitar la liberación del
connotado verdugo internacional y puntualiza: "la excarcelación del
señor Posada pone en tela de juicio nuestro compromiso de luchar
contra el terrorismo".
Pero para la administración norteamericana juzgar a Posada Carriles
por terrorista, era como juzgarse a sí misma. (SE)