24 de abril del 2007
Posada en Miami: luz verde al
terror
JEAN-GUY ALLARD
Al liberar al terrorista internacional Luis Posada Carriles sin
prohibirle reunirse con los cabecillas terroristas de Miami que
financiaron sus crímenes y los matones que siempre lo acompañaron en
sus fechorías, la administración de George W. Bush ha consentido una
peligrosa concertación de elementos criminales que se consideran
autorizados a conspirar con impunidad.
El
terrorista está en su casa de Miami, mientras los Cinco
antiterroristas cumplen largas e injustas condenas.
En un emotivo recuento de la llegada de Posada a su domicilio,
después de un viaje en jet privado desde Texas —un privilegio otorgado
por orientación de las más altas esferas del Departamento de
Justicia—, El Nuevo Herald menciona cómo, "apacible y alejado del
asedio de la prensa", el "militante anticastrista" ya se encuentra
cómodamente instalado en su domicilio.
El diario cita al "veterano activista Ernestino Abréu" para luego
precisar que "planea visitar a Posada en los próximos días".
Por su escandalosa complacencia hacia el terror, el rotativo no
menciona que Ernestino Abréu, terrorista notorio, es el padre de
Ernesto Abréu, dueño postizo del barco camaronero Santrina, en el cual
Posada fue introducido ilegalmente a Estados Unidos.
Ernesto Abréu es tan fiel cómplice de los planes terroristas de
Posada que lo visitó en varias oportunidades, cuando se encontraba
preso en Panamá por intentar asesinar al Presidente de Cuba.
Representó entonces a Santiago Álvarez en todos los procedimientos
judiciales y acompañó al viejo asesino en su salida furtiva, en jet
privado, rumbo a Honduras, donde ayudó a su desaparición.
Ernesto Abréu, presidente de la Junta Patriótica Cubana, asociada
al grupo terrorista Alpha 66, se negó a declarar ante un Gran Jurado
que investigó la entrada ilegal de Posada en EE.UU. y fue encarcelado
luego por tal motivo.
JÚBILO EN LA FAUNA
Bajo el titulo "Júbilo en el exilio", el Diario de las Américas,
uno de los órganos de prensa más estrechamente vinculados a la fauna
mafiosa miamense, intenta ilustrar el tema al citar una entrevista
concedida a la agencia española EFE por Armando Pérez Roura, "director
general de la organización Unidad Cubana, que agrupa a una veintena de
grupos de exiliados".
El periódico y la agencia evitan mencionar que Pérez Roura es,
desde hace décadas, uno de los más furibundos predicadores del uso del
terror contra Cuba y que las organizaciones que agrupa bajo la bandera
de la llamada Unidad Cubana, están todas alineadas a favor del
terrorismo.
En sus declaraciones a EFE, Pérez Roura expresó que la liberación
de Posada es un triunfo del "exilio cubano y de la justicia que hemos
pedido que se haga con un patriota como él".
Unidad Cubana pertenece al Foro Patriótico Cubano (FPC), que
constantemente llamó a apoyar al terrorista. El FPC reúne además al
Consejo por la Libertad de Cuba, de Luis Zúñiga y Roberto Martín
Pérez; la Brigada 2506, de Félix Rodríguez Mendigutía; el Consejo del
Presidio Político Cubano, de Reinaldo Aquit, y el Partido Protagonista
del Pueblo, de Orlando Bosch.
Todos estos grupos y grupúsculos, sin excepción, tienen vínculos
profundos con el terrorismo contra Cuba. Muchos de los personajes que
los componen tienen lazos conocidos con la Casa Blanca, como es el
caso de Zúñiga, o con las campañas del Plan Bush en Europa, de Caleb
McCarry, en las cuales participa Aquit.
El Diario de las Américas da luego la palabra a Osiel González,
vocero de Alpha 66, quien afirma también su satisfacción "de que
nuestro compañero se encuentre de nuevo con nosotros en Miami".
No menciona que Alpha 66, creada por la CIA en 1962, constituye la
organización terrorista con el más amplio historial de atentados entre
todos los grupúsculos llamados de "línea dura" de Miami, donde
disfruta de una oficina, al igual que su rival, Comandos F-4, de
Rodolfo Frómeta.
¿JUSTICIA PRO TERRORISMO?
De manera absurda, al condenar con durísimas sentencias, en
diciembre del 2001, a tres de los Cinco cubanos que lograron penetrar
a grupos terroristas de Miami, la jueza Joan Lenard les impuso
condiciones especiales adicionales "para su liberación supervisada el
día que hayan cumplido su condena".
Se les prohibió expresamente que visitaran en Miami los lugares que
frecuentan los contrarrevolucionarios anticubanos, un reconocimiento
implícito de la existencia en Miami de un terrorismo tolerado.
Para Posada, la justicia imperial omitió imponer tales
requerimientos. Al no ser reconocido por la administración de Bush
como terrorista, Posada no arriesga mucho más en su venidero juicio
por haber engañado a los servicios de inmigración, que una sentencia
de detención que ya cumplió.
Al no imponer la más mínima advertencia en relación con las
actividades terroristas que siempre desarrolló, la jueza Kathleen
Cardone ni siquiera supo que en su propia Corte se encontraban
representantes de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos
(Brigada 2506), del asesino y agente CIA Félix Ismael Rodríguez
Mendigutía; de Cuba Independiente y Democrática, del narcotraficante
Huber Matos, y del llamado Consejo del Presidio Político Cubano, del
connotado terrorista Reinaldo Aquit.
Ante la falta de voluntad de la Casa Blanca para acusar de
terrorista a Posada, la magistrada optó por liberarlo, por lo que
podrá conspirar, con los que en Miami constituyeron y siguen
constituyendo la base de sus actividades asesinas: los Orlando Bosch,
Pedro Remón, "Gasparito" Jiménez, Guillermo Novo, Virgilio Paz y José
Dionisio Suárez.
Además de toda la tropa millonaria de patrocinadores del terror de
la Fundación Nacional Cubano Americana y del Cuban Liberty Council,
cuyo apoyo permanente al terrorismo contra Cuba se reveló siempre tan
firme como su sostén a los congresistas derechistas que financian y
orientan.
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