BAYAMO.—
Una cifra superior a los 100 000 bayameses, en nombre de todos los
cubanos, rechazaron en tribuna abierta la libertad bajo fianza del
connotado terrorista Luis Posada Carriles.
La concentración, a la cual acudió el doble de los compatriotas
convocados, tuvo como escenario la Plaza de la Patria de la capital
granmense, sitio obligado para el recuento histórico, donde se lanzó
con fuerza al mundo otra condena a la doble moral, la hipocresía y las
patrañas imperialistas.
Tras conocerse que se encuentra en Miami quien con sus crímenes ha
enlutado a cientos de familias cubanas, trabajadores, campesinos,
estudiantes, federadas, intelectuales, combatientes y amas de casas,
alzaron voces y banderas en una condena extendida a cada sitio y
hombre de paz de este planeta.
Lázaro Expósito Canto, miembro del Comité Central y primer
secretario del Partido en la provincia; Jesús Infante López,
presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular; familiares de
víctimas del terrorismo, y otros dirigentes de las organizaciones
políticas y de masas, el MININT y las FAR, encabezaron la
congregación, en la cual se escucharon fragmentos del discurso
pronunciado en esta misma plaza por el Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz, en ocasión del aniversario 53 de la efeméride del 26 de Julio,
cuando aseveró: Aquí no necesitamos de plan de transición alguno, pues
tenemos, por ejemplo, índices de salud superiores a los de Estados
Unidos.
La Banda de Conciertos de Bayamo abrió el acto con la
interpretación de El Mambí y La Bayamesa, y le siguieron las
presentaciones de artistas profesionales, estudiantes de la Escuela de
Arte Manuel Muñoz Cedeño y representantes de varias organizaciones,
todos con un mensaje común: rechazar al terrorista y el cinismo del
gobierno norteamericano, y reafirmar la voluntad de todos los cubanos
de continuar defendiendo la libertad y cada conquista revolucionaria,
en un desafío que fue, es y será de Patria o Muerte.
Si alguien pregunta por el asesino —señaló en el momento final el
escritor y poeta Luis Carlos Suárez—, el castrador de juventudes en
pleno vuelo, por el sembrador de lágrimas en el alma del padre
italiano que no verá más a su hijo, díganle que está posado sobre su
crimen, con una máscara de anciano apacible, mientras el avión de
Barbados cae todos los días en el alma de este pueblo.