ULTRAJE A LAS MILES DE VÍCTIMAS DEL TERRORISMO INTERNACIONAL

14 de abril de 2007

Que el crimen no quede impune

Ortelio González Martínez

CIEGO DE ÁVILA.— Sin dejar de accionar las chavetas que convertirán en armas de combate si fuera necesario, los trabajadores de la fábrica avileña de tabaco Carlos Rodríguez Careaga condenaron la gran hipocresía del gobierno de W. Bush en su lucha contra el terrorismo, al ordenar la libertad condicional, aún en suspenso, del asesino Luis Posada Carriles.

Con palabras del alma, Carmen Delgado Nápoles expresó cómo la doble moral del gobierno de los Estados Unidos ultraja el nombre de Cuba, al proteger a un asesino confeso y mantener prisioneros en las cárceles norteamericanas a cinco cubanos luchadores antiterroristas.

Bárbara Cabrera Sanamé, trabajadora destacada, refirió que en respuesta a la absurda decisión, los más de 100 trabajadores se propusieron cumplir estrictamente con la jornada laboral y el plan de producción, "pues esta es nuestra otra trinchera".

El pueblo avileño expresa repulsa a la decisión emitida por Kathleen Cardone, jueza de la Corte Federal de El Paso, Texas, de liberar bajo fianza a Posada Carriles, con demostraciones similares en los centros de trabajo, del sector campesino, estudiantiles, y sedes universitarias de los 10 municipios del territorio.

   

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