CIEGO DE ÁVILA.— Sin dejar de accionar las chavetas que convertirán
en armas de combate si fuera necesario, los trabajadores de la fábrica
avileña de tabaco Carlos Rodríguez Careaga condenaron la gran
hipocresía del gobierno de W. Bush en su lucha contra el terrorismo,
al ordenar la libertad condicional, aún en suspenso, del asesino Luis
Posada Carriles.
Con palabras del alma, Carmen Delgado Nápoles expresó cómo la doble
moral del gobierno de los Estados Unidos ultraja el nombre de Cuba, al
proteger a un asesino confeso y mantener prisioneros en las cárceles
norteamericanas a cinco cubanos luchadores antiterroristas.
Bárbara Cabrera Sanamé, trabajadora destacada, refirió que en
respuesta a la absurda decisión, los más de 100 trabajadores se
propusieron cumplir estrictamente con la jornada laboral y el plan de
producción, "pues esta es nuestra otra trinchera".
El pueblo avileño expresa repulsa a la decisión emitida por
Kathleen Cardone, jueza de la Corte Federal de El Paso, Texas, de
liberar bajo fianza a Posada Carriles, con demostraciones similares en
los centros de trabajo, del sector campesino, estudiantiles, y sedes
universitarias de los 10 municipios del territorio.