El pueblo cubano reclama justicia
Solo le pedía triunfos para la Patria
Texto
y fotos: Jorge Luis Merencio Cautín
Un ramo de flores y un
beso especiales faltaron entre las congratulaciones que hijos y
vecinos organizaron por el cumpleaños 90 de Haidée García Nóbrega.
Haidée García Nóbrega, madre del joven esgrimista Ramón Infante, víctima del sabotaje a una nave de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976.
Eran el beso y las flores
de Ramón Infante, Monchi, como Haidée cariñosamente llamaba al
menor de sus cinco hijos, víctima junto a otras 72 personas del
atentado terrorista que, organizado por Luis Posada Carriles, hizo
estallar en pleno vuelo un avión de Cubana, en Barbados, el 6 de
octubre de 1976.
Han transcurrido casi 29
años del horrendo crimen y aún retumba en los oídos de la anciana
la noticia de la muerte de su hijo, un joven esgrimista lleno de
ilusiones.
Ramón Infante García.
Recuerda a Ramón como un
muchacho alegre y jaranero, muy sencillo y respetuoso, que por su
conducta social hizo muchas amistades. Entre sus gustos preferidos
estaban coleccionar sellos (conformó un álbum sobre los sucesos del
cuartel Moncada), el baile, la lectura y sobre todo el deporte.
"Una
mañana llegó muy contento de la escuela y me dijo que había
matriculado en la Academia de esgrima. Yo conocía de sus prácticas
de béisbol, ajedrez, natación, por eso me sorprendí un poco cuando
me dio la información, que en verdad me alegró pues así se abría
un nuevo horizonte en su vida."
Y no me defraudó,
rememora, pues se convirtió en un competidor reconocido
internacionalmente. Él había comenzado practicando sable y florete,
pero amigos y entrenadores lo convencieron de que su arma era la
espada, más acorde a su elevada estatura y sus extremidades largas.
Comenta Haidée que
siempre que partía a competir en el extranjero le preguntaba: Mami,
¿qué quieres que te traiga?, y ella solo le pedía triunfos para la
Patria.
El crimen de Barbados,
expresión del odio y la impotencia de los enemigos de la Revolución,
truncó la vida de Ramón Infante, laceró el corazón de su madre, y
el porvenir de su joven esposa y del hijo que no pudo conocer.
El pueblo cubano, con el
Comandante en Jefe al frente, no va a descansar hasta que Posada
Carriles y demás culpables del sabotaje de Barbados sean juzgados,
sentencia quien en la seudorrepública tuvo que trabajar en la trilla
de café desde los 12 años para ayudar al sustento familiar.
"Nosotros
vamos a ganar esta batalla contra el terrorismo, porque nos asiste la
razón y porque desde hace más de 45 años hemos sido víctimas de
tan monstruosa práctica."
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