11
de junio de 2005
Llamamiento contra el terrorismo y en
defensa de la humanidad
Los firmantes, miembros de
la red de redes "En defensa de la humanidad", mandatados por el
Encuentro Internacional "Contra el terrorismo, por la verdad y la
justicia", hemos trabajado sobre las denuncias, propuestas e informes
aportados por los 681 participantes, provenientes de 67 países, que
nos dimos cita en La Habana los días 2, 3 y 4 de junio de 2005, y
llamamos a promover un movimiento contra el terrorismo que denuncie y
condene la era de terror instaurada por Estados Unidos en nuestro
hemisferio, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX y
hasta nuestros días.
Los conmovedores
testimonios de las víctimas y de sus familiares, así como los
documentados informes de reconocidos juristas, estadistas,
periodistas, economistas y otros intelectuales comprometidos en la
defensa de los derechos humanos, reconstruyeron la trama de terrorismo
e impunidad que diversas administraciones estadounidenses urdieron en
el Cono Sur, Centroamérica y el Caribe, en complicidad con
gobernantes, ejércitos y policía de los países latinoamericanos y
caribeños.
La opinión pública tiene
derecho a saber la verdad. No es posible que aquellos que han desatado
una guerra genocida en nombre de la lucha contra el terrorismo
pretendan encubrir, al mismo tiempo, la utilización sistemática que
han hecho de los más perversos métodos terroristas contra los
pueblos de América Latina y el Caribe. Es urgente romper el silencio
en torno al pasado, presente y previsible futuro de esta política
criminal de Estados Unidos.
No es posible silenciar
los estrechos vínculos, probados y documentados, de terroristas
internacionales con la Casa Blanca, el Departamento de Estado y los
servicios de inteligencia norteamericanos. No puede ser olvidado el
saldo atroz de la Operación Cóndor, aquella internacional del
terror, como la calificara el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez
Esquivel, ni el de la guerra sucia en Centroamérica y el Caribe. No
pueden quedar impunes los crímenes de quienes han trabajado al
servicio de la CIA y de altos funcionarios de varias administraciones
de Estados Unidos.
George H. W. Bush, padre
del actual presidente, no puede eludir su responsabilidad, como
director de la CIA, en la creación, con estos terroristas de origen
cubano, del llamado CORU, organización que llevó a cabo el asesinato
del excanciller chileno Orlando Letelier y de la ciudadana
estadounidense Ronnie Moffit, del estallido en pleno vuelo de un
avión civil con 73 personas a bordo y de otros crímenes de lesa
humanidad. Estos mismos terroristas participaron en el montaje y
ejecución de la Operación Cóndor con la DINA de Pinochet y los
demás cuerpos represivos de las dictaduras militares del Cono Sur.
Tampoco puede eludir su responsabilidad en estos actos genocidas el
entonces Secretario de Estado Henry Kissinger.
Resulta imprescindible
denunciar las estrechas relaciones del actual gobernador de La
Florida, Jeb Bush, con la Fundación Cubano Americana y otros grupos
terroristas de Miami. Son los mismos que contribuyeron decisivamente a
la victoria fraudulenta de su hermano en las elecciones presidenciales
de 2000; los que financiaron los atentados contra instalaciones
turísticas cubanas que Posada Carriles llegó a reconocer ante The
New York Times y la televisión norteamericana, su "indulto" en
Panamá y su estancia en Estados Unidos durante los últimos dos
meses; los que organizaron y pagaron su fuga de la cárcel en
Venezuela para trabajar con la Casa Blanca en el proyecto
Irán-Contras y en la estrategia estadounidense de terrorismo de
estado y guerra sucia en Centroamérica. Hoy más que nunca urge
denunciar esta histórica red de complicidades en la que se funda la
impunidad con que las autoridades estadounidenses protegen ilegalmente
a Luis Posada Carriles, ignorando la justa solicitud de extradición
de la República Bolivariana de Venezuela. La misma protección por la
que pretenden dejar impunes los crímenes de Orlando Bosch.
Es imperativo revelar la
esencia terrorista de esta alianza que, contra los intereses del
pueblo norteamericano, ha establecido la dinastía Bush con la mafia
de Miami y que ofende la memoria de las víctimas de los atentados del
11 de Septiembre de 2001 y de los caídos en nombre de una fraudulenta
guerra contra el terrorismo. La opinión pública de Estados Unidos,
que se movilizó contra el nazifascismo y contribuyó decisivamente a
terminar la guerra de Vietnam, que apoyó la lucha por los derechos
civiles y la devolución a Cuba del niño Elián González, debe ser
informada por todos los medios sobre la índole criminal de su
gobierno.
La impunidad de los
terroristas no puede continuar. Ningún crimen puede quedar sin
castigo.
POR TODAS ESTAS
RAZONES, DECIDIMOS IMPULSAR UN MOVIMIENTO INTERNACIONAL CONTRA EL
TERRORISMO A TRAVÉS DE LA RED DE REDES "EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD" Y
DE LAS SIGUIENTES ACCIONES:
1. Establecer el
Observatorio contra el Terrorismo en el Hemisferio.
2. Crear una Base de Datos
que recopile información sobre esta política genocida.
3. Elaborar y publicar la
Enciclopedia del Terrorismo en el hemisferio, con los conceptos y
categorías esenciales, los antecedentes de los genocidas, represores
y terroristas involucrados, así como la cronología de estos hechos
criminales y la caracterización de los componentes nacionales y
supranacionales de la maquinaria del terror.
4. Conformar una
colección de publicaciones sobre la memoria histórica del
terrorismo.
5. Constituir el Tribunal
Hemisférico "Contra el terrorismo y en defensa de la humanidad",
conformado por prestigiosos juristas, intelectuales y luchadores por
los derechos humanos, para juzgar, en primer término, a Henry
Kissinger, George Herbert Walker Bush, Jeb Bush y George Walker Bush y
a los siguientes funcionarios y exfuncionarios del Departamento de
Estado y del Consejo Nacional de Seguridad: Oliver North, John Dimitri
Negroponte y Otto Reich, por instaurar y promover el terrorismo de
Estado en América Latina y el Caribe y en el propio territorio de los
Estados Unidos, en franca violación de las leyes internacionales y
las de su propio país y poniendo en peligro la seguridad de sus
ciudadanos; por reclutar, entrenar y financiar a grupos terroristas y
por la protección que han ofrecido y ofrecen a Orlando Bosch, Luis
Posada Carriles y otros connotados autores de actos criminales que han
costado la vida a miles de personas inocentes.
Los trabajos de este
Tribunal se organizarán a través de cuatro comisiones: de
Recopilación de testimonios y pruebas documentales; de Investigación
y análisis; Técnico-jurídica y de Información y difusión.
Este es el compromiso
asumido en La Habana: defender los valores éticos y la dignidad ante
la fuerza bruta y el terror e imponer el derecho y la justicia. Todas
las voces deben alzarse contra el crimen. La denuncia continuará
hasta que los asesinos sean juzgados y condenados. El silencio sólo
conviene a los terroristas y a sus protectores. No habrá descanso
hasta que la verdad se abra paso. Como dijera Fidel: "La humanidad
tiene ansias de justicia".
La Habana, 10 de junio de
2005
Francois Houtart,
Bélgica; Isabel Parra, Chile; James Cockcroft, EE.UU.; Pablo
González Casanova, Víctor Flores Olea, Gilberto López y Rivas y
Juan Bañuelos de México; Thiago de Mello, Beto Almeida, Roberto
Amaral, Beth Carvalho, María Ciavatta y Marilia Guimaraes de Brasil;
Roberto Fernández Retamar, Cuba; Marcos Roitman, Manuel Talens, Jaime
Losada, Alicia Hermida y Carlos Tena, de España; Miguel Bonasso,
Stella Calloni, Ana de Skalon, Tristán Bauer, Atilio Borón, Néstor
Kohan, Carlos Ruta, Luciano Alzaga y Marcelo Cafiso de Argentina;
Hernando Calvo Ospina, Colombia; Jorge Sanjinés, Bolivia; Antonio
Pecci, Paraguay; Raúl Pérez Torres, Ecuador; Gennaro Carotenuto,
Italia; Tarik Souki, Venezuela; Samuel Blixen, Uruguay.
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