3
de junio de 2005
El terrorismo en carne
propia
Elson
Concepción Pérez
El testimonio del joven
chileno Manuel Guerrero, quien con solo 6 años de edad sufrió
torturas y vivió la angustia de que su padre fuera, primero
secuestrado y años más tarde asesinado, conmovió a los casi 1 400
delegados e invitados de más de 60 países, presentes en el encuentro
internacional Contra el terrorismo, por la verdad y la justicia,
en su segundo día de sesiones en el Palacio de las Convenciones, de
la capital.
Miguel Bonasso y Manuel Guerrero.
"En 1976 secuestraron a mi
padre en plena vía pública, luego de que un comando de la dictadura
lo baleó junto a mi madre que estaba en estado de gestación. A él
lo secuestraron, lo torturaron", dijo. "Estoy seguro de que mi
pequeña hermana, desde el vientre de mi madre, escuchó el balazo que
hirió a mi padre", relató.
"Lo buscamos por
cárceles, morgues, campos de concentración. En ese peregrinaje lo
encontramos herido y torturado, y junto a él nos llevaron a un
calabozo. Ya mi hermana tenía un mes de nacida, y yo era un niño, y
estábamos con mi madre. Allí, al lado de la celda en que tiraron a
mi padre, fuimos torturados para que él oyera lo que se nos hacía y
tratar de esa forma de quebrar su resistencia", narró Guerrero.
Luego se refirió a que,
una vez sacados de la cárcel, tuvieron que ir al exilio, del cual
regresaron para incorporarse a la lucha contra la dictadura. El 29 de
marzo de 1985 secuestraron nuevamente a su padre, quien apareció al
día siguiente degollado.
Sus palabras finales
instaron a que "este testimonio no nos lleve a la parálisis. Mi padre
no es una víctima, es un combatiente y por eso fue asesinado. Llamo a
la izquierda a que se una en la lucha, no en el llanto. Hay que
aprender y sistematizar esta experiencia, hasta poner fin a este
imperialismo injusto y sanguinario".
PARA ACABAR EL MANTO DE
SILENCIO
En el panel de la mañana,
el médico e investigador paraguayo, Alfredo Boccia, se refirió a que
nunca antes en la historia del continente se realizó un evento como
este, donde se están juntando las piezas que conforman las acciones
terroristas y lo referido al Plan Cóndor.
Manifestó que lo que más
impresiona es el largo tiempo en que el manto de silencio se extendió
en nuestros pueblos mientras miles de nuestros hermanos, amigos,
compañeros, eran torturados, desaparecidos, muertos.
Dijo que en 1989 los
paraguayos se enteraron de que eso existía realmente, aunque 13 años
antes —lo saben ahora—, las comunicaciones de la CIA y del FBI
demostraban que esos organismos norteamericanos de Inteligencia
conocían perfectamente la existencia de ese siniestro operativo, su
organización, su nombre.
El galeno paraguayo dijo
que más de 22 000 militares latinoamericanos fueron entrenados en
técnicas de torturas y muerte en la Escuela de las Américas del
ejército de Estados Unidos, también muy vinculados a hombres de la
extrema derecha cubano-americana radicada en Miami.
Nora Cortiñas, argentina,
una de las Madres de la Plaza de Mayo, denunció el terrorismo
económico que con su alta cuota de deuda externa y condicionamientos
ha llevado a los países latinoamericanos a la pobreza y origina, solo
en Argentina, la muerte de más de 100 niños por día, por hambre o
enfermedades curables.
Dijo que los desaparecidos
y muertos durante la Operación Cóndor eran jóvenes, luchadores
revolucionarios, dirigentes sindicales de base, y todos buscaban la
liberación de nuestros pueblos y miraban las figuras del Che y de
Fidel que iluminaban ese camino.
Alertó que ahora Estados
Unidos vuelve a la tarea de militarizar a todos nuestros países, como
cobertura para la aplicación del ALCA.
El investigador uruguayo
Raúl Olivera se refirió a la batalla que aún hay que dar en la
lucha contra la impunidad.
Al respecto, llamó a
construir un Nunca más para nuestros hijos, para nuestros nietos.
Hernán Uribe, periodista
chileno, explicó que a partir de las dictaduras militares en América
Latina se aplicó con mucha intensidad la represión contra los
periodistas, de los que por lo menos 800 fueron asesinados a partir de
la mitad de los años 60.
LAS CREDENCIALES
MORALES DE CUBA
Miguel Bonasso, escritor y
parlamentario argentino, quien calificó de excepcional este encuentro
contra el terrorismo, dijo que Cuba tiene las credenciales morales
acreditadas por 46 años de lucha ininterrumpida para ser la sede de
estas deliberaciones y de estas denuncias.
A la vez, llamó a lograr
un verdadero compromiso con las dos naciones más amenazadas en el
continente, Cuba y Venezuela.
Respecto a Luis Posada
Carriles, señaló que como la OEA se va a reunir en Miami por estos
días, sería altamente saludable que uno o más países
latinoamericanos señalara esta doble moral del Gobierno de Washington
en el caso de este terrorista, cuya extradición demanda con absoluta
justicia la República Bolivariana de Venezuela.
La brasileña Elizabeth
Silveira denunció la colaboración que existió entre los militares
golpistas brasileños y oficiales e instructores norteamericanos que
los capacitaron en técnicas de tortura que luego fueron introducidas
en otras naciones del Cono Sur latinoamericano.
TERROR EN GUATEMALA Y
ANGOLA
Piero Gleijeses, escritor
italiano, narró cómo el Gobierno de Estados Unidos derrotó al
presidente guatemalteco Jacobo Arbenz, país donde luego murieron
miles de ciudadanos víctimas del terrorismo.
También ofreció
información sobre el apoyo norteamericano al terrorista Jonas
Savimbi, de Angola, y al verdadero eje del mal creado entre Washington
y la Pretoria del apartheid para tomar el control de Angola,
operación frustrada por las fuerzas internacionalistas cubanas, de
las FAPLA angolanas y de la SWAPO de Namibia.
La última intervención
de la mañana estuvo a cargo del escritor español Carlos Frabetti,
quien llamó la atención acerca de que la presión brutal del poder
mediático puede conducir a olvidos históricos en aspectos de tanta
importancia como el terrorismo que se ha aplicado contra las naciones
latinoamericanas y que han padecido últimamente incluso ciertas
democracias de Europa occidental, donde los cuerpos policiales ejercen
la tortura.
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