Es imprescindible dar a conocer nuestra
historia a los pueblos que la ignoran y a quienes no la recuerdan,
porque perder la memoria sería lo peor que nos podría pasar,
enfatizó esta mañana Norah Cortiñas, fundadora del movimiento de
las Madres de la Plaza de Mayo, y una de las argentinas delegadas al
encuentro internacional Contra el terrorismo, por la verdad y la
justicia, inaugurado esta semana en el Palacio de las Convenciones
de La Habana.
En una sesión que también contó con
la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros
de Cuba, quien desde ayer participa activamente en la
reunión, Cortiñas relató las consecuencias del conocido Plan
Cóndor en Argentina, un instrumento imperialista que, según
precisó, salió del caparazón en 1823, con la Doctrina Monroe.
Para Cortiñas la doctrina imperialista
de terror económico fue el germen del horror que su país y el
continente padecerían después: Solamente en Argentina, indicó, hubo
más de 30 000 desaparecidos, más de 10 000 presos políticos y miles
de exiliados.
El exilio fue para afuera y para
adentro, explicó, porque el pánico obligó a miles de familias a
trasladarse de barrio en barrio, y por diferentes provincias, huyendo
del terror.
Cortiñas denunció la existencia de
alrededor de 500 campos de concentración en Argentina durante la
dictadura militar, centros de tortura donde se aplicaron metodologías
nazis contra mujeres, hombres y menores de edad, desde que comenzó el
gobierno castrista en marzo de 1976.
Al principio no entendíamos por qué
ni para qué se llevaban a nuestros hijos, confesó, luego entendimos
que los secuestraban porque eran jóvenes revolucionarios, luchadores
populares que buscaban la liberación de nuestros pueblos.
Se los llevaban, continuó, para
eliminarlos con el fin de implementar políticas económicas
neoliberales, porque el Cóndor fue la antesala de este imperio actual
de George W. Bush que programa el ALCA, expropia nuestras riquezas y
pretende militarizar una vez más a nuestros países.
Nuestros hijos desaparecidos y
asesinados querían defender la independencia, la libertad y el
respeto a los derechos humanos, señaló la delegada argentina, y hoy
están presentes para pedirnos que nos pongamos de pie y nadie quede
arrodillado, ellos están presentes para que no claudiquemos.
Durante su intervención Norah
Cortiñas informó que el argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio
Nobel de la Paz, no pudo asistir a este encuentro pues participa
actualmente en una importante reunión celebrada en la ciudad de Mar
del Plata, donde más de 100 organizaciones se han dado cita para
organizar y promocionar el Encuentro de los Pueblos, un movimiento que
repudiará la visita del presidente Bush a Argentina el próximo mes
de noviembre.
Raúl Olivera, investigador y dirigente
sindical uruguayo, definió ayer el fenómeno de la impunidad como la
otra cara de la moneda del terrorismo de Estado en Latinoamérica.
Para nosotros, indicó, derrotar al
terrorismo es acabar con la impunidad política, cerrarle el paso y no
permitir que se sigan repitiendo los crímenes del pasado.
Resaltó la importancia de que las
naciones víctimas de estos conflictos encuentren una política común
que en principio permita aunar esfuerzos para escribir, rescribir e
intercambiar información sobre los episodios del Plan Cóndor, y
propuso trazar líneas de acción concretas durante el encuentro para
que el trabajo futuro sea eficaz.
Por su parte, Hernán Uribe, periodista
chileno que fuera director del diario La Noticia de Ultima Hora,
órgano del Partido Socialista de Chile durante el gobierno de
Salvador Allende, denunció el papel de las dictaduras militares de
América Latina en el asesinato de alrededor de 800 periodistas a
partir de la década del sesenta.
Uribe, quien se califica como el primer
chileno al que la Junta Militar concedió el "honor" de
quitarle su nacionalidad, dijo que los profesionales de la prensa
fueron "víctimas preferidas" por las dictaduras, y que el
conocimiento de los crímenes cometidos bajo su poder comenzó a ser
investigado y conocido con mayor exactitud a partir de la
constitución de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP)
en 1976.
Hoy nos tenemos que enfrentar al
terrorismo informativo, señaló Uribe, una presión enorme de los
medios más poderosos, específicamente estadounidenses, que
distorsiona y confunde la información en nuestros países.
La prensa alternativa, aunque en cifra
menor, se suma cada vez más a la labor de encarar a esta prensa
dominante, y los periodistas deben tomar conciencia para colaborar y
difundir la verdad, añadió.
El encuentro internacional Contra el
terrorismo, por la verdad y la justicia reúne en La Habana a
cientos de líderes políticos y sindicales, activistas sociales,
defensores de los derechos humanos, académicos periodistas,
escritores, artistas y víctimas del terrorismo de más de 66 países.
Cientos de delegados e invitados cubanos participan también en estas
sesiones que concluirán mañana sábado.