Los Estados Unidos de Miami
JOSÉ PERTIERRA *
Si Posada Carriles fuera
miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC)
en vez de terrorista, la cosa sería diferente. No pudiera aspirar a
entrar a Estados Unidos. Cuba es uno de los siete países que Estados
Unidos considera terroristas, y con ese pretexto el Gobierno de George
W. Bush le niega la entrada a los músicos, poetas, periodistas,
escritores, y académicos cubanos por el simple hecho de que, como
viven y trabajan en Cuba, son empleados del Gobierno. Personajes tan "peligrosos"
como Cintio Vitier, Chucho Valdés, Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo,
Carlos Varela, Victor Casaus, Pablo Armando Fernández, Hedelberto
López, Gerardo Alfonso y muchos tantos otros ahora son los que
amenazan la seguridad nacional de Estados Unidos.
¿Qué clase de guerra en
contra del terrorismo es esta? El Departamento de Seguridad de la
Patria les niega las visas a los poetas y artistas cubanos, pero les
concede libre entrada al país a los terroristas. El último
terrorista cubano que ha llegado a Miami, la capital del terrorismo,
optimista de pronto lograr la residencia es Luis Posada Carriles: el
responsable de la voladura de un avión de Cubana de Aviación en
Barbados en 1976 en el cual fallecieron 73 personas, incluyendo muchos
de los miembros del equipo de esgrima cubano. Posada es también el
confeso autor intelectual de la campaña terrorista de 1997 en contra
del sector turístico cubano que mató con bombas a un turista
italiano e hirió a 11 personas.
Las leyes de inmigración
de EE.UU. son claras: un terrorista no califica para la ciudadanía,
la residencia, el asilo, la suspensión de la deportación, e incluso
para ningún tipo de visa. No hay exención a la que pueda acudir para
poder esquivar una deportación. Sin embargo, Miami parece ser otro
planeta en el cual las leyes norteamericanas no tienen jurisdicción.
¿O será que las reglas miamenses ahora son las leyes del país?
Por las calles de la
sagüecera cubana de Miami desfilan impunemente decenas de
terroristas. En 1989 el Departamento de Justicia consideró la
solicitud de asilo del socio fuerte de Posada Carriles, Orlando Bosch,
y concluyó que EE.UU. "no puede amparar a alguien que aboga por herir
o matar a civiles inocentes. La seguridad de esta nación es afectada
por sus posibilidades de convencer a otras naciones de no amparar a
los terroristas. No podemos amparar al doctor Bosch y mantener nuestra
credibilidad". Aplicándole las leyes de inmigración a la solicitud
de asilo de Bosch, el Departamento de actos terroristas cometidos y
confesados. Sin embargo, el caso de Justicia determinó que no
calificaba para asilo por los crímenes y los ventiló en Miami donde
las reglas del juego son diferentes. Pese a la decisión jurídica de
su propio Gobierno, el 18 de julio de 1990, Bush padre le concedió un
"parole" a este terrorista por "razones humanitarias", y eventualmente
Bosch logró convertirse en residente permanente.
Estamos viendo la
miamificación de Estados Unidos. Prevalece la intolerancia y la
glorificación de la violencia en el país. Las armas de fuego
abundan, y son vistas con normalidad. Los inmigrantes saludables
tienen menos derechos civiles que una ciudadana americana en coma
vegetativo, como demostró el caso de Terri Schiavo recientemente. Los
desfiles militares prevalecen hasta en los eventos deportivos
televisivos. El Estadio Robert F. Kennedy en Washington D.C. pronto se
llamará "Armed Forces Field" (el Campo de las Fuerzas Armadas). En
nombre de la democracia detienen indefinidamente a los presos, los
torturan, y en algunos casos hasta los asesinan. Los países que no
obedecen las órdenes del emperador son bombardeados, invadidos y
ocupados. Mientras tanto muchos estadounidenses no se cansan de
repetir el mantra que este es el mejor país del mundo, y que esto es
una verdadera democracia.
Posada no es bobo. Sabe
que, de acuerdo a la letra de la ley, no califica para asilo, ni
tampoco para la residencia en EE.UU. Sin embargo, sabe que, aunque
nació en Cuba, su amo es el Gobierno de Estados Unidos, y, como nos
recuerda su abogado, es cachorro de la CIA. Eso, piensa él, es
suficiente para que Bush hijo le de el mismo regalo que Bush padre le
dio a Bosch, un green card y un desfile en Miami. Sabe que en los
Estados Unidos de Miami vale más ser miembro de la CIA que de la
UNEAC, y que es mejor ser terrorista que poeta.
*José Pertierra es
abogado cubano. Su bufete está en Washington, D.C.
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