2
de junio de 2005
Hebe vive el futuro
Cuando
Hebe de Bonafini habla, el aire cobra la transparencia del futuro que
se anticipa en la justicia y la verdad. Al intervenir anoche al cierre
de la primera jornada del Encuentro, levantó varias veces al
auditorio con su verbo encendido y sus convicciones.
Es una de las líderes de
las Madres de la Plaza de Mayo. Todos los jueves, desde hace 28 años,
se reúnen en ese céntrico punto de la capital argentina para que se
sepa el destino de los hijos desaparecidos.
"Entonces
no sabíamos nada, ni siquiera si nuestros hijos estaban comprometidos
con la lucha. Luego empezamos a escuchar de la Operación Cóndor y
nos dio por investigar. Conocimos que los represores se formaban en la
Escuela de las Américas, organizada por Estados Unidos, para combatir
a los revolucionarios; y que se había creado la Alianza Anticomunista
Argentina para matar a nuestros hijos. En nuestro país funcionaron 64
campos de concentración, porque pensaron que ellos eran terroristas.
Todo instigado por Estados Unidos, como lo han hecho con Iraq: tratar
de acabar con todo un pueblo".
Hoy Hebe siente que de la
angustia de aquellos días iniciales el movimiento de las madres ha
pasado a la acción, a la realización de un sueño de liberación
social efectiva: "Y estamos orgullosas de tener hijos revolucionarios
y por eso los reivindicamos. Mi hijo me dijo: `Mira, mamá, lo que
importa es para lo que uno vive'; y ellos dieron su vida por un país,
por un mundo mejor, y no son cadáveres, y están aquí hoy con
nosotros.
"Las
madres —expresó desde la más profunda emoción—no vamos a
abandonar la lucha, pues mientras haya un solo niño que se muere de
hambre, no hay democracia. Todo lo contrario a lo que sucede en Cuba,
donde ningún niño se muere de hambre".
Al final, Fidel y ella se
fundieron en un abrazo. Pudo verse en ese gesto el abrazo de un
pueblo, el cubano, que reconoce en Hebe un símbolo de resistencia,
valor y devoción por la vida. (P.
de la H.)
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