Después de Cuba, Estados Unidos ha
sido el mayor receptor de actos terroristas provocados por grupos
anticubanos asentados en su propio territorio, denunció hoy en esta
capital Manuel Hevia, director del Centro de Investigaciones
Históricas de la Seguridad del Estado de Cuba, durante la primera
jornada del encuentro internacional Contra el terrorismo, por la
verdad y la justicia, que con la participación del Comandante en
Jefe Fidel Castro sesiona este jueves en el Palacio de las
Convenciones, de esta capital.
Desde 1959 hasta 1998 de 560 actos de
terror cometidos por esos grupos neofascistas contra la Isla, más de
la mitad ocurrieron en los EE.UU., reveló Hevia.
Sólo en 1968, Orlando Bosch realizó
69 actos terroristas en los Estados Unidos, principalmente colocación
de bombas contra objetivos cubanos en ese país. Entre 1968 y 1974 se
hicieron por esos grupos 201 actos de terror en América Latina y
Europa, de ellos 115 en territorio norteamericano.
Entre otros argumentos, el experto
expuso que organizaciones anticubanas llegaron a cometer varios actos,
como estallidos de bombas en sedes diplomáticas de Panamá, Costa
Rica y Venezuela, y en las ciudades norteamericanas de Los Ángeles y
Washington.
Al referirse al doble rasero del
Gobierno norteamericano en el tema del terrorismo, el investigador
cubano expresó que la CIA intentó agrupar los grupúsculos
anticubanos, considerados por el FBI como los más peligrosos del
país, para sacar de Estados Unidos tales acciones y lograr mayor
coherencia en su política contra la Isla.
más
de 5 000 personas de origen árabe bajo custodia, sin apoyo ni
garantía legal desde septiembre de 2001
Durante la sesión de la mañana
intervino también en el foro Michael Avery, presidente del gremio de
abogados progresistas de Estados Unidos, quien también denunció la
doble moral y la hipocresía del Gobierno de su país.
Desde los sucesos del 11 de septiembre
de 2001, más de 5 000 personas de origen árabe fueron puestas
bajo custodia, sin apoyo ni garantía legal, a quienes se les
caracteriza como combatientes enemigos, dijo el jurista
estadounidense.
El Presidente de los Estados Unidos y
los abogados que actúan en nombre de esas personas, dicen que el
terrorismo es una crisis tan grande en el mundo y en EE.UU. que el
cumplimiento de la ley establece esas condiciones solamente sobre la
base de la sospecha de que participaron en actividades terroristas,
pero ninguna de esas personas tiene sobre sí una acusación legal,
aseguró.
Ese es el trasfondo legal de Estados
Unidos contra el cual hay que contrastar el tratamiento que le da el
Gobierno de mi país a Luis Posada Carriles, contra quien sí existe
una argumentación amplia, al menos en tres países, que prueba los
crímenes que ha cometido, y esos argumentos no están solo en los
archivos venezolanos, sino en documentos desclasificados del Gobierno
de los Estados Unidos.
Hay argumentos más que suficientes,
aseguró, para extraditar y juzgar a Posada Carriles.