30
de mayo de 2005
Víctima del terrorismo a los cinco años
Hoy tiene igual edad
que su padre al morir en la voladura del avión de Cubana
ALEXIS SCHLACHTER
Fue inolvidable aquella
mañana en que su hermana María entró al aula de preescolar donde
él jugaba y comenzaba a aprender alegremente. Tenía cinco años de
edad y la vida le parecía linda; mamá, papá, sus hermanitos María
y Jesús, su profesora, sus amiguitos...
Nunca olvidaré a mi padre, desaparecido por un acto terrorista en los cielos de Barbados, recuerda el abogado Camilo Rojo Álvarez.
De pronto, la noticia le
llegó desde muy lejos, o por lo menos le pareció así. Se hizo un
silencio muy grande alrededor del pequeño Camilo cuando María le
dijo: Papá ha muerto.
En medio del Palacio de
las Convenciones el joven abogado capitalino Camilo Rojo Álvarez hace
un alto en su relato y no puede evitar una inmensa tristeza al
recordar cómo fue víctima del terrorismo anticubano a tan temprana
edad.
"Piense
usted, periodista, que yo tengo hoy tres hijos de nueve, seis y cuatro
años. He tenido la pesadilla de mi propia niñez e imaginado que
ellos me perdieran a mí inesperadamente. ¿Cómo se sentirían?
¡Cuánta desolación habría! Por lo menos mis recuerdos de la época
en que perdí a papá—Jesús, funcionario de Cubana de Aviación—
son imborrables. Y mi sed de justicia es cada vez mayor. Porque
quienes derribaron aquel avión sobre Barbados en 1976 no pensaron
más que en el odio a la Revolución Cubana sin importarles las
secuelas de dolor que generaba su crimen, incluso en los seres más
inocentes: los niños.
"Actualmente
mi hijo mayor, que se llama como yo, siente mucha tristeza cuando se
percata que no tuve la dicha de tener padre. Eso llega hondo al
corazón. Porque yo mismo no pude entender, hasta mucho después, por
qué mi padre había desaparecido si éramos tan felices los cinco;
después de la voladura del avión donde iba papá, mi madre se quedó
sola, joven y con tres huérfanos. Y aprendí así, con muy poca edad,
lo que es el terrorismo y la tristeza inmensa que me acompaña para
siempre. Qué exijo para Posada Carriles. Pues bien, solo pido
justicia. Sin odio, pero con determinación. Que lo extraditen a
Venezuela y sufra aunque sea una parte pequeña de todo el dolor
generado por sus criminales acciones.
"Es
que somos muchos los familiares de víctimas del terrorismo en Cuba y
también en el resto del mundo.
"Todos
pedimos algo tan importante como justicia. Nada más pero nada menos."
Y por los ojos de este
abogado me mira desde lejos un niño de cinco años que pregunta
inútilmente dónde está su padre.
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