11 de abril de 2005
Que el Gobierno de
EE.UU. responda si esconde o no a Posada Carriles
Demanda el líder de
la Revolución de los gobiernos europeos a que se pronuncien ante el
hecho. Los cubanos reclaman justicia por los crímenes cometidos
durante más de 45 años por los terroristas alentados desde el
Norte
El Comandante en Jefe
Fidel Castro exigió ayer al presidente de Estados Unidos, W. Bush,
que responda ante el mundo si es cierto o no que, hace ya tres
semanas, el Gobierno de ese país tiene a su amparo, en territorio
norteamericano, al connotado terrorista internacional Luis Posada
Carriles.
Con el de ayer sumaron
19 los días de estancia de Posada Carriles en EE.UU. y las máximas
autoridades de esa nación no han dicho hasta el momento ni una sola
palabra; solo se ha hecho correr la noticia mediante reportes de
prensa como el publicado en el diario The Miami Herald, al cual un
funcionario federal confirmó la presencia del terrorista.
Todo indica que la
entrada amañada, silenciosa y conspirativa del asesino a EE.UU.,
responde al interés de Washington de dejar correr el tiempo, pues
en estos días intenta condenar a Cuba en la Comisión de Derechos
Humanos de Naciones Unidas, y no resulta conveniente que el mundo
conozca la actitud hipócrita del imperio, consideró el líder de
la Revolución.
Los emplazamos a que
digan algo, a que expresen la opinión de algo que ya es como una
criatura que tiene que nacer. La verdad es que el honorable
Presidente de Estados Unidos está en estos momentos como una
embarazada que tiene un monstruo en el vientre y debe darlo a luz, o
a la luz, y pronto, porque va a ser muy difícil darse marcha
atrás; tienen que presentarlo, demandó Fidel, en su comparecencia
especial de este lunes en el Palacio de las Convenciones.
El Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros le recordó al mandatario
estadounidense palabras pronunciadas por este último el 26 de
agosto del 2003, en las que Bush afirmó que enviaba un mensaje que
podía ser entendido por todo el mundo: Si alguien protege a un
terrorista, si alguien apoya a un terrorista, si alguien alimenta a
un terrorista, es tan culpable como los terroristas.
Entonces, ¿cómo
entender la protección a Posada Carriles? En opinión de Fidel,
hacer eso es un ultraje a los ciudadanos norteamericanos que
murieron en las Torres Gemelas de Nueva York, olvidar que allá,
como aquí, viven miles de familiares de los que han sido
sacrificados en atroces actos terroristas.
El Comandante en Jefe
hizo su intervención ante combatientes y familiares de los caídos
en el sabotaje al barco La Coubre y en la lucha contra bandidos en
nuestro país iniciada a fines de 1960; sobrevivientes y familiares
de las víctimas del sabotaje cometido contra la tienda El Encanto
en abril de 1961; combatientes y familiares de los muertos en el
enfrentamiento a los mercenarios que invadieron nuestro territorio
por Playa Girón, y miembros de la brigada sanitaria que prestó
servicios en aquellos momentos.
Escucharon sus palabras
también familiares y sobrevivientes del atentado con bomba
realizado en febrero de 1974 a la Embajada cubana en Perú;
familiares de víctimas de la voladura en pleno vuelo de una
aeronave de Cubana de Aviación en 1976 (el crimen más monstruoso
de ese tipo cometido en este hemisferio); y familiares de los
muertos en los sucesos de Tarará en enero de 1992.
Estaban igualmente en el
Palacio de las Convenciones víctimas de la epidemia de dengue
hemorrágico provocada por la CIA en Cuba, familiares de los
fallecidos en el sabotaje a la refinería Ñico López y de Adriana
Corcho, asesinada en nuestra embajada en Portugal en 1976, el padre
del joven italiano Fabio Di Celmo, quien fue víctima de las
acciones terroristas cometidas contra hoteles y otras instalaciones
de La Habana en años recientes, y familiares de los Cinco Héroes
prisioneros en EE.UU.
Asistieron abogados
participantes en las dos demandas presentadas por el pueblo de Cuba
al Gobierno de Estados Unidos por daños humanos y económicos,
trabajadores sociales, dirigentes del Partido, la UJC y las
organizaciones de masas, combatientes de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
Sobre todos ellos Fidel
dijo: Escuche bien, señor Bush, aquí están las víctimas de los
crímenes y de los actos terroristas cometidos contra nuestro pueblo
durante decenas de años. Es en nombre de ellos que pronuncio estas
palabras.
A continuación
solicitó a los gobiernos de Europa que opinen sobre la realidad de
que monstruos asesinos (los cómplices) sean recibidos en Estados
Unidos con más de un acto de homenaje y reconocimiento.
Estados Unidos espera
que los europeos le ofrezcan su bochornoso apoyo contra Cuba en la
Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, aunque no tendrían que
sentirse demasiado abochornados porque llegarán a esa situación
desvergonzada, incivilizada y cobarde conociendo con antelación que
el Gobierno de la gran superpotencia comete monstruosos crímenes
bélicos, preconiza acciones extrajudiciales y es responsable
de las torturas
cometidas en las cárceles de Iraq y de las perpetradas en
territorio de la Base de Guantánamo, ocupado por la fuerza.
El Comandante en Jefe
conminó al mandatario de Estados Unidos a que responda si es cierto
o no que determinadas personas de su círculo más cercano se
interesaron porque él, Bush, diera hospitalidad a Posada Carriles.
Y si no lo sabía, desde cuándo lo conoce. Además, reclamó que
dijera públicamente si sabía que los más íntimos amigos en la
Casa Blanca estaban en esos trajines de proteger al terrorista
mientras Juan Pablo II agonizaba, y si sabía de esos hechos, cuando
viajó a Roma y se inclinó ante el cadáver del Papa.
Preguntó también Fidel
a Bush, si en ese momento de consternación de la humanidad por el
fallecimiento del Sumo Pontífice, tenía conciencia de que algo tan
bochornoso y tan repugnante como la protección a Posada Carriles
estaba teniendo lugar en Estados Unidos. ¿Aprobaría alguna vez el
Papa semejante conducta, aprobarían esa conducta la opinión
pública mundial, los pueblos, entre ellos el nuestro, los
familiares de las víctimas de los actos terroristas?, inquirió el
Comandante en Jefe para luego agregar: Todos desean saber si usted
lo sabía o no, si tiene conciencia o no de lo que estaba
ocurriendo, pues algo así sería como si Bin Laden estuviera en
territorio de Estados Unidos y el Presidente de ese país no lo
supiera o no hiciera nada.
¿Qué clase de
Presidente tiene los Estados Unidos, que permite que un monstruo
terrorista que hizo volar en pleno vuelo un avión con 73 personas a
bordo y llevó explosivos para hacer volar el Paraninfo de la
Universidad de Panamá, con lo cual hubieran podido morir cientos de
personas, esté en su país a buen recaudo? ¿Qué seguridad puede
tener el pueblo norteamericano con un Presidente así?, ¿Para qué
sirven todos los cuerpos de seguridad, todos los órganos de
inteligencia, la maquinaria que cuesta cientos de miles de millones
de dólares, si no sabían que allí estaba Posada Carriles?,
cuestionó Fidel.
Y si lo sabían y se lo
informaron a usted, prosiguió el Comandante en Jefe, ¿por qué no
lo dijo?, ¿por qué no lo ha informado a la opinión pública
mundial?, recalcó.
Usted, dijo
refiriéndose a Bush, tiene una gran responsabilidad ante esa
opinión mundial, ante el pueblo de Estados Unidos, ante las
víctimas de actos terroristas contra norteamericanos que hayan
tenido lugar en cualquier lugar del mundo, ante los pueblos de
América Latina, ante el pueblo de Cuba y ante los familiares aquí
reunidos, que no han recibido jamás el consuelo siquiera de una
palabra de arrepentimiento, de una solicitud de perdón por parte de
ningún Gobierno de Estados Unidos, advirtió el líder de la
Revolución.
Como hecho trascendente
y grave calificó la actuación de Washington en relación con
Posada Carriles, de cuyo historial terrorista, y el de sus más
cercanos cómplices, existe un amplio y publicamente conocido
récord.
Fidel también rememoró
que la dirección cubana ha estado dispuesta siempre a cooperar con
las autoridades de EE.UU. y a proporcionarles la información
necesaria acerca de la trayectoria de esos terroristas, aunque la
Casa Blanca y sus agencias, incluida la CIA, los conocen bien porque
durante décadas esos asesinos han trabajado a las órdenes del
imperio.
De manera detallada, el
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros relató los
hechos que condujeron a la excarcelación de Posada Carriles y sus
cómplices luego de haber sido sancionados en Panamá y liberados
por el indulto concedido por la ex mandataria de ese país, Mireya
Moscoso, cuya conducta corrupta y alineación a las posturas del
imperio y de la mafia cubano-americana, resultan igualmente muy
conocidas, como constata un artículo de la prestigiosa publicación
digital Rebelión, reseñado por Fidel.
El Comandante en Jefe,
tras recordar que fue Cuba la que proporcionó todos los datos para
la detención de los terroristas por parte de la policía panameña,
señaló que nuestro país podía haberlos capturado; pero nunca lo
hicimos ni lo haremos, porque tenemos ética, respetamos la
soberanía de los demás países y no acostumbramos a realizar
acciones de ese tipo, en las que siempre anda enrolado el imperio.
De acuerdo con los
comentarios que circulan dentro de la ultraderecha de EE.UU., ahora
hay una gran expectativa por el costo político que podría pagar la
Administración ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, al
existir silencio total por parte del Gobierno y de los cabecillas
contrarrevolucionarios, tratando de mantener en secreto a Posada
Carriles, comentó.
Sin embargo, agregó, la
información se filtró antes de lo previsto, pues a varios miembros
del Consejo por la Libertad de Cuba (una connotada organización
contrarrevolucionaria), les solicitaron apoyo financiero para el
terrorista; es decir, respaldo, para hacer lo que ya tenían
previsto.
HISTORIAS DE CANALLAS
El Comandante en Jefe
inició la comparecencia haciendo referencia al editorial publicado
en el periódico Granma, pero acto seguido aclaró que el motivo de
su intervención no era profundizar en el tema de los intentos por
frustrar la visita del Papa a Cuba, sino hacer una denuncia de un
hecho actual.
Explicó cómo las
noticias de los periódicos y emisoras de radio de Miami desde hace
unos diez días han ido elaborando una estrategia para presentar de
nuevo en esa ciudad al connotado terrorista contrarrevolucionario
Luis Posada Carriles con calificativos de "veterano guerrero
anticastrista", "figura simbólica", "exiliado cubano"...
Tras calificar de
indignante y repugnante la maniobra de quienes se autotitulan
defensores de los derechos humanos, el líder de la Revolución
abundó acerca del enfoque cínico que han lanzado esos medios al
informar que se trata de un "legendario luchador" que ahora pone fin
a una "vida errante y clandestina" y busca asilo en Estados Unidos.
Enumeró muchas de las
acciones que componen la hoja de servicios de este reconocido
criminal y sus acompañantes durante más de 40 años y condenó la
actitud de las administraciones estadounidenses que desde el mismo
triunfo de la Revolución optaron por entrenarlos, dirigirlos y
protegerlos.
Fidel se refirió a la
confesión pública que hizo el criminal Posada Carriles al The New
York Times en relación con su orgullo por haber perpetrado el
atentado de 1976 en Barbados contra el avión en el cual perecieron
73 personas, en su mayoría jóvenes deportistas cubanos.
Mucho antes, desde 1960,
Posada Carriles había organizado planes contrarrevolucionarios con
el vínculo directo de la CIA. Sobre el asunto, recordó que en un
documento desclasificado por el imperio se dio a conocer que el
cabecilla trabajó bajo el seudónimo de "El Cazador" en la
organización terrorista llamada "Halcones Negros". También
señaló que en 1961 Posada recibió entrenamiento militar para
secundar el desembarco mercenario por Playa Girón, pero la rápida
victoria miliciana de nuestro pueblo le impidió actuar.
Los nexos del connotado
enemigo de la Revolución con las peores causas en América Latina
quedaron evidenciados por la relación de hechos recordados por
Fidel, que incluyeron actividades contra los revolucionarios
venezolanos en la década del 60 y en otros países de Nuestra
América.
La lista de hechos de
sangre de Posada Carriles y sus secuaces es extensa e incluye
asesinatos de funcionarios cubanos en el exterior y la organización
de atentados dirigidos contra el Comandante en Jefe, particularmente
durante las diferentes Cumbres Iberoamericanas celebradas en la
década del 90.
En Cartagena de Indias,
Colombia, en 1994, y aprovechando la reunión de mandatarios, el
cabecilla Posada Carriles organizó un atentado a Fidel, que debió
concretarse en el momento en que el Presidente cubano viajara en
coche por la ciudad, junto al Premio Nobel de Literatura, Gabriel
García Márquez, como parte del programa de la Cumbre. El hecho no
se llegó a realizar.
El Jefe de la
Revolución abundó sobre la extensa lista de actos terroristas
perpetrados por Posada Carriles, Pedro Remón Rodríguez, Gaspar
Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol.
Habló de cómo los
terroristas intentaron destruir lo que Cuba venía haciendo en el
turismo, una vía para salir adelante en medio del período especial
y del derrumbe de la URSS y del campo socialista. Es preciso no
olvidar que pretendían con esos sabotajes crear un ambiente de caos
interno en el país y así derribar a la Revolución.
Fidel ofreció detalles
sobre la detención el 17 de noviembre del 2000 del terrorista Luis
Posada Carriles y sus compinches, quienes tenían todo planeado para
atentar contra su vida cuando se reuniera con los estudiantes en el
Paraninfo de la Universidad de Panamá. Nada menos que más de 40
kilogramos de TNT y otros armamentos sofisticados poseían para
llevar a cabo la fechoría.
Nosotros los teníamos
chequeados, controlados, filmados y les dimos un tiempo a las
autoridades panameñas para que tomaran medidas. Recuerden que
comparecí ante la prensa allí reunida, le ofrecí los pormenores
de la monstruosa matanza que planeaban, después de lo cual fueron
arrestados, explicó el Comandante en Jefe.
A renglón seguido
dedicó unos minutos para dar a conocer una síntesis de cada uno de
los expedientes de Posada Carriles y sus incondicionales, Remón
Rodríguez, Novo Sampol y Jiménez Escobedo, en todos los casos
llenos de punta a cabo de asesinatos y acciones repugnantes como la
cometida contra Eulalio J. Negrín en noviembre de 1979. Negrín
asistió en Cuba a una reunión de la Nación y la Emigración,
después de lo cual Pedro Remón (siguiendo órdenes de Orlando
Bosch, otro esbirro en aquel momento encarcelado en Venezuela), lo
asesinó en presencia de su hijo.
También habló de los
asesinatos del canciller chileno Orlando Letelier y de Félix
García Rodríguez, funcionario de Cuba en la ONU, en los que
igualmente tomaron parte estos personajes. Semejantes criminales
permanecen en Estados Unidos, y ¿acaso los norteamericanos pueden
desconocer la presencia de los denunciados por nuestro país?
Una vez indultados por
la presidenta panameña Mireya Moscoso, los "amiguitos" de Bush
empezaron a recibir homenajes en Miami y en otras ciudades, donde
hasta les hicieron colectas de dinero. El Consejo por la Libertad de
Cuba fue uno de los más sobresalientes cuando el 28 de septiembre
del 2004 les organizó una fiesta en su honor, en Miami.
El Jefe de la
Revolución recordó que mientras estos asesinos andan sueltos,
Cinco Compatriotas nuestros, luchadores contra el terrorismo,
permanecen en cárceles norteamericanas cumpliendo cadenas
perpetuas, donde los familiares apenas los pueden visitar. ¡Qué
nobles, qué democráticos, qué justos esos señores del imperio!
Aquí están las notas
diplomáticas de Cuba dirigidas a eso que se llama Gobierno de
Estados Unidos, dijo Fidel. Nuestro país protestó contra lo que se
trataba de hacer por variar el proceso contra los asesinos que se
seguía en Panamá, maniobras en las que aparecía la mano de
Estados Unidos presionando al ejecutivo para liberar a los
terroristas.
Mientras esa patraña se
fraguaba, la visita a Panamá de Colin Powell, secretario de Estado
norteamericano, servía para hacerle saber a la presidenta Mireya
Moscoso que al mandatario W. Bush le interesaba que el viejo asesino
y sus compinches encarcelados por intento de magnicidio fueran
juzgados como reos en ausencia. El proceso judicial se convertiría
en una burla a los pueblos panameño y cubano.
También el infausto
Otto Reich fue utilizado para que fuera a Panamá a interceder por
los juzgados. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
(MINREX) denunció estas artimañas y la intimidación a la que
sometieron a figuras clave para destruir un proceso judicial que se
había desarrollado con imparcialidad y justicia. En una de esas
notas dirigida a la Honorable Embajada de Suiza, Sección de
Intereses de los Estados Unidos de América, Cuba expresaba que
conocía de la intención de Mireya Moscoso de indultar a los
terroristas, y ninguna de esas comunicaciones recibieron respuesta.
Le hicimos saber al
Gobierno de Estados Unidos, supuestamente comprometido en la lucha
contra el terrorismo internacional, que si estos criminales entraban
en ese país debían ser entregados a las autoridades y que Cuba
cooperaría en ofrecer cualquier información que sobre ellos
solicitaran, señaló.
Estamos informando al
mundo antes de que terminen su basura. Tantas notas enviadas y esta
es la hora en que no han dicho ni una sola palabra. Recordó que se
le pidió al Gobierno de Estados Unidos que se refiriera a las
informaciones conocidas de que Posada Carriles se encontraba en
Miami, el MINREX reclamó su detención y entrega a Cuba para
juzgarlo por los crímenes cometidos contra nuestro pueblo y allí
se decía que se espera que a él y a sus compinches los juzguen por
el delito de terrorismo internacional. Esperamos que Estados Unidos
actúe de forma responsable y no permita que estos "caballeros"
burlen nuevamente la acción de la justicia.
Enjuició el Comandante
en Jefe que para ese Gobierno es como si contra nosotros no se
hubieran cometido actos terroristas. Al parecer, para Estados
Unidos, en Cuba no hubo un Playa Girón, no hubo lucha contra
bandidos, ni asesinaron a Conrado Benítez y a Manuel Ascunce,
tampoco murieron cientos de compatriotas luchando contra esas
acciones. Estas no son cosas del pasado, para nosotros valen más
los principios.
(María Julia
Mayoral, Alfonso Nacianceno, Alexis Schlachter y Alberto Núñez)
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