A pesar de las reiteradas alertas de Cuba, la presidenta de
Panamá, Mireya Moscoso, ha procedido, de manera artera y
vergonzosa, a firmar el Decreto 317, de fecha 25 de agosto, mediante
el cual se indulta a los cuatro terroristas de origen cubano
detenidos, enjuiciados y condenados en Panamá por planificar un
atentado contra el Presidente Fidel Castro en noviembre del año
2000.
Este Decreto fue ejecutado en la madrugada de hoy, solo pocas
horas después de que nuestro Embajador, el compañero Carlos Zamora
Rodríguez, abandonara el territorio panameño luego de ser
expulsado por las autoridades de Panamá en el marco de una maniobra
destinada a crear las condiciones para la liberación de los
terroristas Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo,
Guillermo Novo Sampoll y Pedro Remón Rodríguez.
Este Decreto confirma la seriedad y veracidad de las denuncias de
Cuba, que desde el propio momento en que fueran detenidos el 17 de
noviembre del año 2000, ha venido alertando a las autoridades
panameñas, tanto públicamente como a través de los canales
diplomáticos, sobre las graves consecuencias que tendría para la
credibilidad de Panamá el que los terroristas fuesen liberados de
una u otra forma. Estas denuncias de Cuba fueron más directas a
partir del pasado 14 de agosto, cuando nuestro Gobierno tuvo la
certeza, a partir de las precisas y exactas informaciones
disponibles, de que los terroristas serían indultados por la
Presidenta saliente de Panamá.
Esta última acción de la presidenta Moscoso, en contubernio con
el Gobierno de los Estados Unidos y con la mafia terrorista de
Miami, a tan solo una semana de concluir su mandato presidencial, es
la culminación del proceso de comprometimiento con el terrorismo
contra Cuba y de protección de los citados terroristas de origen
cubano que se inició el 10 de abril del año 2001, cuando la propia
Presidenta de Panamá, mediante las Resoluciones Ejecutivas 58, 59,
60 y 61, rechazó la justa y bien fundamentada solicitud de
extradición contra los cuatro terroristas presentada por nuestro
Gobierno el 12 de enero del año 2001, cumpliendo todos los
requisitos que para tales actos exigen la legislación panameña y
los instrumentos internacionales en vigor.
La aceptación de dicha solicitud hubiera permitido que se les
juzgara por los crímenes que durante décadas han cometido contra
nuestro pueblo, y que tanto luto y sufrimiento han provocado a las
familias cubanas.
Vale recordar que, entre otras muchas acciones terroristas, Luis
Posada Carriles es el responsable directo de la destrucción en
pleno vuelo, en 1976, de un avión de Cubana de Aviación en que
perdieron la vida 73 personas; de la campaña con bombas contra
hoteles cubanos a finales de la década de 1990, que costara la vida
al joven turista italiano Fabio di Celmo; y de múltiples planes de
asesinato de nuestro Comandante en Jefe. Posada Carriles es prófugo
de la justicia venezolana.
Gaspar Jiménez Escobedo, entre numerosos crímenes, asesinó al
técnico pesquero cubano Artañán Díaz Díaz en México, a la par
que también participara en la preparación de los atentados con
bombas contra hoteles cubanos y en el entrenamiento de los
mercenarios que fueran reclutados para tales acciones terroristas.
Jiménez Escobedo fue prófugo de la justicia mexicana, tras ser
procesado por tráfico de explosivos y drogas.
Guillermo Novo Sampoll, además de ser culpable de la colocación
de artefactos explosivos en embajadas de Cuba, en aeronaves y
embarcaciones de países que realizan intercambios económicos con
Cuba, hasta el punto de que hoy podría ser reclamado por numerosos
países fue, al servicio de la DINA chilena del sanguinario dictador
Augusto Pinochet, uno de los asesinos de Orlando Letelier, canciller
del Gobierno de la Unidad Popular, en un atentado realizado en
Washington. Además, Novo Sampoll está involucrado directamente en
la preparación de terroristas procedentes del territorio de los
Estados Unidos que fueran capturados en Cuba en el año 2001 luego
de haber desembarcado en nuestras costas con el objetivo de actuar
contra instalaciones civiles y turísticas en nuestro país.
Pedro Remón Rodríguez, fue el asesino, en Nueva York, del
diplomático cubano Félix García Rodríguez, el 11 de septiembre
de 1980, y del emigrado cubano José Eulalio Negrín, a la par que
colocó bombas en la sede de la Misión Permanente de Cuba ante la
ONU a fines de 1979, y atentó contra la vida del Embajador cubano
ante las Naciones Unidas pocos meses después.
Esa es la calaña de los terroristas internacionales que acaban
de ser indultados por la Presidenta de Panamá, sin tener en cuenta,
siquiera, que el proceso judicial que se seguía contra ellos no
había concluido. El tribunal panameño que juzgó a los terroristas
por la planificación del atentado contra nuestro Comandante en Jefe
en el año 2000, condenó a Luis Posada Carriles y Gaspar Jiménez
Escobedo a 8 años de privación libertad, y a Pedro Remón y
Guillermo Novo Sampoll a 7 años, condenas contra las cuales
apelaron los abogados que representan a las organizaciones obreras,
estudiantiles e indígenas panameñas, dado que no se corresponden
con la gravedad del delito cometido y además por las
irregularidades del propio proceso.
La presidenta Moscoso no esperó siquiera a que los tribunales
superiores panameños dictaminaran sobre el proceso de apelación,
lo que constituye, además de una violación de la legislación
panameña, una flagrante falta de respeto al Poder Judicial de su
propio país.
Asimismo, como expresa el comunicado emitido en la mañana de hoy
por el Ministerio de Gobierno y Justicia de la República de Panamá
al anunciar la firma del Decreto 317 por la presidenta Moscoso
mediante el cual indulta a los cuatro terroristas, la Constitución
de la República de Panamá, en su Artículo 179, autoriza a
"decretar indultos por delitos políticos, rebajar penas y
conceder libertad condicional a reos de delitos comunes".
¿Es que acaso la presidenta Mireya Moscoso considera que el
terrorismo es un "delito político"? Los delitos por los
que los terroristas fueron juzgados y condenados por un tribunal
panameño, nada tienen que ver con los "delitos
políticos". Los cuatro terroristas hoy indultados por la
Presidenta de Panamá, no son más que viles delincuentes comunes,
terroristas y mercenarios, que al intentar el asesinato del
compañero Fidel, habrían también provocado la muerte de
centenares de hijos del pueblo panameño.
Por tanto, Cuba reitera que el indulto dictado por la presidenta
Moscoso no solo es violatorio de la legislación panameña, sino
también de los instrumentos internacionales contra el terrorismo
suscritos por la República de Panamá. Constituye una afrenta a las
víctimas del terrorismo y a sus familiares, y convierte a la
Presidenta de Panamá en cómplice del terrorismo y responsable de
la impunidad de los cuatro asesinos.
El Gobierno Revolucionario recuerda que en su nota oficial del
día 22 de agosto ya anunciaba que el indulto a los terroristas
provocaría la ruptura automática de las relaciones diplomáticas
entre los dos países, alerta que fuera reiterada en la nota
publicada ayer 25 de agosto.
Por tanto, en cumplimiento del acuerdo del Consejo de Estado, el
Gobierno Revolucionario anuncia que a partir de este minuto, 4:15
p.m., quedan rotas por tiempo indefinido las relaciones
diplomáticas entre la República de Cuba y la República de
Panamá, un Estado que ha demostrado ser incapaz de evitar la
monstruosa acción que acaba de realizarse contra el pueblo de Cuba.
La Presidenta de Panamá, cómplice y protectora del terrorismo,
cargará con la responsabilidad histórica de esta acción
repugnante y traicionera, y será igualmente responsable de los
nuevos crímenes que estos execrables asesinos puedan cometer en el
futuro.
El Gobierno Revolucionario de Cuba
La Habana, 26 de agosto de 2004