El Ministerio de Relaciones Exteriores ha conocido con
preocupación e indignación las recientes maniobras realizadas en
Panamá dirigidas a afectar el proceso judicial que se sigue en
dicho país contra Luis Posada Carriles y los demás terroristas,
detenidos desde noviembre del año 2000 por planificar un atentado
contra nuestro Comandante en Jefe en el Paraninfo de la Universidad
de Panamá, en el que también habrían muerto centenares de
panameños que participarían en el acto.
En esta ocasión, en una reiteración de sus acciones para
destruir el proceso, el abogado del terrorista Posada Carriles,
señor Rogelio Cruz, ha pedido la recusación del juez Enrique
Paniza, quien había presidido la causa desde sus inicios y que
mantuvo en el juicio preliminar del pasado mes de septiembre una
actitud imparcial, llamando a juicio a los terroristas por sus
evidentes delitos cometidos en la República de Panamá.
Rogelio Cruz aduce que el juez Paniza incurrió en violaciones
judiciales a la par que fue parcial en contra de sus defendidos.
¿De qué parcialidad habla el señor Cruz, cuando los 46 tomos de
las actuaciones del proceso dejan cada día más claro que los
terroristas encartados, algunos de ellos utilizando identidades
falsas, introdujeron clandestinamente decenas de kilogramos de
explosivo plástico en la República de Panamá, y planificaron e
intentaron ejecutar un abominable acto de terrorismo?
¿De qué parcialidad habla el defensor del terrorista Posada
Carriles, cuando los antecedentes de sus defendidos hablan por sí
solos?
¿No se trata acaso de quienes enlutaron a decenas de familias
cubanas con la criminal destrucción en pleno vuelo de una aeronave
de Cubana de Aviación frente a las costas de Barbados?
¿No son los mismos asesinos del diplomático cubano Félix
García en Nueva York, del técnico cubano Artaignan Díaz Díaz, en
México, y de Crecencio Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias,
diplomáticos cubanos asignados a la Embajada de Cuba en Argentina,
entre tantos otros crímenes contra nuestro pueblo?
¿Acaso pretende el abogado Rogelio Cruz que se declare nulo todo
un proceso en el que las autoridades judiciales panameñas se han
esforzado por ser justas e imparciales, y apegadas a la letra y el
espíritu de la legislación de ese hermano país?
Estas circunstancias intimidatorias han, incluso, llevado al juez
Enrique Paniza a solicitar sus recusación del caso, pedido que se
encuentra a la consideración de la Corte Suprema de Justicia de
Panamá.
Estas maniobras de Rogelio Cruz y de aquellos que lo apoyan en
Panamá, cuentan con el beneplácito de los personeros de la mafia
terrorista de Miami, que en todo momento ha dirigido y financiado la
defensa de los terroristas, en contubernio con la cual actuaron y
actúan, cuyas instrucciones siguieron al planificar los actos por
los que ahora guardan prisión.
Se trata de la misma mafia que desde el inicio de este proceso ha
actuado para tratar de propiciar la liberación de los terroristas y
su fuga, como ya lo hicieron en su momento Luis Posada Carriles de
una prisión venezolana, y Gaspar Jiménez Escobedo de una prisión
mexicana. Nuestro Gobierno ha denunciado reiteradamente estos
planes, y nuestro pueblo ha estado plenamente informado de la marcha
del proceso.
Ahora, las manipulaciones del abogado Rogelio Cruz y de sus amos
miamenses impiden que el juicio de fondo al que llamara el juez
Paniza tenga lugar los días 23 al 25 de enero del año 2004, según
había sido convocado, y se plantea una nueva fecha durante el mes
de marzo. Sin embargo, se prevé que surjan nuevas acciones de ese
corrupto personaje y de sus jefes para que el proceso no concluya
antes de noviembre del presente año cuando, al cumplirse cuatro
años de la reclusión provisional de los terroristas, la
legislación panameña prevé una modificación de las medidas
cautelares de que son objeto.
Ello significaría que los terroristas saldrían de la prisión y
se beneficiarían, por ejemplo, de un régimen de reclusión
domiciliaria, objetivo que desde el principio persiguen la mafia de
Miami y el abogado de la defensa para organizar la fuga.
A las maniobras anteriores se añaden informaciones publicadas
por la prensa panameña de que el Gobierno de los Estados Unidos ha
presionado al Ejecutivo panameño para la liberación de los cuatro
terroristas. El diario panameño "El siglo", en su
edición del 2 de enero del presente año, reportó, en un artículo
titulado "¿A qué vino Colin Powell a Panamá?":
"...el verdadero propósito de la visita del Secretario de
Estado de Estados Unidos, el pasado 3 de noviembre, con motivo de la
fiesta del Centenario de la República, fue para comunicarle a la
Presidenta de Panamá, de boca a oído, que al mandatario George
Bush le interesa que el viejito terrorista y sus compinches
encarcelados en el país por intento de magnicidio, sean juzgados
como reos en ausencia".
De resultar ciertas dichas informaciones, ello significaría que
se le pide al Gobierno de Panamá que busque la forma de poner en
libertad a los detenidos antes de que se celebre el juicio de fondo,
con lo que el proceso judicial que se desarrolla desde noviembre del
año 2000 se convertiría en una burla a las autoridades judiciales
panameñas, al pueblo cubano y al pueblo panameño.
Cabría preguntarse si este tema no forma parte de los objetivos
de la visita que en estos momentos realiza a Panamá el también
terrorista Otto Reich.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, a la vez que denuncia
esta nueva maniobra destinada a impedir que los tribunales
panameños hagan justicia, rechaza también las amenazas y la
intimidación contra figuras claves en el juicio contra los
terroristas, y espera que las autoridades judiciales y la opinión
pública de ese hermano país, no permitan que se destruya un
proceso que ha sido desarrollado con toda imparcialidad y justicia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores también confía en que el
Gobierno de la República de Panamá, con el que mantiene relaciones
diplomáticas y de cooperación apegadas a las normas y prácticas
internacionales, rechace cualquier intento de presión o de
coacción que entrañe la liberación de los terroristas detenidos
en su territorio y permita la actuación libre y sin trabas de la
justicia panameña, que tan destacado papel ha desempeñado en este
proceso.
La Habana, 19 de enero de 2004