Caramba, si es Fidel...

ORLANDO ORAMAS LEÓN

Audio de la conversación entre Chávez y Fidel

Justo a las cinco de la tarde de ayer se iniciaba, por las ondas de Radio Nacional de Venezuela, la transmisión en vivo del Aló, Presidente número 269. "¿Cómo están ustedes mis amigos, mis amigas?", preguntaba a la audiencia radial el mandatario bolivariano, sin sospechar que rato después un fiel oyente le llamaría desde La Habana.

"Caramba, si es Fidel", respondía Chávez a su amigo y compañero de sueños y de luchas, ahora renovadas ante los peligros que se ciernen sobre la humanidad y la vida misma.

La sorpresa y alegría del venezolano. ¿How are you... ?

Del otro lado de la línea llegaba la voz del Comandante, con el tono de siempre, como también sus ideas, reafirmadas en lo que llamó sus nuevas tareas, y esa impostergable misión que, como advirtió, hay que ganar contrarreloj cuando la degradación del medio ambiente ya cobra secuelas negativas en todo el mundo.

Camarada, hermano, padre, ejemplo, dignidad, abrazo, decía Chávez.

Ilustre, querido amigo, se adelantó Fidel, para agregar otras palabras que dan contexto: contento, energía, fuerza, tranquilidad, trabajo.

Casi al instante de iniciarse el diálogo, comenzaban a llegar los primeros reportes de agencias noticiosas que coincidían en destacar que la llamada era otra reafirmación de la gradual recuperación del líder cubano.

La noticia, claro, importante para los millones de personas que en todo el mundo apuestan por tenerlo otra vez en la tribuna. Pero sobre todo, por la trascendencia de la cruzada que se ha impuesto y la visión de hacer hoy aquello que la humanidad no podrá hacer mañana en defensa de su supervivencia.

Ambos intercambiaron noticias, y todas, relacionadas, apuntan a la necesidad de cambiar las cosas y de ahí otras frases y vocablos del diálogo: capitalismo, socialismo, caída de las bolsas, revolución energética, moral y luces, alba, peligros de guerra, peligros climáticos, alimentarios... salvar la especie.

La conversación duró alrededor de media hora. La fecha era importante para los venezolanos, pero también para quienes pretendan entender las tranformaciones en aquella gran nación y su aporte al cambio de época en Latinoamérica.

Veintisiete de febrero, aniversario del Caracazo, cuando la población de esa urbe de rascacielos y cerros de pobreza se lanzó a las calles para, como explicó Chávez, adelantar la primera rebelión contra el neoliberalismo, que luego se extendió a otras naciones del continente: Argentina, Ecuador, Bolivia...

El Aló, Presidente tuvo lugar desde el Palacio de Miraflores, testigo también de aquellos trágicos acontecimientos saldados con la feroz represión ordenada por Carlos Andrés Pérez, quien había vuelto a la presidencia ofreciendo "villas y castillos", para luego pactar una política de choque con el FMI y su zaga de privatizaciones.

Así lo rememoraba Chávez, quien luego comparaba la Venezuela de entonces con las conquistas de hoy, la de las Misiones, la del crecimiento económico, social, la de hacer realidad los sueños de Bolívar, la del ALBA, la que comparte con Cuba y otras naciones del continente la práctica de construir un mundo mejor. Y por eso el más natural de los epílogos en el diálogo Fidel-Chávez: ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!

27 de febrero de 2007

   

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