Diariamente, por razones que me
impone mi trabajo, estoy obligado a leer y releer noticias de todo
el mundo y, en particular, las que provienen del imperio y de sus
seguidores de fuera y también, por qué no, de los pocos asalariados
que tienen dentro del país.
En estos días todo ha resultado
más complejo, pues a lo tradicional se ha sumado la enorme avalancha
de solicitudes de noticias, rogatorios, reafirmaciones de apoyo,
versos, décimas, canciones acerca de la salud del Comandante,
llegadas por escrito con las más disímiles caligrafías, por correo
electrónico desde Cuba y los más recónditos lugares del planeta o
simplemente mediante llamadas telefónicas, recibidas con infinito
amor por las operadoras de la pizarra del Comité Central del Partido
que, por citar ejemplo, en cifra de 3 165 se produjeron en los
primeros ocho días después de darse a conocer la Proclama de Fidel.
Ilustres analistas, analistas de
"medio palo", pseudoanalistas, cubanólogos, traidores y
traidorzuelos han convertido en la razón principal de sus análisis y
mensajes, el tema Fidel Castro, salud, sucesión, continuidad,
socialismo y hasta supuestas pugnas de poder entre "designados" o
no, aspirantes o no al desempeño de cargos temporales en el gobierno
mediato o futuro.
La primera idea que se me
reafirmó, por bien conocida, es cuán lejos de la realidad (y
perdonen que les ofenda con la mención de algunos nombres) están los
Montaner, Oppenheimer, Suchliky, Calzón, Díaz-Balart, la Loba Feroz,
Ninoska, Calatayud y otros especímenes, quienes desde su óptica
neoliberal y de capitalistas salvajes especulan de la mañana a la
noche.
Vacíos de poder, pugnas
intestinas, balones de ensayo para ver lo que piensa el pueblo,
supuesto "terror" en las calles, desobediencia civil, llamados a la
insurrección, a "consumar" el magnicidio, a realizar huelgas el día
13, llamados a no trabajar para los comunistas, a tener en cuenta
los "mensajes" de la SINA, a esperar la orden de alzamiento y otra
sarta de sandeces, forman parte de sus furibundas diatribas,
compungidos por el "sufrimiento" de nuestro pueblo que "privado" del
derecho a la educación, la salud, la seguridad social, la
tranquilidad ciudadana, está ansioso de que Estados Unidos venga a
restablecer el "orden" imperante en 1958 y le devuelva "todo lo que
ha perdido", desde luego, después de aplicar tres días y no más,
sólo tres días de licencia para matar a los comunistas, cederistas,
federadas, anapistas, que han mantenido tan injustamente en el poder
por 47 años a Fidel, enfermo hoy, como todos los humanos, aunque en
su caso sea menos frecuente por su tradicional excelente salud y
hábitos de ejercicio físico cotidiano, y a quien no queremos ver ni
con un simple catarro.
Olvidan o quieren hacernos
olvidar el plan de machete, el palmacristi, el bicho de buey, la
tortura, las pocas casas de socorro, las cédulas para la atención
médica, la poliomielitis, el parasitismo, el tiempo muerto, los
prostíbulos de Colón, Pajarito, Barrio Pila, la Enmienda Platt, las
intervenciones yankis, las sociedades de color, los negros y
mestizos dando la vuelta por fuera y los blancos por dentro, en
muchos de los parques de la Isla.
Olvidan o quieren hacernos
olvidar que recibieron a los asesinos y sus fortunas con los brazos
abiertos en Estados Unidos, también a torturadores y connotados
ladrones; que nos regaron fósforo vivo, quemaron El Encanto, volaron
La Coubre, causaron cientos de muertos y heridos en Girón, en la
lucha contra bandidos; que clamaron por borrarnos de la faz de la
Tierra en la Crisis de Octubre, nos pusieron bombas y asesinaron
decenas y decenas de compañeros en misiones diplomáticas, en labores
de pesca, que segaron la vida de 73 personas en el avión de
Barbados, asesinaron a los que llevaban la luz de la enseñanza a las
montañas y pantanos de Cuba y del mundo, a los que han llevado la
salud adonde nunca había llegado; que nos bloquean, nos privan de
alimentos, medicinas, maquinarias, que tenemos que pagar mucho más
caro que otros países para adquirir lo elemental para vivir.
Basta recordar también la
enfermedad de la roya que padeció la caña, el moho azul que sufrió
el tabaco, la fiebre que obligó al sacrificio de la masa porcina, y
el dengue criminal que afectó a la población y que tan dolorosas
consecuencias tuvo en los niños. Se ha conocido que tales
padecimientos fueron por obra de la acción enemiga, mediante la
introducción de agentes químicos en acto claramente genocida.
Se empeñan en hacer creer al
mundo que nuestras calamidades son fruto de la incompetencia para
dirigir y no de sus permanentes intentos, durante más de 47 años, de
rendirnos por hambre y desesperación echando mano a cuanto medio han
tenido a su alcance para frenar nuestro desarrollo a lo largo de
diez administraciones norteamericanas, cuyo denominador común ha
sido querer ponernos de rodillas y recuperar las propiedades
nacionalizadas que nunca quisieron negociar y con ello incorporarnos
a su esquema "democrático" de dominación mundial.
Atribuyen al "terror impuesto"
por las FAR y el MININT, los temibles CDR, y no sé cuántos
argumentos más, el hecho de que nuestro pueblo no se haya alzado en
armas (que las posee y de verdad hace 47 años), no se hayan
producido desórdenes, haya disminuido notablemente el delito en
estas semanas; no pueden explicarse que la gente tenga confianza en
que la dirección del Partido no le miente, que se realicen mítines
de apoyo mañana, tarde y noche, asistan masivamente y con el mismo
fervor que en los primeros años al trabajo voluntario para
homenajear a Fidel con esfuerzos, resultados y obras para el pueblo;
que lloren o se desesperen por saber a su líder enfermo, se unan
cientos de artistas en el mayor espectáculo organizado en poco
tiempo para cantarle a la Patria, a Fidel, al Fidel que también es
Raúl, es el Partido, es nuestro pueblo, es continuidad para siempre.
Porque Fidel nos enseñó la
lección de unidad que tanto nos diferencia de ellos; a pesar
de sus calumnias e improperios, esa unidad que nuestra gente conoce
nos permitió llegar hasta aquí desafiando al imperio con la frente
bien alta, es la que nos permite sentirnos orgullosos de ser cubanos
en cualquier rincón del universo —Argelia, Angola, Mozambique,
Guinea Bissau, Sudáfrica, Namibia, Haití, Guatemala, Nicaragua,
Paquistán, Indonesia, Venezuela, Timor Leste, Bolivia, y más aún en
nuestra propia tierra.
Es verdad que tenemos problemas,
que la vida del cubano no es fácil por las causas anotadas, y nos
quedan también muchos que no están a la altura de las
circunstancias, no dirigen o trabajan bien y no prestan
adecuadamente un servicio calificado a la población, pero lo
verdaderamente cierto es que estos años de doble bloqueo han
permitido realizar la mayor hombrada del pueblo cubano y de su
Partido, guiados por Fidel: salvar la Patria, la Revolución y las
conquistas del Socialismo y llegar hasta aquí "vivitos y coleando" a
pesar de la potencia hegemónica mundial que ha puesto todo su
arsenal para destruirnos.
Estamos remontando la cuesta;
cada día son más los que comprenden que para resolver los problemas
que subsisten hay que luchar, pues si no, como nos dijo Fidel el 17
de noviembre del 2005, lo perderíamos todo. Es un hecho
incuestionable.
La segunda idea que se ha
sembrado en todos nosotros es la reafirmación de que tenemos un
pueblo encomiable, digno, unido, respetuoso, que es un fruto maduro
de la Revolución; también guarachero, simpático, que se ríe de sí
mismo en los momentos difíciles para hacerse la vida más fácil, pero
que sabe, conoce la obra y el origen de sus defectos, que no teme,
comprende que debemos cambiar lo que anda mal, pero por nuestros
propios esfuerzos, y es consciente que lo alcanzado no nos lo
arrebatará nadie. Sabe lo que sería perder la Revolución, perder el
Partido, perder la unidad.
Las lágrimas que brotaron el
pasado día 12 en la noche, viendo el homenaje a Fidel que devino la
Cantata a la Patria, o en la mañana del 13 al ver el Juventud
Rebelde, la inmensa alegría de ver a Raúl recibiendo a Chávez y el
rostro de los cubanos en la tarde del domingo son muestra inequívoca
y explicación fehaciente de lo que preocupa y ocupa a los cubanos de
hoy y el porqué hay tranquilidad en nuestras calles.
La tercera idea es un
llamado: ¡Restablézcase Comandante!, nuestro pueblo es garante y
usted lo sabe, de que la Revolución llegó para quedarse, que la
defenderemos con la sangre y las uñas si fuera necesario bajo la
dirección del Partido que usted forjó, con la segura conducción de
Raúl y con quienes mayoritariamente en nuestro pueblo llevamos la
Revolución en las entrañas.