En todo el mundo, en voces de alegría se oye un
nombre de Cuba que en los labios florece.
Lo alzan quienes trocaron un
perenne anochece
por el radiante despertar del
día.
El eco de ese nombre que entre
los hombres crece
como crecen los días en la costa
bravía,
es también porque orienta hacia
la exacta vía
del mundo de justicia que ya en
Cuba amanece.
Oligarcas del Norte odian todo
hombre puro
que luche junto al pueblo en el
combate duro,
como fue el de Bolívar, con Martí
siempre fiel.
¡Hacer que todos vean la luz cada
mañana,
y que todos vivamos en dignidad
humana:
tal la heroica epopeya de Cuba
con Fidel!
ÁNGEL AUGIER
Premio Nacional de Literatura
Escrito en La Habana, julio, 2006