2 de agosto de 2006
El Comandante siempre nos dice la verdad
María Julia
Mayoral
ma.julia@granma.cip.cu
Al
pie de los talleres ferroviarios de Ciénaga, en el céntrico municipio
capitalino de Plaza de la Revolución, hay una multitud reunida.
Provienen de distintas empresas y establecimientos aledaños. Están
allí, como ocurre en incontables lugares de Cuba, para decirle al
Comandante en Jefe que "sus órdenes serán cumplidas", que "cada uno de
nosotros aprendió a vivir con Revolución, y a ese privilegio no
renunciaremos jamás".
Mientras Eliseo Montesino Morales, un experimentado mecánico y jefe
de brigada, lee la Proclama del Comandante en Jefe, publicada en la
primera página de Granma, se hace silencio extremo. Luego hay
trabajadores, como Clara Castañeda García, que confiesan haber sentido
otra vez "un escalofrío en la piel" recorriéndole todo el cuerpo,
"porque la noticia ha sido dura".
Para Edilberto Ferrer, devenido operador de grúa tras años de
marinero, "hacemos este acto para que el Comandante sepa la
disposición de todos nosotros de cumplir con el trabajo y de no echar
para atrás en nada, porque en este país nunca habrá `transición' hacia
el capitalismo".
En opinión de Eliseo, la Proclama "ha sido otro gesto hermoso de
confianza en el pueblo: Fidel siempre nos dice la verdad".