"La guerra lanzada por la OTAN reaviva los justos
temores de la humanidad por la conformación de un unipolarismo
insultante, regido por un imperio guerrerista, erigido a sí mismo en
policía mundial y capaz de arrastrar a las acciones más
descabelladas a sus aliados políticos y militares, de manera similar
a como ocurriera a principios y en la primera mitad de este siglo
con la creación de bloques belicistas que cubrieron de destrucción,
muerte y miseria a Europa, dividiéndola y debilitándola, en tanto
los Estados Unidos fortalecían su poderío económico, político y
militar.
"Cabe preguntarse si el uso y el abuso de la fuerza
solucionarán los problemas del mundo y defenderán los derechos
humanos de las personas inocentes que hoy mueren bajo los misiles y
las bombas que están cayendo sobre un pequeño país de esa culta y
civilizada Europa.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores de la
República de Cuba condena enérgicamente esta agresión de la OTAN
contra Yugoslavia, liderada por los Estados Unidos.
"La ridícula pretensión de imponer soluciones por la
fuerza es incompatible con todo razonamiento civilizado y los
principios esenciales del derecho internacional. [¼ ] De continuarse
por este camino, las consecuencias podrían ser impredecibles para
Europa y para toda la humanidad."
Con motivo de estos hechos, había enviado el día
anterior un mensaje al presidente Milosevic, a través del embajador
yugoslavo en La Habana y de nuestro embajador en Belgrado.
"Le ruego comunique al presidente Milosevic lo
siguiente:
"Después de analizar cuidadosamente todo lo que está
sucediendo y los orígenes del actual y peligroso conflicto, nuestro
punto de vista es que se está cometiendo un gran crimen contra el
pueblo serbio y, a la vez, un enorme error de los agresores, que no
podrán sostener, si el pueblo serbio, como en su heroica lucha
contra las hordas nazis, es capaz de resistir.
"De no cesar tan brutales e injustificables ataques
en pleno corazón de Europa, la reacción mundial será aún mayor y
mucho más rápida que la que desató la guerra en Vietnam.
"Como en ninguna otra ocasión en los últimos
tiempos, poderosas fuerzas e intereses mundiales están conscientes
de que tal conducta en las relaciones internacionales no puede
continuar.
"Aunque no tengo relación personal con él, he
meditado mucho sobre los problemas del mundo actual, creo tener un
sentido de la historia, un concepto de la táctica y la estrategia en
la lucha de un pequeño país contra una gran superpotencia y siento
un odio profundo hacia la injusticia, por lo que me atrevo a
transmitirle una idea en tres palabras:
"Resistir, resistir y resistir.
"25 de marzo de 1999."