La reunión de Camp David acaba de concluir. Todos escuchamos con
interés la conferencia de prensa de los Presidentes de los Estados
Unidos y Brasil, así como las noticias en torno a la reunión y las
opiniones vertidas.
Enfrentado Bush a las demandas de su visitante brasileño sobre
tarifas arancelarias y subsidios, que protegen y apoyan la
producción norteamericana de etanol, no hizo en Camp David la más
mínima concesión.
El presidente Lula atribuyó a esto el encarecimiento del maíz,
que de acuerdo con sus palabras se había elevado en más de un 85 por
ciento.
Ya antes, el periódico The Washington Post publicó el
artículo de la máxima autoridad de Brasil, donde expuso la idea de
convertir los alimentos en combustible.
No es mi intención lastimar a Brasil, ni mezclarme en asuntos
relacionados con la política interna de ese gran país. Fue
precisamente en Río de Janeiro, sede de la Reunión Internacional
sobre el Medio Ambiente, hace exactamente 15 años, donde denuncié
con vehemencia, en un discurso de 7 minutos los peligros
medioambientales que amenazaban la existencia de nuestra especie. En
aquella reunión estaba presente Bush padre como presidente de
Estados Unidos, que en gesto de cortesía aplaudió aquellas palabras,
igual que todos los demás presidentes.
Nadie en Camp David ha respondido a la cuestión fundamental.
¿Dónde y quiénes van a suministrar los más de 500 millones de
toneladas de maíz y otros cereales que Estados Unidos, Europa y los
países ricos necesitan para producir la cantidad de galones de
etanol que las grandes empresas norteamericanas y de otros países
exigen como contrapartida de sus cuantiosas inversiones? ¿Dónde y
quiénes van a producir la soya, las semillas de girasol y colza,
cuyos aceites esenciales esos mismos países ricos van a convertir en
combustible?
Un número de países producen y exportan sus excedentes de
alimentos. El balance entre exportadores y consumidores era ya
tenso, disparando los precios de los mismos. En aras de la brevedad,
no me queda otra alternativa que limitarme a señalar lo siguiente:
Los cinco principales productores de maíz, cebada, sorgo,
centeno, mijo y avena que Bush quiere convertir en materia prima
para producir etanol, suministran al mercado mundial, según datos
recientes, 679 millones de toneladas. A su vez, los cinco
principales consumidores, algunos de los cuales son también
productores de estos granos, necesitan actualmente 604 millones de
toneladas anuales. El excedente disponible se reduce a menos de 80
millones de toneladas.
Este colosal derroche de cereales para producir combustible, sin
incluir las semillas oleaginosas, solo serviría para ahorrarles a
los países ricos menos del 15 por ciento del consumo anual de sus
voraces automóviles.
Bush en Camp David ha declarado su intención de aplicar esta
fórmula a nivel mundial, lo cual no significa otra cosa que la
internacionalización del genocidio.
El Presidente de Brasil, en su mensaje publicado por The
Washington Post, víspera del encuentro en Camp David, afirmó que
menos del uno por ciento de la tierra cultivable brasileña se dedica
a la caña para producir etanol. Esa superficie es casi el triple que
la que se empleaba en Cuba cuando se producían casi 10 millones de
toneladas de azúcar, antes de la crisis de la URSS y del cambio
climático.
Nuestro país lleva más tiempo produciendo y exportando azúcar,
primero a base del trabajo de los esclavos, que llegaron a sumar más
de 300 mil en los primeros años del siglo XIX y convirtieron la
colonia española en el primer exportador del mundo. Casi cien años
después, a principios del siglo XX, en la república mediatizada,
cuya independencia plena frustró la intervención norteamericana,
solo inmigrantes antillanos y cubanos analfabetos cargaban el peso
del cultivo y el corte de la caña. La tragedia de nuestro pueblo era
el llamado tiempo muerto, por el carácter cíclico de este cultivo.
Las tierras cañeras eran propiedad de empresas norteamericanas o de
grandes terratenientes de origen cubano. Hemos acumulado, por tanto,
más experiencia que nadie sobre el efecto social de ese cultivo.
El pasado domingo primero de abril, la CNN informaba la opinión
de especialistas brasileños, quienes afirman que muchas de las
tierras dedicadas al cultivo de la caña han sido adquiridas por
norteamericanos y europeos ricos.
En mis reflexiones publicadas el 29 de marzo expliqué los efectos
del cambio climático en Cuba, a lo que se añaden otras
características tradicionales de nuestro clima.
En nuestra isla, pobre y lejos del consumismo, no habría siquiera
personal suficiente para soportar los duros rigores del cultivo y la
atención a los cañaverales en medio del calor, las lluvias, o las
sequías crecientes. Cuando azotan los ciclones, ni siquiera las
máquinas más perfectas pueden cosechar las cañas acostadas y
retorcidas. Durante siglos no se acostumbraba a quemarlas, ni el
suelo se compactaba bajo el peso de complejas máquinas y enormes
camiones; los fertilizantes nitrogenados, potásicos y fosfóricos,
hoy costosísimos, ni siquiera existían, y los meses secos y húmedos
se alternaban regularmente. En la agricultura moderna no hay
rendimientos elevados posibles sin rotación de cultivos.
La Agencia Francesa de Prensa transmitió el domingo primero de
abril informaciones preocupantes sobre el cambio climático, que
expertos reunidos por Naciones Unidas consideran algo ya inevitable
y de graves consecuencias en las próximas décadas.
"El cambio climático afectará al continente americano de forma
importante, al generar más tormentas violentas y olas de calor, que
en Latinoamérica provocarán sequías, con extinción de especies e
incluso hambre, según el informe de la ONU que debe aprobarse la
próxima semana en Bruselas.
"Al final del actual siglo, cada hemisferio sufrirá problemas de
agua y, si los gobiernos no toman medidas, el aumento de
temperaturas podría incrementar los riesgos de ‘mortalidad,
contaminación, catástrofes naturales y enfermedades infecciosas’,
advierte el Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).
"En Latinoamérica, el calentamiento ya está derritiendo los
glaciares de los Andes y amenaza al bosque del Amazonas, cuyo
perímetro se puede ir convirtiendo en una sabana", continúa
afirmando el cable.
"A causa de la gran cantidad de población que vive cerca de las
costas, Estados Unidos también se expone a fenómenos naturales
extremos, como demostró el huracán Katrina el año 2005."
"Este es el segundo informe del IPCC de una serie de tres, que se
abrió el pasado febrero con una primera diagnosis científica donde
se establecía la certeza del cambio climático."
"En esta segunda entrega de 1 400 páginas, en la que se analiza
el cambio por sectores y regiones y del que la AFP ha obtenido una
copia, se considera que, aunque se tomen medidas radicales para
reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, el
aumento de temperaturas en todo el planeta en las próximas décadas
ya es seguro", concluye la información de la agencia francesa de
noticias.
Como era de esperar, Dan Fisk, asesor de Seguridad Nacional para
la región, declaró el propio día de la reunión de Camp David que "en
la discusión de asuntos regionales, el tema de Cuba sería uno de
ellos y no precisamente para abordar el tema del etanol —sobre el
cual el Presidente convaleciente Fidel Castro escribió un artículo
el jueves— sino sobre el hambre que ha creado en el pueblo cubano".
Por la necesidad de dar respuesta a este caballero, me veo en el
deber de recordarle que el índice de mortalidad infantil en Cuba es
menor que el de Estados Unidos. Puede asegurarse que no existe
ciudadano alguno sin asistencia médica gratuita. Todo el mundo
estudia y nadie carece de oferta de trabajo útil, a pesar de casi
medio siglo de bloqueo económico y el intento de los gobiernos de
los Estados Unidos de rendir por hambre y asfixia económica al
pueblo cubano.
China jamás emplearía una sola tonelada de cereales o de
leguminosas para producir etanol. Se trata de una nación de economía
próspera que bate récords de crecimiento, donde ningún ciudadano
deja de recibir los ingresos necesarios para bienes esenciales de
consumo, a pesar de que un 48 por ciento de su población, que supera
los 1 300 millones de habitantes, trabaja en la agricultura. Por el
contrario, se ha propuesto hacer considerables ahorros de energía
eliminando miles de fábricas que consumen cifras inaceptables de
electricidad e hidrocarburos. Muchos de los alimentos mencionados
los importa desde cualquier rincón del mundo después de
transportarlos miles de kilómetros.
Decenas y decenas de países no producen hidrocarburos y no pueden
producir maíz y otros granos, ni semillas oleaginosas, porque el
agua no les alcanza ni para cubrir sus necesidades más elementales.
En una reunión convocada en Buenos Aires por la Cámara de la
Industria Aceitera y el Centro de Exportadores sobre la producción
de etanol, el holandés Loek Boonekamp, director de Mercados y
Comercio Agrícola de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo (OCDE), declaró a la prensa que:
"Los gobiernos se entusiasmaron mucho; deberían tener una mirada
fría acerca de si debe haber apoyo tan robusto al etanol.
"La producción de etanol solo es viable en Estados Unidos; en
ningún otro país, salvo que se apliquen subsidios.
"Esto no es maná del cielo y no nos tenemos que comprometer
ciegamente", prosigue el cable.
"Hoy los países desarrollados impulsan que los combustibles
fósiles sean mezclados con biocombustibles en cerca del 5 por ciento
y eso ya presiona los precios agrícolas. Si ese corte se elevara a
10 por ciento, se necesitaría 30 por ciento de la superficie
sembrada en Estados Unidos y 50 por ciento de la de Europa. Por eso
pregunto si esto es sustentable. El aumento de la demanda de
cultivos para etanol producirá precios más altos e inestables."
Las medidas proteccionistas se elevan hoy a 54 centavos por galón
y los subsidios reales alcanzan cifras mucho más altas.
Aplicando la sencilla aritmética que aprendimos en el
preuniversitario, se comprobaría que el simple cambio de los
bombillos incandescentes por fluorescentes, como expresé en mi
reflexión anterior, aportaría un ahorro de inversión y de recursos
energéticos equivalente a millones de millones de dólares, sin
utilizar una sola hectárea de tierra agrícola.
Mientras tanto, noticias públicas procedentes de Washington
afirman textualmente a través de la AP:
"La misteriosa desaparición de millones de abejas en todo Estados
Unidos tiene a los apicultores al borde del ataque de nervios y
preocupa incluso al Congreso, que debatirá este jueves la crítica
situación de un insecto clave para el sector agrícola.
"Las primeras señales serias de este enigma surgieron poco
después de las Navidades en el estado de la Florida, cuando los
apicultores se encontraron con que las abejas se habían esfumado.
"Desde entonces, el síndrome que los expertos han bautizado como
Problema del Colapso de las Colonias (CCD, por sus siglas en
inglés), ha mermado en un 25 por ciento los enjambres del país.
"Hemos perdido más de medio millón de colonias, con una población
de alrededor de 50 mil abejas cada una, dijo Daniel Weaver,
presidente de la Federación Estadounidense de Apicultores, quien
apuntó que el mal afecta a unos 30 de los 50 estados del país. Lo
curioso del fenómeno es que en muchos casos no se encuentran restos
mortales.
"Los laboriosos insectos polinizan cultivos valorados entre 12
mil y 14 mil millones de dólares, según un estudio de la Universidad
de Cornell.
"Los científicos barajan todo tipo de hipótesis, entre ellas la
de que algún pesticida haya provocado daños neurológicos a las
abejas y alterado su sentido de la orientación. Otros culpan a la
sequía, e incluso a las ondas de los teléfonos móviles, pero lo
cierto es que nadie sabe a ciencia cierta cuál es el verdadero
desencadenante."
Lo peor puede estar por venir: una nueva guerra para asegurar los
suministros de gas y petróleo, que coloque la especie humana al
borde del holocausto total.
Hay órganos de prensa rusos que, invocando fuentes de
inteligencia, han informado que la guerra contra Irán viene siendo
preparada en todos sus detalles desde hace más de tres años, el día
en que el gobierno de Estados Unidos decidió ocupar totalmente Iraq,
desatando una interminable y odiosa guerra civil.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos destina cientos de
miles de millones al desarrollo de armas de tecnología altamente
sofisticada, como las que utilizan sistemas microelectrónicos, o
nuevas armas nucleares que podrían estar sobre los objetivos una
hora después de recibir la orden.
Estados Unidos ignora olímpicamente que la opinión mundial está
contra todo tipo de armas nucleares.
Demoler hasta la última fábrica iraní es una tarea técnica
relativamente fácil para un poder como el de Estados Unidos. Lo
difícil puede venir después, si una nueva guerra se desata contra
otra creencia musulmana que merece todo nuestro respeto, al igual
que las demás religiones de los pueblos del Cercano, Mediano o
Lejano Oriente, anteriores o posteriores al cristianismo.
El arresto de los soldados ingleses en aguas jurisdiccionales de
Irán parece una provocación exactamente igual a la de los llamados
"Hermanos al Rescate", cuando violando las órdenes del presidente
Clinton avanzaban sobre las aguas de nuestra jurisdicción y la
acción defensiva de Cuba, absolutamente legítima, sirvió de pretexto
al gobierno de Estados Unidos para promulgar la famosa Ley Helms-Burton,
que viola la soberanía de otros países. Poderosos medios masivos de
publicidad han sepultado en el olvido aquel episodio. No son pocos
los que atribuyen el precio del petróleo de casi 70 dólares por
barril, alcanzado el lunes, a los temores de un ataque a Irán.
¿De dónde sacarán los países pobres del Tercer Mundo los recursos
mínimos para sobrevivir?
No exagero ni uso palabras desmesuradas, me atengo a los hechos.
Como puede observarse, son muchas las caras oscuras del poliedro.
3 de abril del 2007
Fidel Castro Ruz