No se trata de una cifra exagerada; es más bien cautelosa. En eso
he meditado bastante después de la reunión del presidente Bush con
los fabricantes norteamericanos de automóviles.
La idea siniestra de convertir los alimentos en combustible quedó
definitivamente establecida como línea económica de la política
exterior de Estados Unidos el pasado lunes 26 de marzo.
Un cable de la AP, agencia de información norteamericana que
llega a todos los rincones del mundo, dice textualmente:
"WASHINGTON, 26 de marzo (AP). El presidente George W. Bush
elogió el lunes los beneficios de los automóviles que funcionan con
etanol y biodiesel, durante una reunión con fabricantes de
vehículos, en la que buscó dar impulso a sus planes de combustibles
alternativos.
"Bush dijo que un compromiso de los líderes de la industria
automotriz nacional para duplicar su producción de vehículos a
combustible alternativo ayudaría a que los automovilistas abandonen
los motores que funcionan con gasolina y reduzcan la dependencia del
país respecto del petróleo de importación.
"‘Este es un gran avance tecnológico para el país’, dijo Bush
tras inspeccionar tres vehículos a combustible alternativo. Si la
nación quiere reducir el consumo de gasolina, el consumidor debe
estar en posibilidad de tomar una decisión racional.
"El Presidente instó al Congreso a avanzar rápido en una
legislación que el gobierno propuso recientemente para ordenar el
uso de 132 000 millones de litros (35 000 millones de galones) de
combustibles alternativos para el 2017 y para imponer estándares más
exigentes de ahorro de combustible en los automóviles.
"Bush se reunió con el presidente de consejo y director general
de General Motors Corp, Rich Wagoner; el director general de Ford
Motor Co., Alan Mulally y el director general del grupo Chrysler de
Daimler Chrysler AG, Tom LaSorda.
"Los participantes en el encuentro discutieron medidas para
apoyar la producción de vehículos a combustible alternativo,
intentos para desarrollar el etanol a partir de fuentes como el
césped o el serrín, y una propuesta para reducir en un 20% el
consumo de gasolina en 10 años.
"Las discusiones se realizaron en un momento en que han subido
los precios de la gasolina. El estudio más reciente de la
organización Lundberg Survey señaló que el precio promedio nacional
de la gasolina ha subido 6 centavos por galón (3,78 litros) en las
últimas dos semanas, a 2,61 dólares."
Pienso que reducir y además reciclar todos los motores que
consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y
urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir
esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos
en combustible.
Hoy se conoce con toda precisión que una tonelada de maíz sólo
puede producir 413 litros de etanol como promedio, de acuerdo con
densidades, lo que equivale a 109 galones.
El precio promedio del maíz en los puertos de Estados Unidos se
eleva a 167 dólares la tonelada. Se requieren por tanto 320 millones
de toneladas de maíz para producir 35 000 millones de galones de
etanol.
Según datos de la FAO, la cosecha de maíz de Estados Unidos en el
año 2005 se elevó a 280,2 millones de toneladas.
Aunque el Presidente hable de producir combustible a partir de
césped o virutas de madera, cualquiera comprende que son frases
carentes en absoluto de realismo. Entiéndase bien: ¡35 000 millones
de galones significan un 35 seguido de nueve ceros!
Vendrán después bellos ejemplos de lo que en la productividad por
hombre y por hectárea alcanzan los experimentados y bien organizados
agricultores de Estados Unidos: el maíz convertido en etanol; los
residuos de ese maíz convertidos en alimento animal con 26% de
proteína; el excremento del ganado utilizado como materia prima para
la producción de gas. Desde luego, esto es después de cuantiosas
inversiones al alcance sólo de las empresas más poderosas, en las
que todo se tiene que mover sobre la base de consumo de electricidad
y combustible. Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y
verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas
hambrientas de nuestro planeta. O algo peor: présteseles
financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o
de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para
defender la humanidad del cambio climático.
Otros países del mundo rico tienen programado usar no sólo maíz,
sino también trigo, semillas de girasol, de colza y otros alimentos
para dedicarlos a la producción de combustible. Para los europeos,
por ejemplo, sería negocio importar toda la soya del mundo a fin de
reducir el gasto en combustible de sus automóviles y alimentar a sus
animales con los residuos de esa leguminosa, especialmente rica en
todos los tipos de aminoácidos esenciales.
En Cuba, los alcoholes se producían como subproducto de la
industria azucarera, después de hacerle tres extracciones de azúcar
al jugo de caña. El cambio de clima está afectando ya nuestra
producción azucarera. Grandes sequías se vienen alternando con
lluvias récord, que apenas permiten producir azúcar durante cien
días con rendimientos adecuados en los meses de nuestro muy moderado
invierno de modo que falta azúcar por tonelada de caña o falta caña
por hectárea debido a las prolongadas sequías en los meses de
siembra y cultivo.
En Venezuela, tengo entendido que usarían el alcohol no para
exportar, sino para mejorar la calidad medioambiental de su propio
combustible. Por ello, independientemente de la excelente tecnología
brasileña para producir alcohol, en Cuba el empleo de tal tecnología
para la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña no
constituye más que un sueño o un desvarío de los que se ilusionan
con esa idea. En nuestro país, las tierras dedicadas a la producción
directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de
alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente.
Todos los países del mundo, ricos y pobres, sin excepción alguna,
podrían ahorrarse millones de millones de dólares en inversión y
combustible simplemente cambiando todos los bombillos incandescentes
por bombillos fluorescentes, algo que Cuba ha llevado a cabo en
todos los hogares del país. Eso significaría un respiro para
resistir el cambio climático sin matar de hambre a las masas pobres
del mundo.
Como puede observarse, no uso adjetivos para calificar al sistema
y a los dueños del mundo. Esa tarea la saben hacer excelentemente
bien los expertos en información y los hombres de ciencias
socioeconómicas y políticas honestos que en el mundo abundan y que
constantemente hurgan en el presente y el porvenir de nuestra
especie. Basta una computadora y el creciente número de redes de
Internet.
Hoy conocemos por primera vez una economía realmente globalizada
y una potencia dominante en el terreno económico, político y
militar, que en nada se parece a la Roma de los emperadores.
Algunos se preguntarán por qué hablo de hambre y sed. Respondo:
no se trata de la otra cara de una moneda, sino de varias caras de
otra pieza, como pueden ser un dado con seis caras, o un poliedro
con muchas más caras.
Acudo en este caso a una agencia oficial de noticias, fundada en
1945 y generalmente bien informada sobre los problemas económicos y
sociales del mundo: la TELAM. Textualmente, dijo:
"Cerca de 2 mil millones de personas habitarán dentro de apenas
18 años en países y regiones donde el agua sea un recuerdo lejano.
Dos tercios de la población mundial podrían vivir en lugares donde
esa escasez produzca tensiones sociales y económicas de tal magnitud
que podrían llevar a los pueblos a guerras por el preciado ‘oro
azul’.
"Durante los últimos 100 años, el uso del agua ha aumentado a un
ritmo más de dos veces superior a la tasa de crecimiento de la
población.
"Según las estadísticas del Consejo Mundial del Agua (WWC, por
sus siglas en inglés), se estima que para el 2015 el número de
habitantes afectados por esta grave situación se eleve a 3 500
millones de personas.
"La Organización de Naciones Unidas celebró el 23 de marzo el Día
Mundial del Agua, llamando a enfrentar desde ese mismo día la
escasez mundial del agua bajo la coordinación de la Organización de
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el
objetivo de destacar la creciente importancia de la falta de agua a
nivel mundial y la necesidad de una mayor integración y cooperación
que permitan garantizar una gestión sostenida y eficiente de los
recursos hídricos.
"Muchas regiones del planeta sufren una escasez severa de agua,
viviendo con menos de 500 metros cúbicos por persona por año. Cada
vez son más las regiones que padecen la falta crónica del vital
elemento.
"Principales consecuencias de la escasez de agua son la
insuficiente cantidad de ese precioso líquido para la producción de
alimentos, la imposibilidad de desarrollo industrial, urbano y
turístico y problemas de salud."
Hasta aquí el cable de TELAM.
Dejo de mencionar en este caso otros importantes hechos, como los
hielos que se derriten en Groenlandia y en la Antártica, los daños
en la capa de ozono y la creciente cantidad de mercurio en muchas
especies de peces de consumo habitual.
Hay otros temas que pueden abordarse, pero simplemente pretendo
con estas líneas hacer un comentario sobre la reunión del presidente
Bush con los ejecutivos principales de compañías automotrices
norteamericanas.
Marzo 28 del 2007
Fidel Castro