Hace tres días, el viernes 10 de octubre, el mundo
se estremecía bajo el impacto de la crisis financiera de Wall Street.
Se ha perdido la cuenta de los millones de dólares en billetes de
papel que la Reserva Federal inyectó a las finanzas mundiales para
que los bancos sigan funcionando y los ahorristas no pierdan su
dinero.
La reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los
7 acordó aplicar las siguientes medidas:
· "Tomar acciones decisivas y utilizar todas las
herramientas disponibles para respaldar a instituciones financieras
importantes para el sistema y prevenir su quiebra.
· "Dar todos los pasos necesarios para descongelar
los mercados de créditos y monetarios y asegurarse de que los bancos
y otras instituciones financieras tengan amplio acceso a liquidez y
fondos.
· "Asegurar que los bancos y otros intermediarios
financieros mayores puedan, según su necesidad, reunir capital de
fuentes públicas así como privadas, en montos suficientes para
restablecer la confianza y permitirles continuar dando préstamos a
las familias y negocios.
· "Asegurar que los respectivos seguros nacionales
de depósitos y programa de garantías son robustos y consistentes de
forma que los depositantes minoristas continúen teniendo confianza
en la seguridad de sus depósitos.
· "Actuar, cuando sea apropiado, para relanzar los
mercados secundarios para hipotecas."
Ese mismo día, el Secretario del Tesoro de Estados
Unidos confirmó que el gobierno comprará acciones de los bancos,
sumándose con ello a la iniciativa británica. Tanto Estados Unidos
como el Reino Unido han indicado que adquirirán acciones
preferentes, que son las que reciben dividendos primero, pero que no
tienen derecho a voto.
El presidente Bush no consideró necesaria su
presencia en esa reunión de los ministros de Finanzas. Se reuniría
con ellos el sábado. ¿Dónde estaba el viernes 10 de octubre? Nada
menos que en Miami. Asistía a un acto de recaudación de fondos para
los candidatos republicanos de la Florida. Con la aprobación de sólo
el 24 por ciento de los ciudadanos, era el jefe de Estado con menos
apoyo en toda la historia de Estados Unidos. Se reunía con
empresarios y cabecillas de la escoria cubana de Miami. Continuaba
allí con su maniática obsesión anticubana al cabo de su tenebroso
período de ocho años al frente del imperio. Ni siquiera pudo contar
con el apoyo de la Fundación Cubano-Americana creada por Reagan en
su cruzada contra Cuba.
Por razones puramente demagógicas, esta le había
solicitado públicamente levantar con carácter provisional la
prohibición de enviar ayuda directa a familiares y afectados por los
dos destructores huracanes que golpearon a nuestro pueblo. Raúl
Martínez, un ex alcalde de Hialeah, rival del congresista Lincoln
Díaz-Balart, había hecho críticas a la actual política de quien
fraudulentamente fue electo Presidente con menos votos nacionales
que su adversario, en virtud del peso de la Florida en el conteo de
votos electorales, cuando en realidad ni siquiera allí tenía
mayoría.
El domingo 12 de octubre la Unión Europea, bajo la
presidencia de Francia, acordó solicitar a Estados Unidos la
organización de una cumbre para "refundar el sistema financiero
internacional". Así lo declaró el presidente Nicolás Sarkozy,
después de una reunión de los países de la Eurozona en París.
Sarkozy indicó que Europa debe ahora unirse a
Estados Unidos y a otras potencias para atacar las causas de raíz de
la crisis financiera que ha hundido a los mercados bursátiles.
"Debemos convencer a nuestros amigos estadounidenses
de la necesidad de una cumbre internacional para refundar el sistema
financiero", señaló Sarkozy, presidente de turno de la UE. No será
un regalo a los bancos, afirmó con énfasis el Presidente de Francia.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush,
entra hoy en sus últimos 100 días, ensombrecido por una altísima
impopularidad y una de las crisis económicas más importantes de las
últimas décadas.
Por su parte, el ministro brasileño de Hacienda,
Guido Mantega, criticó hoy al FMI por colocar a los países avanzados
como modelos a seguir, y dijo que en la reforma futura del sistema
financiero no deben primar las normas de esas naciones.
"El mundo asiste incrédulo mientras la crisis actual
revela debilidades y errores graves en la política de países que
eran tenidos como modelos, países que eran presentados como
referencias de buen gobierno", dijo Mantega ante el Comité Monetario
y Financiero Internacional, principal órgano directivo del FMI.
Con la economía mundial hecha pedazos, el Presidente
de Estados Unidos, llevado a ese cargo de forma tan irregular e
irresponsable, ha puesto en apuros a todos los aliados de la OTAN y
a Japón, el más desarrollado y rico socio militar, económico y
tecnológico de Estados Unidos en el Pacífico.
Miami es hoy una olla de grillos, y Bush se ha
convertido en un fantasma.
Las bolsas no han caído más porque estaban ya en el
piso. Hoy respiraban felices con las colosales inyecciones de dinero
que las volvieron a inflar artificialmente a costa del futuro. Lo
absurdo, sin embargo, no puede mantenerse. Bretton Woods agoniza. El
mundo no volverá a ser el mismo.
