Querido Randy:
La Mesa Redonda de ayer fue especialmente
interesante y muy valiosa la información. Es una lástima que a esa
hora la isla entera estuviese sin electricidad, desde la Punta de
Maisí hasta el Cabo de San Antonio. Solo algunas casas familiares,
que resisten fuertes vientos, del Reparto "Camilo Cienfuegos",
tenían luz. Allí llegaba el cable soterrado conectado con el grupo
electrógeno del Hospital "Luis Díaz Soto".
Cuando esa vital energía de nuestra época está
ausente, todo falta y nada funciona. Nos hace añorar el día en que
todas las viviendas capaces de resistir huracanes, de las que hablé
hace unos días, reciban electricidad por vía soterrada.
Desgraciadamente, eso llevará tiempo y grandes gastos.
Por un segundo imaginé qué habría sido de los
habitantes de nuestra isla ante un desastre natural como el que
acaba de ocurrir, sin la Defensa Civil y los puntos vitales de
servicios a la población, como hospitales, policlínicos, panaderías,
centros de información y otras actividades similares, no hubiesen
dispuesto de energía eléctrica.
Las imágenes de hogares e instalaciones destruidas,
las cosechas arruinadas, los árboles derribados, los ríos
desbordados, las casas invadidas por las aguas en territorios
llanos, personas arrastradas por la fuerza de las corrientes rápidas
de agua y salvadas con desesperados esfuerzos, eran desoladoras.
Pienso que deberían retransmitirse en el futuro algunas de ellas
para que los que tenían sus televisores apagados las puedan
presenciar.
No debieran olvidarse nunca las escenas de los
hombres de las Fuerzas Armadas y sus tropas especializadas llevando
a cabo misiones de ayuda y de apoyo a la población y a las víctimas.
Impresionaban las acciones del Cuerpo de Bomberos arriesgando la
vida, en peligrosas corrientes de agua, para ayudar a sus
compatriotas.
Hace falta entrenamiento riguroso y valentía para
cumplir esas tareas. Solo en circunstancias excepcionales se conoce
que esos hombres existen y se preparan en silencio para los momentos
críticos. Confieso que fueron emocionantes las escenas en que José
Ramón Machado Ventura y Ramón Espinosa Martín, Primer Vicepresidente
del Consejo de Estado y Jefe del Ejército Oriental, respectivamente,
curtidos por la lucha, junto a compañeros más jóvenes, presidentes
de los Consejos de Defensa, visitaban sin descanso los lugares más
golpeados e indicaban de inmediato las medidas a tomar. Otro tanto
ocurría con otros altos dirigentes del Partido, junto a Joaquín
Quinta Solá, ex Jefe del Ejército Central y actual Viceministro de
las FAR y Leopoldo Cintra Frías, Jefe del Ejército Occidental, y los
presidentes de los Consejos de Defensa en provincias y municipios
visitados.
Vi con más claridad que nunca el valor de los
símbolos. Las banderas cubanas brillaban como nunca antes sobre los
hombros de los cuadros del Partido, fuesen mujeres u hombres, en la
hora de la prueba difícil. Son los factores subjetivos sin los
cuales todo estaría perdido y sin los cuales no sería posible la
victoria.
El trabajo de los reporteros que no dormían ni
descansaban, desafiando a veces lluvias y vientos, ha sido
excelente, informando al país de los acontecimientos, transmitiendo
verdades, ejemplos y experiencias que nos hacen sentir que somos
parte de una comunidad nacional intervinculada con todos los
habitantes del planeta. Los pueblos nos hacen llegar sus mensajes de
solidaridad, aunque gran parte sufre de la pobreza y los azotes de
la naturaleza que las sociedades de consumo y sus tecnologías
sofisticadas están conduciendo a un punto incompatible con la propia
supervivencia humana.
Vendrá ahora el análisis de los factores objetivos,
el uso racional y óptimo de los recursos materiales y humanos; qué
debe hacerse en cada lugar concreto, dónde debe o no invertirse; qué
hacer con cada centavo; responder a cada pregunta de lo que debe
hacerse en situaciones de emergencia y en circunstancias de
normalidad en que todo vuelve a su cauce, agua y aire, y la vida
normal de niños, adolescentes y adultos sigue adelante, preparados
siempre para luchar y vencer sin desanimarnos jamás ante las
adversidades de hoy o de mañana.
¡Nuestro deber es vencer!
