Como se conoce, el Estado de Arizona, territorio que
le fuera arrebatado a México por Estados Unidos junto a otras muchas
extensiones de tierra, ha sido escenario de hechos dolorosos por los
cientos de latinoamericanos que mueren tratando de emigrar a Estados
Unidos en busca de trabajo o para unirse a padres, esposos u otros
familiares allegados que allí se encuentran.
En ese país son ellos los que realizan los trabajos
más duros y viven bajo el temor constante del arresto y la
deportación forzosa. A pesar de las drásticas medidas, crece cada
año el número de los que mueren en el intento y son cientos de miles
los que anualmente son expulsados a sus países de origen.
Crece también el número de norteamericanos que se
oponen a ese abuso, como los que apoyaron y, por tercera vez,
eligieron a la joven congresista Gabrielle Giffords.
El Estado de Arizona en la actualidad es uno de los
más ricos de Estados Unidos por los minerales que se extraen,
especialmente cobre y molibdeno; gran producción de algodón y de
carne bovina, que utilizan enormes extensiones de su suelo; la
belleza de sus paisajes, entre ellos el famoso Gran Cañón del
Colorado, considerado uno de los más hermosos del planeta, y una de
las tres grandes comunidades indígenas. El Estado es visitado
anualmente por 30 millones de turistas nacionales y extranjeros. El
30% aproximadamente de su población es de origen hispanoamericano.
Por otro lado, el Tea Party, constituido por
los elementos más reaccionarios y políticamente más atrasados de la
sociedad, trata de arrastrar al Partido Republicano a posiciones
extremistas y guerreristas, que en medio de la crisis y la decepción
por las promesas que Obama no ha querido o no ha sabido cumplir,
llevarían el país al abismo. Del debate que obligadamente
sobrevendrá, se podrán sacar las conclusiones pertinentes.
Sobre el estado de salud de la congresista, en la
mañana de hoy lunes 10, un órgano digital de prensa español, El
Mundo, publicó:
"La bala entró por la parte trasera de la cabeza de
la congresista demócrata, [¼ ] atravesó
el hemisferio izquierdo del cerebro y salió por delante. Tras dos
horas de operación, en las que retiraron los restos de bala que
quedaban, parte de tejido cerebral muerto y aproximadamente la mitad
del cráneo -que han guardado para reimplantarlo más adelante-, los
cirujanos del Centro Médico Universitario de Tucson [¼
] muestran un ‘cauto optimismo’.
"La intervención parece que ha ido bien, según
reconoció el jefe de Traumatología del hospital, el doctor Peter
Rhee, quien explicó que, a pesar de que la paciente está sedada y
con ventilación asistida, por lo que no puede hablar, sí ha sido
capaz de comunicarse por gestos y de responder a órdenes simples,
‘como apretar una mano o levantar dos dedos’, algo que es indicativo
de que existe ‘función cerebral’."
"El doctor Francisco Villarejo, jefe de Neurocirugía
del Hospital Niño Jesús y la Clínica La Luz y con experiencia en
este tipo de intervenciones —explicó a El Mundo que— ‘lo más
peligroso para la congresista en estos momentos es que el cerebro se
inflame, ya que la bala, a su paso, ha ido arrastrando porciones de
hueso, lo que puede producir inflamación. Un riesgo que aumenta aún
más tras la cirugía, pues la zona está muy sensible’."
Ojalá la opinión pública mundial pueda conocer lo
antes posible con claridad y precisión el estado real de la
Congresista. Es asunto que interesa a todos.