En eso se ha convertido la reunión del G-20 iniciada ayer en
Seúl, capital de la República de Corea.
¿Qué es el G-20?, se preguntarán muchos lectores saturados de
siglas. Un engendro más del poderoso imperio y sus aliados más ricos
que crearon el G-7: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino
Unido, Italia y Canadá. Más adelante decidieron admitir a Rusia en
el club que se llamó entonces G-8.
Con posterioridad se dignaron admitir a 5 importantes países
emergentes: China, India, Brasil, México y Sudáfrica. El grupo se
incrementó después con la admisión de varios países de la OCDE, otra
sigla, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico:
Australia, República de Corea y Turquía. Al grupo añadieron Arabia
Saudita, Argentina e Indonesia, y sumaron 19. El vigésimo miembro
del G-20 fue nada menos que la Unión Europea. Un país, España,
ostenta desde este año 2010 la singular denominación de "invitado
permanente".
Otra importante reunión de alto nivel internacional tiene lugar
casi simultáneamente en Japón, la de APEC. Si los pacientes lectores
suman al grupo anterior los siguientes países: Malasia, Brunei,
Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, Hong Kong, Taipei de
China, Papúa-Nueva Guinea, Chile, Perú y Vietnam; con importantes
intercambios comerciales y todos bañados por las aguas del Pacífico,
tienen lo que se llama APEC: Foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico, el rompecabezas completo. Les faltaría solo el mapa;
una laptop lo puede suministrar perfectamente.
En tales eventos internacionales se discuten los aspectos
fundamentales de la economía y las finanzas del mundo. El Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial, con poder decisivo en
los asuntos financieros, tienen su dueño: Estados Unidos.
Es importante recordar que al finalizar la Segunda Guerra
Mundial, la industria y la agricultura de Estados Unidos estaban
intactas; las de Europa Occidental, totalmente destruidas salvo
excepciones como Suiza y Suecia; la URSS, materialmente arrasada y
enormes pérdidas humanas que rebasaban los 25 millones de personas;
Japón vencido, arruinado y ocupado. Alrededor del 80% de las
reservas en oro del mundo habían pasado a Estados Unidos.
Entre el 1º y el 22 de julio de 1944, en un aislado aunque amplio
y confortable hotel de Bretton Woods, pequeña localidad del estado
de New Hampshire al noreste de Estados Unidos, se produjo la
Conferencia Monetaria y Financiera de la recién creada Organización
de Naciones Unidas.
Estados Unidos obtuvo el excepcional privilegio de convertir su
papel moneda en divisa internacional, convertible en oro a la tasa
fija de 35 dólares la onza Troy. Como la inmensa mayoría de los
países depositan sus reservas de divisa en los propios bancos de
Estados Unidos, lo cual equivale a un considerable préstamo al país
más rico del mundo, la convertibilidad al menos establecía un tope a
la impresión sin límites de papel moneda. Y al menos significaba una
garantía para el valor de las reservas de los países depositadas en
sus bancos.
Partiendo de ese enorme privilegio, y en tanto la emisión de
billetes tenía el limitante de su convertibilidad en oro, el
poderoso país acrecentaba su control sobre las riquezas del planeta.
Las aventuras militares de Estados Unidos en alianza con las
antiguas potencias coloniales, en especial el Reino Unido, Francia,
España, Bélgica, Holanda y la recién creada Alemania Occidental, lo
condujeron a guerras y aventuras militares que pusieron en crisis el
sistema monetario nacido en Bretton Woods.
En la época de la guerra genocida contra Vietnam, país en el que
Estados Unidos estuvo a punto de emplear las armas nucleares, el
Presidente norteamericano tomó la desvergonzada decisión unilateral
de suspender la convertibilidad del dólar. Desde entonces la emisión
del papel moneda no tuvo límites. De tal forma abusó de ese
privilegio que el valor de la onza Troy de oro pasó de 35 dólares a
cifras que han rebasado ya los 1 400 dólares, es decir, no menos de
40 veces el valor que mantuvo durante 27 años, hasta 1971 en que
Richard Nixon adoptó la funesta decisión.
Lo peor de la actual crisis económica que hoy golpea a la
sociedad norteamericana es que las medidas anticrisis de otros
momentos de la historia del sistema capitalista imperialista de
Estados Unidos no han logrado reanudar su marcha normal. Sumido en
una deuda del Estado que se aproxima a los 14 millones de millones,
es decir, tanto como el PIB de Estados Unidos, el déficit fiscal se
mantiene; los enormes gastos para salvar los bancos y la reducción
casi a cero de las tasas de interés apenas reducen por debajo de 10%
el nivel de desempleo, ni el número de familias cuyas viviendas
están siendo rematadas. Crecen los gigantescos presupuestos
destinados a la defensa que superan a los del resto del mundo, y más
grave todavía: los destinados a la guerra.
El Presidente de Estados Unidos, electo hace apenas dos años por
uno de los partidos tradicionales, ha sufrido la mayor derrota que
se recuerda en los últimos tres cuartos de siglo. En tal reacción se
mezclan la frustración y el racismo.
El economista y escritor norteamericano William K. Black estampó
una frase memorable: "La mejor forma de robar a un banco es ser su
dueño". Los sectores más reaccionarios de Estados Unidos se afilan
los dientes haciendo suya una idea que sería la antítesis de la de
los bolcheviques en octubre de 1917: "Todo el poder para la extrema
derecha de Estados Unidos".
Al parecer, el Gobierno de Estados Unidos con sus medidas
tradicionales anticrisis, acudió a otra decisión desesperada: la
Reserva Federal anunció que compraría 600 mil millones de dólares
norteamericanos antes de la reunión del G-20.
El miércoles 10 de noviembre, una de las más importantes agencias
de prensa de Estados Unidos informó: "El presidente Barack Obama
llegó a Corea del Sur para participar en reuniones de los 20
principales poderes económicos del mundo.
"Las tensiones sobre políticas monetarias e intereses comerciales
se han hecho notar antes de la cumbre del Grupo de los 20. El
ambiente ha quedado caldeado debido a una decisión de Estados Unidos
de inundar su débil economía con 600.000 millones de dólares en
efectivo. La maniobra ha enfurecido a líderes de alrededor del
mundo.
"Obama, sin embargo, ha defendido la medida tomada por la Reserva
Federal."
La misma agencia comunicó a la opinión mundial el 11 de
noviembre:
"Un fuerte sentimiento de pesimismo envolvió el inicio de una
cumbre económica de los principales países ricos y en desarrollo el
jueves, a la que arribaron los líderes mundiales profundamente
divididos sobre sus políticas monetarias y comerciales.
"Fundado en 1999 y elevado a nivel de cumbre hace dos años, el
Grupo de los 20 (G-20, un foro que abarca a países desarrollados
como Estados Unidos y Alemania, al igual que a gigantes emergentes
como China y Brasil) se ha convertido en la pieza central de los
esfuerzos gubernamentales para reactivar la economía global y evitar
otro colapso financiero mundial..."
"Un fracaso de la Cumbre de Seúl tendría consecuencias graves. El
riesgo es que los países procuren mantener sus divisas
artificialmente bajas para darles a sus exportaciones una ventaja
competitiva en los mercados mundiales y eso llevaría a una
destructiva guerra comercial.
"Además, los países se verían tentados a colocar aranceles a las
importaciones, una repetición de las políticas que agravaron la Gran
Depresión de la década de 1930."
"Algunos países, como por ejemplo Estados Unidos, creen que la
prioridad máxima es presionar a China para que permita la
reevaluación de su moneda frente a otras divisas, de modo que se
reduzcan los enormes superávit comerciales del gigante asiático con
Washington al encarecer las exportaciones chinas y abaratar las
importaciones estadounidenses.
"Otros países están furiosos por los planes de la Reserva Federal
estadounidense de inyectar 600.000 millones de dólares frescos a la
débil economía del país. Ven esa acción como una medida egoísta para
llenar los mercados con dólares, disminuyendo así el valor del
billete verde y dándoles a los exportadores estadounidenses una
ventaja de precios injusta.
"Los países del G-20 [...] encuentran poco terreno común en el
tema más molesto: qué se puede hacer con una economía mundial que
depende de los enormes déficit comerciales de Estados Unidos con
China, Alemania y Japón."
"El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió el
jueves que el mundo iría a la bancarrota si los países ricos
recortan su consumo y tratan de obtener prosperidad sólo en base a
las exportaciones."
"‘Si los países más ricos no están consumiendo y todos quieren
propagar su economía con base en las exportaciones, el mundo irá a
la quiebra porque no existe alguien que compre. Todo el mundo quiere
vender’..."
"La cumbre comenzó con cierto pesimismo para Obama y el
presidente surcoreano, Li Myung-bak, cuyos ministros no lograron
llegar a un acuerdo sobre un tratado de libre comercio, estancado
desde hace tiempo y del que había esperanzas para que se resolviera
esta semana."
"Los mandatarios del G-20 se reunieron el jueves por la noche en
el Museo Nacional de Corea en Seúl para la cena que marcó el inicio
oficial de la cumbre."
"En las calles aledañas, varios miles de manifestantes
protestaron contra el G-20 y el gobierno de Corea del Sur."
Hoy, jueves 12, la cumbre concluyó con una declaración de 20
puntos y 32 párrafos.
Como es de suponer el mundo no está constituido solo por 32
países en total que integran el G-20 o solo la APEC. Los 187 que
votaron a favor de eliminar el bloqueo a Cuba frente a los dos que
votaron por mantenerlo y los tres que se abstuvieron, suman 192.
Para 160 de ellos no existe tribuna alguna donde hablar una palabra
sobre el saqueo imperial de sus recursos y sus urgentes necesidades
económicas. En Seúl la Organización de Naciones Unidas ni siquiera
existe. ¿Esa benemérita institución no dirá siquiera una palabra?
En estos mismos días llegaron noticias verdaderamente dramáticas
de Haití —donde un sismo mató en cuestión de minutos alrededor de
250 mil personas en enero de este año— a través de agencias europeas
de noticias:
"Las autoridades haitianas advierten de la rapidez con que la
epidemia de cólera se está extendiendo por la ciudad de Gonaives, en
el norte de la isla. El alcalde de esta localidad costera,
Pierreleus Saint-Justin, asegura haber enterrado personalmente a 31
personas el martes, a la espera de dar sepultura a otros 15
cadáveres.
"‘Otros podrían estar muriendo mientras hablamos’, ha declarado.
[...] desde el 5 de noviembre se han inhumado 70 cuerpos solo en el
núcleo urbano de Gonaives, pero ‘hay más gente que murió en áreas
rurales’ cercanas a la ciudad."
"...la situación ‘se está volviendo catastrófica’ en Gonaives
[...] las inundaciones causadas por el huracán ‘Tomás’ pueden hacer
que empeore la situación."
"Las autoridades sanitarias de Haití elevaron el miércoles a 643
el balance de víctimas por la enfermedad en todo el país hasta el 8
de noviembre. El número de contagiados de cólera en el mismo período
es de 9 971. Las emisoras de radio informan de que las cifras que se
darán a conocer el viernes podrían hablar de incluso más de 700
muertos."
"... el Gobierno afirma ahora que la enfermedad está incidiendo
gravemente en la población de Puerto Príncipe y amenaza los
suburbios de la capital, donde más de un millón de personas
continúan viviendo en tiendas de campaña desde el terremoto del 12
de enero."
Hoy los despachos cablegráficos hablaban de 796 muertos y 12 303
personas afectadas.
Más de 3 millones de habitantes están amenazados, muchos de ellos
viviendo en tiendas de campaña y en las ruinas que dejó el
terremoto, sin agua potable.
La principal agencia norteamericana informó ayer:
"La primera parte del Fondo Estadounidense de Reconstrucción para
Haití está en camino, más de siete meses después de haber sido
prometido para ayudar a la reconstrucción del país luego del
devastador terremoto de enero."
"... transferirá en los próximos días 120 millones de dólares
—aproximadamente una décima parte de la cantidad total prometida— al
Fondo de Reconstrucción de Haití manejado por el Banco Mundial, dijo
P. J. Crowley, vocero del Departamento de Estado."
"Un asistente del Departamento de Estado dijo que el dinero
destinado al fondo será utilizado en retiro de escombros, vivienda,
crédito, apoyo al plan de reforma educativa del Banco Interamericano
de Desarrollo y para apoyar el presupuesto del gobierno haitiano."
De la epidemia de cólera, una enfermedad que ya afectó durante
años a muchos países de Suramérica, y puede extenderse por el Caribe
y otras partes de nuestro hemisferio, no se dice una palabra.