¡Qué bárbaros!, exclamé cuando leí hasta la última línea de las
revelaciones del famoso periodista Seymour Hersh, publicadas en
Democracy Now y recogidas como una de las 25 noticias más
censuradas en Estados Unidos.
El material se titula "Los crímenes de guerra del general de
Estados Unidos Stanley McChrystal" y fue incluido en el Proyecto
Censurado, elaborado por una universidad de California, que incluye
los párrafos esenciales de aquellas revelaciones.
"El teniente general Stanley McChrystal, nombrado comandante
responsable de la guerra en Afganistán por Obama en mayo de 2009,
fue antes jefe del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC,
por su sigla en inglés), dependiente de Dick Cheney [el
vicepresidente de George W. Bush]. La mayor parte de la carrera
militar de 33 años del general McChrystal se mantiene clasificada [o
sea, secreta], incluyendo sus servicios entre 2003 y 2008 como
comandante del JSOC, unidad de élite tan clandestina, que por años
el Pentágono rehusó reconocer su existencia. El JSOC es una unidad
especial de ‘operaciones negras’ [asesinatos] de la Navy Seals
(Fuerzas Especiales de la Marina de Guerra) y Delta Force [Fuerza
Delta, soldados secretos del ejército para operaciones especiales,
que formalmente se llama ‘Destacamento-Delta Operacional de Fuerzas
Especiales (SFOD-D), mientras el Pentágono la nombra como Grupo de
Aplicaciones de Combate, CAG].
"El ganador del premio Pulitzer de periodismo Seymour Hersh
reveló que la administración Bush operó un anillo ejecutivo de
asesinatos que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney
y que el Congreso nunca sintió ninguna inquietud por indagar.
Equipos del JSOC viajaban a diferentes países, sin siquiera hablar
con el Embajador ni el Jefe de la Estación CIA, con una lista de
gente que buscaban, encontraban, mataban y se iban. Había una lista
vigente de gente marcada como blanco, elaborada por la oficina del
vicepresidente Cheney. [...] Hubo asesinatos en docenas de países
del Oriente Medio y en América Latina, afirmó Hersh. ‘Existe un
decreto ejecutivo, firmado por el presidente Ford en los años 70,
prohibiendo tales acciones. Esto no sólo contraría: es ilegal, es
inmoral, es contraproducente’, añadió.
"El JSOC también estuvo implicado en crímenes de guerra,
incluyendo tortura de presos en sitios secretos ‘fantasmas’ (ghost)
de detención. El Campo Nama en Iraq, operado por el JSOC bajo
McChrystal, fue una de tales instalaciones ‘fantasmas’, ocultada al
Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y acusada de algunos de
los peores actos de tortura."
Oficialmente instalaron al Mayor General en Fort Braga, Carolina
del Norte, pero era "un visitante frecuente del Campo Nama y de
otras bases de las fuerzas especiales en Iraq y Afganistán, donde
tuvieron asiento las fuerzas bajo su comando".
A continuación se aborda un punto de especial interés, cuando
tales hechos entran en conflicto con funcionarios que, en el
cumplimiento de sus funciones, eran obligados a cometer hechos que
los enfrentaban abiertamente con las leyes e implicaban graves
delitos.
"Un interrogador del Campo Nama describió que encerraban a los
presos en contenedores de barcos por 24 horas en tiempo de calor
extremo, luego los exponían al frío extremo mojándolos
periódicamente con agua helada, los bombardeaban con luces
brillantes y música ruidosa, los privaban del sueño y les daban
severas golpizas."
De inmediato, se abordan las flagrantes violaciones de principios
internacionales y convenios suscritos por Estados Unidos. Los
lectores cubanos recordarán la historia narrada en los dos textos en
que relato nuestras relaciones con la Cruz Roja Internacional, a la
que devolvimos el alto número de prisioneros del ejército enemigo
que cayeron en nuestras manos, durante la defensa de la Sierra
Maestra y la contraofensiva estratégica posterior contra el ejército
de Cuba, entrenado y abastecido por Estados Unidos. Jamás un
prisionero fue maltratado, y ninguno de los heridos dejó de ser
atendido de inmediato. Esa misma institución, radicada en Suiza,
podría dar fe de aquellos hechos.
"El Comité Internacional de la Cruz Roja es el cuerpo encargado,
por el Derecho Internacional, de supervisar el cumplimiento de los
Convenios de Ginebra y, por lo tanto, tiene derecho a examinar todas
las instalaciones donde se mantengan los prisioneros de cualquier
país en guerra o bajo ocupación militar."
"En la explicación de por qué ningún otro medio de prensa había
cubierto esta historia, Hersh expresó: ‘Mis colegas en la prensa
acreditada a menudo no la siguen, no porque no quieran, sino porque
no saben a quién llamar. Si estoy escribiendo algo sobre el Comando
Conjunto de Operaciones Especiales, que aparentemente es una unidad
clasificada, ¿cómo la van a descubrir? El gobierno les dirá que todo
lo que escribo es incorrecto o que eso no pueden comentarlo. Es
fácil quedar desempleado por esas historias. Pienso que la relación
con el JSOC está cambiando bajo Obama. Ahora hay más control’."
"... la decisión de la administración Obama de designar al
general McChrystal como nuevo comandante responsable de la guerra en
Afganistán y la prolongación de la jurisdicción militar para los
detenidos de EE.UU. en su guerra al terrorismo, encerrados en la
prisión de Bahía de Guantánamo, desafortunadamente son ejemplos de
cómo la administración Obama continúa siguiendo los pasos de Bush."
"Rock Creek Free Press divulgó en junio 2010 que Seymour Hersh,
interviniendo en la Conferencia de Periodismo de Investigación
Global en Ginebra, criticó en abril de 2010 al presidente Barack
Obama y denunció que las fuerzas de EE.UU. están realizando
‘ejecuciones en el campo de batalla’."
"‘Aquellos que capturamos en Afganistán se están ejecutando en el
campo de batalla’, afirmó Hersh."
Al llegar a este punto, la narración entra en contacto con una
realidad sumamente actual: la continuidad de una política por el
Presidente que sucedió al delirante W. Bush, inventor de la guerra
desatada para apoderarse de los recursos gasíferos y petroleros más
importantes del mundo en una región habitada por más de 2 500
millones de habitantes, en virtud de actos cometidos contra el
pueblo de Estados Unidos por una organización de hombres que fueron
reclutados y armados por la CIA para luchar en Afganistán contra los
soldados soviéticos, y que continúa disfrutando del apoyo de los más
estrechos aliados de Estados Unidos.
La compleja e impredecible zona cuyos recursos se disputan, va
desde Iraq y el Oriente Medio hasta los remotos límites de la región
China de Xinjiang, pasando por Iraq, Arabia Saudita, los Emiratos
Árabes Unidos, Irán, y las antiguas repúblicas soviéticas de
Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán,
capaces de abastecer de gas y petróleo a la creciente economía de la
República Popular China y la industrializada Europa. La población de
Afganistán, así como una parte de Pakistán, país de 170 millones de
habitantes y poseedor de armas nucleares, es víctima de los ataques
de aviones sin piloto yankis que masacran a la población civil.
Entre las 25 noticias más censuradas por los grandes medios,
seleccionadas por la Universidad Sonoma State de California —tal
como lo viene haciendo hace 34 años—, una de ellas, correspondiente
al período 2009-2010, fue "Crímenes de guerra del general Stanley
McChrystal"; y otras dos se relacionan con nuestra isla: "Medios
ignoraron ayuda médica de Cuba en terremoto de Haití" y "Todavía
brutalizan a los presos en Guantánamo". Una cuarta afirma: "Obama
reduce el gasto social y aumenta el militar".
Nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, fue
responsable político de la Misión Médica Cubana enviada a Pakistán
cuando un destructor terremoto golpeó fuertemente la ruda naturaleza
del nordeste de ese país, donde extensas áreas habitadas por la
misma etnia, con igual cultura y tradiciones, fueron arbitrariamente
divididas por el colonialismo inglés en países que después cayeron
bajo la égida yanki.
En su discurso de ayer 26 de octubre, en el seno de la ONU,
demostró cuán excelentemente bien informado está de la situación
internacional en nuestro complejo mundo.
Su brillante alegato de ayer y la Resolución aprobada por esa
institución, por su trascendencia, requiere una Reflexión que me
propongo elaborar.